Capítulo 24.

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—¿Algo importante? —repitió, revolviendo la salsa que estaba preparando—. No creo que haya algo importante de que hablar, Soon Young. Lamento que hayas tenido que venir en vano, pero no tenemos nada que hablar. Creo haber dejado todo en claro antes de venir aquí.

—Mingyu, por favor escúchame —suplicó—. Sé que estás enfadado conmigo, sé que te lastimé, ya me he disculpado cientos de veces y lo seguiré haciendo cuanto sea necesario. Pero esto... es urgente. Luego me iré... pero tienes que escucharme primero.

Mingyu cerró los ojos y suspiró.

—Mamá, ¿puedes vigilar la comida un momento? Ya regreso —comentó y se encaminó a su cuarto, siendo seguido por el mayor.

Al entrar a la habitación del moreno, cientos de recuerdos le vinieron a la cabeza; aquella vez, con quince años cuando él y Mingyu vinieron a visitar al abuelo del moreno. La misma habitación donde dos años más tarde declararon gustarse, y donde acordaron no destruir su amistad y tratar de olvidar sus sentimientos. Sonrió con melancolía y pasó la mirada por el cuarto, todo seguía igual... incluso sus fotos juntos en la pared.

—Aún las conservas... —dijo acariciando una foto de ellos dos abrazados, pegada a la pared.

—La pegamos con el pegamento de mí padre, ¿recuerdas? —preguntó— No puedo quitarla sin dañar la pared. Ahora, ¿qué quieres decirme?

Soon Young respiró hondo y se sentó en la cama, pensando las palabras adecuadas. Tal vez, sería mejor ser directo.

—Mingyu... estoy embarazado —soltó.

—Vaya, Jihoon y tu no pierden el tiempo —puso los ojos en blanco, mirando la puerta de su armario como si fuese la puerta más interesante del mundo.

—No, Mingyu. Jihoon y yo jamás cambiamos roles —negó, mirándolo fijamente—. Y a la única persona a la que me entregue como pasivo fue a ti...

Mingyu se tambaleó y se recargó en el armario, respirando con dificultad. ¿Iba a ser padre? No, eso era imposible. Ellos siempre habían sido cuidadosos al tener relaciones. No podía ser verdad.

—Mingyu, ¿recuerdas en tu cumpleaños? —preguntó, como si le leyera los pensamientos— Estábamos borrachos y tuvimos sexo en el baño... —bajó la voz— Claramente no fuimos conscientes de que no tomamos las precauciones para que esto no pasara.

El moreno pasó sus manos por su cabello, se había quedado totalmente en shock. Sin habla.

—No sé qué voy a hacer ahora, Jihoon no puede enterarse de esto... tu y yo no somos nada —respondió—. Esto nos pasó por hacer cosas que jamás debimos hacer...

—No vas a abortar.

Mingyu conocía perfectamente los pensamientos del mayor como para saber qué era eso exactamente lo que pasaba por su cabeza.

—Pero si Jihoon...

—Si tanto amas a Jihoon como dices, ve y cuéntale toda la verdad —espetó—: ve y cuéntale que lo engañaste, discúlpate con él (si es que en verdad lo sientes), dile que fuiste un completo imbécil, y que ahora estás pagando las consecuencias. Deja de mentirle; apuesto que ni siquiera sabe que has venido a verme —señaló—. Pero tendrás a ese bebé. ¡Pero no voy a dejar que mates a mi hijo! No voy a permitir que destruyas este embarazo como destruiste nuestra amistad, como me destruiste a mí.

En el fondo del corazón de Soon Young, sintió una linda sensación al oír las palabras "mi hijo" salir de la boca de Mingyu. Imaginárselo como padre, cargando al niño o niña... era una hermosa imagen. Pero sabía que lo que menos se imaginaba el moreno era una vida junto a Soon Young y su hijo; y lo comprendía.

—Si no quieres al niño, no me importa. Yo me encargaré de criarlo lejos de ti... —concluyó el moreno.

—¡Claro que lo quiero! También es mi bebé, Mingyu —respondió levantándose de la cama y acercándose a él—. Pero no puedo dejar a Jihoon sólo con su embarazo tampoco. Si él se entera que lo engañé y nuestra relación se acaba, ¿quién sabe si no entra en depresión? Eso es peligroso para cualquier embarazo... no quiero arriesgarme a perder a ninguno de los dos. A ninguno de los tres —se corrigió, refiriéndose más al moreno que a su actual pareja—. Esto es algo que tengo que pensar demasiado, mi vientre aún no se nota, pero no queda mucho tiempo antes de que comience a hacerlo. Jihoon también lo verá y no tendré otra opción que decirle todo... —suspiró—. No te estoy pidiendo que formemos una familia como tal... pero no sé qué diablos hacer, ¿entiendes?

Mingyu cerró los ojos, con frustración. Tenía una total mezcla de sentimientos; confusión, miedo, enojo e incluso un poco de felicidad. Iba a ser padre, la persona a la que había amado los últimos años de su vida llevaba un hijo suyo en su vientre.

Si las circunstancias hubiesen sido otras, sería totalmente feliz por aquello. Pero no era así... y dudaba que alguna vez lo fuera.

Abriendo una vez más los ojos y clavando su mirada en la del mayor, suspiró. En ambos, sus ojos reflejaban tristeza y miedo respecto a lo que podría pasar en algún futuro.

—Quédate aquí —murmuró—. Quédate unos días, piensa bien las cosas que harás y dirás respecto a esto. Yo sólo te advierto que, si llegas a elegir la opción de detener este embarazo, jamás en toda tu vida volverás a saber de mí.

Mingyu negó con la cabeza y salió de la habitación para seguir cocinando el almuerzo para todos. Soon Young se quedó allí unos segundos más; un nuevo dolor estomacal le recorrió el abdomen y llevo sus manos al lugar afectado.

—Por favor, detente... lo que menos necesito son más dolores —suspiró antes de salir, respirando hondo para tratar de calmar el dolor en su estómago y corazón.

F R I E N D S (MingyuxHoshi)Where stories live. Discover now