18.- Imprevistos

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-¿Cómo me veo Suga?-

A la cuenta de tres había dicho Jimin y YoonGi había accedido sólo por lo divertido que le parecía el descubrir al mismo tiempo el color nuevo del otro.

Los trabajadores de la estética los observaban con ternura. Esos chicos hacían muy linda pareja.

Una vez que el moreno había terminado la cuenta, los dos abrieron los ojos y observaron detenidamente la nueva apariencia del chico que tenían en frente...

YoonGi se había quedado sin palabras y es que Jimin se veía tan endemoniadamente hermoso que casi lo tomaba para besarlo. Quería hacerlo pero con cierto recelo se había tenido que recordar que sólo eran amigos.

Y los amigos no se besan...

Al no recibir respuesta el chico de cabello rubio se encoge de hombros. ¿No se veía bien?

Tal vez el color no me queda

-¿No te gusta? - Pregunta formando un puchero y el chico de piel pálida reacciona.

-No. ¡Carajo! -Niega con la cabeza-. ¡Sí! Te ves muy bien - Se acerca para tocar su cabello-. Te queda mucho mejor Jiminnie...-

El aludido ríe por su reacción y sonríe hasta que sus ojos desaparecen entre sus párpados.

-Eres un tonto Suga...-

Cierra los ojos y se deja hacer por YoonGi que continuaba sintiendo su cabello.

-Te ves lindo -Susurra sin apartar la mirada del chico y con esto atrae su atención.

Sus ojos se encontraron y Jimin se sonroja al ver a Suga que tenía el cabello de color negro. No esperaba que se viera tan bien...

Parece un ángel

-A ti... -Acaricia la cabeza de su amigo y este abre los ojos bastante por la sorpresa-. Tan bien te queda muy bien-

Mierda, estaban demasiado cerca y Jimin tenía los labios ligeramente rojos, no podría contenerse y eso fue lo que pasó.

Sin despegar los ojos de sus orbes YoonGi tomó a Jimin de la nuca y lo atrajo lo suficiente como para poder besarlo.

Sus sentidos saltaban alarmados por aquella intromisión imprevista pero no de alejó, tampoco recibió el beso.

YoonGi se aleja después de unos segundos y muerde su labio inferior con nervios.

-Lo siento. Es sólo que me sigues gustando demasiado-

Aquella confesión hizo estremecer al rubio.

¡¿Te sigo gustando?! ¡¿Yo?!

Del otro lado de la vitrina un chico de cabello azabache que paseaba de la mano de su novio observaba la escena con el rostro descompuesto.

Jungkook no podía apartar la vista de su amante, sintiendo una punzada en el pecho. No quería, no podía aceptar que Jimin lo olvidara.

Tengo que separarlos

Plan BDonde viven las historias. Descúbrelo ahora