Capítulo 14.

1.7K 217 141
                                    

Cuando Mingyu abrió los ojos, ya era de mañana. Aún llovía, aunque no tanto como la noche anterior.

Soon Young se encontraba plácidamente dormido entre sus brazos; sus facciones relajadas, su respiración tranquila y la mitad de su cuerpo aún desnudo cubierto por una simple sábana. Era una imagen increíblemente hermosa de ver; Mingyu comenzaba a envidiar a Jihoon quien probablemente había visto aquello más de una vez.

Dando un suspiro, se separó del mayor con cuidado de no despertarlo. Una vez sentado en la cama, se quedó mirando a su mejor amigo durante unos largos segundos antes de levantarse.

Debía bañarse e ir a trabajar otra vez. Luego de ir a su cuarto y buscar su ropa, se metió al baño y abrió la ducha. Aún tenía una hora para desayunar tranquilamente, así que simplemente se puso su pantalón y se dedicó a preparar en desayuno.

Soon Young despertó cuando el aroma a café inundó sus fosas nasales. Abrió los ojos y recordó lo que había pasado la noche anterior; una pequeña sonrisa se dibujó en sus labios, pero la misma se borró rápidamente cuando sus confusos pensamientos llegaron a su cabeza.

Cubrió su rostro con sus manos y resopló; no, sus sentimientos por Mingyu no podían estar allí después de tanto tiempo, él amaba a Jihoon, estaba enamorado de él... de Jihoon y sólo de Jihoon. De nadie más. Su mejor amigo era sólo su mejor amigo, y aquellos sentimientos eran sólo adrenalina por su aventura.

Decidió levantarse y no pensar en nada más. Después de revolver su armario, se vistió y fue a la cocina, encontrándose a Mingyu preparando el desayuno sin camisa.

Su morena y hermosa espalda tenía marcas de rasguños que claramente él no había hecho: estos parecían ser de hace tiempo ya que estaban desapareciendo y anoche había sido la primera vez en que tuvieron relaciones desde que Mingyu se había mudado.

Eran de Wonwoo. Probablemente se las había hecho antes de terminar con él y por alguna razón, le molestaba ver aquellas marcas.

—Buenos días —dijo, sentándose en la mesa y mirando hacia otro lado.

—Buen día, hyung —sonrió—. ¿Quieres un café?

—No, gracias —negó desperezándose en la silla—. ¿Como dormiste?

—Perfectamente, la cama es más cómoda que el suelo —respondió, riendo un poco—. ¿Tu dormiste bien?

—Sí, aunque aún tengo sueño —admitió.

—Duerme si quieres —comentó—. Yo ya debo irme a trabajar...

Mingyu ya casi estaba terminando su café, por lo que dejó la taza en el lava platos. Acostumbrado a despedirse de Wonwoo de aquella manera, Mingyu se acercó a Soon Young y besó su frente rápidamente antes de irse a terminar de cambiarse.

El mayor de los dos quedo petrificado en su lugar ante tal acto. Maldita sea, eso no lo ayudaba en lo absoluto con las cosas que había en su cabeza en aquellos momentos. Mingyu, en cambio, cerró los ojos y se golpeó mentalmente al salir de la cocina.

—Ya no lo hagas mas, Soon Young tiene a Jihoon —dijo, señalando a su reflejo en el espejo de su cuarto—. Estúpido.

Cuando Mingyu se fue a trabajar, Soon Young volvió a acostarse en su cama y abrazar la almohada. Aquella almohada olía a Mingyu, su aroma deliciosamente masculino. De manera inconsciente, se abrazó más a la almohada y cerró los ojos.

[...]

Al mediodía, Mingyu regreso a la casa sin encontrarse con el mayor que ya había partido a su trabajo. Agotado, fue a su cuarto y se tiró en el colchón cerrando los ojos, quedándose rápidamente dormido.

Sin saber cuánto tiempo había pasado, el moreno se despertó al oír su celular sonando. Mas dormido que despierto, desbloqueó la pantalla y leyó el mensaje.

Wonwoo.

Mingyu, ¿podríamos encontrarnos, por favor?

Mingyu.

¿Para...?

Wonwoo.

Me gustaría hablar contigo.

Mingyu.

Bien... nos vemos en veinte minutos, en el parque cerca de tu departamento.

Mingyu dio un resoplido y se pasó la mano por la cara para espabilarse más rápidamente, ¿de qué rayos quería hablar Wonwoo ahora? Había pasado una semana desde su rompimiento y no había sabido más de él; naturalmente, seguía pensando en Wonwoo de vez en cuando. Pero mientras Soon Young estaba a su lado, sus pensamientos estaban concentrados sólo en lo que hacía con el mayor.

Después de cambiarse y lavarse la cara, salió en dirección al parque. Soon Young aún no había llegado a la casa, por lo que no pudo pedirle prestado su auto y terminó por ir en taxi. Cuando llegó a destino, rápidamente diviso a Wonwoo parado bajo un árbol.

—Hola... —saludó, incomoda mente.

—Hola —respondió el azabache.

Todos se sumió en un incómodo silencio, durante unos pocos (pero larguísimos) minutos. Hasta que Mingyu decidió hablar.

—¿Vamos a estar en silencio el resto de la tarde? —alzó una ceja— Porque si es así, me ahorraré el tiempo y regresaré ahora.

—No... quería hablar contigo —negó, rápidamente. El más alto se quedó callado, esperando a que continúe—. ¿Quieres regresar a la casa? —preguntó un hilo de voz, muy extraño en él.

—¿Hablas en serio? —Mingyu no sabía si reírse en su cara o llorar.

—Mingyu, en serio lo siento... es raro no tenerte conmigo en casa, despertar y que no estar entre tus brazos...

—Wonwoo, tienes que estar bromeando —negó el moreno—. Desconfiaste de mis palabras y terminaste conmigo, me echaste de la casa...

—Yo no te eché, tu quisiste irte... —corrigió— Yo te dije que te quedaras en la casa y que yo me iría, pero te negaste a aceptarlo.

—¿Y que querías que hiciera? ¿Hm? —lo miró— ¿Que me quedara sólo en la casa viendo nuestras fotos y recordando todo lo que pasamos juntos? No, Wonwoo, eso no iba a pasar. No iba a hacerme bien y lo mejor fue irme. Si lo que quieres es que regrese contigo, no lo haré.

—¿Por qué no? —lo miró— ¿Tan rápido olvidaste esos dos años que estuvimos juntos?

—No, aún no lo olvido. Trato de hacerlo y tu no me dejas —afirmó—. Pero voy a olvidarlos. Wonwoo, los últimos meses de nuestra relación se basaban en discusiones y sexo de reconciliación... eso no es una relación sana. No éramos felices y no lo volveremos a ser por más que tratemos de volver a empezar.

—Mingyu, por favor —suplicó.

El moreno realmente estaba sorprendido por aquella situación, siempre se había imaginado que, si su relación con Wonwoo terminaba por alguna razón, sería el quien rogaría de rodillas. Pero la realidad era, increíblemente, otra.

—No, Wonwoo... —negó y comenzó a caminar, un metro más adelante, cerró los ojos y se detuvo, para voltearse y mirar al mayor— Además, tal vez tengas razón... Quizá mi mejor amigo si me gusta —admitió.

F R I E N D S (MingyuxHoshi)Where stories live. Discover now