Capítulo 30.

1.2K 196 66
                                    

Después de unos cuantos minutos de charla más, el médico dijo que ambos chicos ya podían retirarse y que esperaba verlos para los chequeos del embarazo de Soon Young, más adelante.

El azabache caminó en silencio por los pasillos del hospital bajo la atenta mirada de Mingyu, quien quería decir algo para levantar sus ánimos, pero no sabía exactamente qué. De un momento a otro, cuando volvió a mirar a su mejor amigo notó que este se encontraba llorando en silencio.

Mingyu sólo detuvo su caminar y lo atrajo hacia él, dejando que soltara todas sus lágrimas, mientras lo envolvía entre sus brazos y acariciaba su nuca con sus dedos. La partía el corazón verlo de aquella manera, no podía creer que Jihoon haya sido capaz de mentirle de tal forma.

Hyung, en verdad lamento que te hayas enterado así de esto... —comentó, entristecido— ¿Que le dirás?

—Voy a terminar con él, pero... necesito saber quién es el padre de ese niño —comentó tratando de parar su llanto y mirando al más alto—. ¿Por qué me mintió de esta manera?

—Tal vez, la otra persona no quiso hacerse cargo del embarazo... —negó con la cabeza— Y quizá, como Jihoon sabe que tu no serías capaz de hacer algo así tomó esta decisión... Deja de llorar, Hoshi-ah, voy a llorar yo también —puchereó y Soon Young, en medio del llanto, hizo una mueca que debió ser una sonrisa—. Además, debes mostrarte seguro ante él si vas a enfrentarlo... que no sepa que has llorado por su culpa.

—Tienes razón... —asintió— Debo ser fuerte, además tú estás a mi lado. Y eso me basta...

Soon Young pasó sus manos por su rostro y limpio sus lágrimas, mientras respiraba hondo una y otra vez para regularizar su respiración.

Ambos subieron al auto y Mingyu condujo hasta la casa de Jihoon. El ambiente era silencioso y tenso, Soon Young se mantenía pensando en que diría y haría una vez que estuviera cara a cara con su, probablemente, furiosa pareja.

—¿Cómo me veo? —preguntó señalando su rostro.

—¿A mis ojos o en la realidad?

—A tus ojos... —respondió.

—Te ves hermoso, bueno, aunque siempre te ves hermoso y...

Yah, hablo en serio —se quejó, riendo enternecido por sus palabras.

—Bien, te ves normal... no parece que hayas llorado —sonrió, divertido.

Soon Young le devolvió la sonrisa y respiro profundamente antes de bajar el auto y pedirle a Mingyu que lo esperara ahí. Caminando con las manos en los bolsillos, se acercó a la puerta y golpeó tres veces. No pasó un minuto cuando Jihoon abrió la puerta, dejando ver su pequeño cuerpo y su abultado vientre escondidos debajo de una de sus viejas camisetas. Al ver al más alto de los dos, su rostro se tornó serio.

—Jihoon, tenemos que hablar —dijo, mirándolo fijamente.

—Oh, vaya... no respondes mis llamados durante tres días y te presentas en mi casa sólo porque tenemos que hablar —respondió, alejándose de la puerta para que su novio entrara—. Además, es bueno que hayas venido, yo igual debo hablar contigo.

—Empieza tú, entonces... si tantas veces me llamaste, debe ser importante —alzó las cejas.

—De hecho, sí. Después de que no respondieras mis llamados los dos primeros días llamé a tu trabajo... estaba preocupado —comentó—. Pero al hablar con alguien de allí me dijo que el jefe no había ido a ningún viaje de trabajo y que tu habías presentado una licencia por enfermedad, ¿qué tienes que decir en tu defensa?

—Que es verdad, no fui a ningún viaje de trabajo... fui a ver a Mingyu —admitió.

—¿No era más sencillo decirme la verdad en lugar de mentirme así? —preguntó de brazos cruzados.

—Es lo mismo que yo me pregunto, porque al parecer no soy el único que ha mentido aquí —soltó. Jihoon sólo se limitó a mirarlo confundido y Soon Young frunció el ceño—. Quiero una prueba de ADN del bebé.

—¿Q-que? —Jihoon abrió los ojos sorprendido por aquella petición— Soon Young, ¿por qué? ¿Estás insinuando que no eres el padre de nuestro hijo?

—No, no es nuestro hijo... es tu hijo —señaló—. Y si tan confiado estás de que el bebé es mío, hagámoslo. ¿Que podríamos perder?

—Soon Young, no. No puedo entender porque tienes esta repentina duda... —negó caminando de un lado a otro— No vamos a hacer el ADN, tu eres el padre, jamás he estado con otra persona que no seas tú.

—Jihoon, acabo de venir del hospital de hacerme unos estudios... y yo no embarazar, ¿entiendes? —declaró, por fin, viendo como el más bajo de los dos palidecía poco a poco como si de un dibujo animado se tratase— Voy a serte sincero, pero quiero que tú también lo seas...

—Soon Young, sigo sin entender...

—Jihoon, te engañé... yo igual voy a ser padre o... madre, no lo sé —negó con la cabeza tocando su abdomen, sin saber cómo definirse en esa situación—. Y no tengo derecho a reclamarte que me hayas engañado, porque yo llevo haciéndolo hace tiempo. Solo necesito saber quién es el padre de ese niño y si el en verdad te ama y no fue solo calentura del momento... y también necesito saber porque me mentiste, porque me ilusionaste con que sería padre si yo no tengo nada que ver con ese niño.

Hyung... yo... —en ese mismo instante, Jihoon estaba temblando de nervios y tristeza—. En verdad lo siento, fue... fue Seokmin —suspiró con la cabeza gacha—. Iba a decírtelo, pero cuando él se enteró dijo que no quería saber nada de esto... que no iba a hacerse cargo del bebé porque él no me ama... fue un error. Sabía que tu no ibas a dejarme, no quiero tener que criar al niño solo

—¿Seokmin? ¿De ese imbécil? —Soon Young cerró los puños.

Sabía que ese tipo quería a Jihoon en su cama hace tiempo, que no tenía sentimiento alguno por el mayor mas que atracción sexual y Jihoon siempre había dicho que por nada en el mundo se enredaría con él, aunque estuviese soltero.

—Ni siquiera te ama, ni siquiera lo amas tu estoy seguro —espetó, furioso—, ¿qué mierda estabas pensando? Jihoon, me engañaste solo por simple calentura...

—¡No tienes derecho a decirme nada! Acabas de admitir que tú también lo hiciste —exclamó.

—Al menos Mingyu si se hará cargo de nuestro hijo, Jihoon —respondió y Jihoon repitió el nombre del moreno en silencio, en shock—. Al menos él me ha demostrado que me ama y que jamás me lastimaría, aunque fui demasiado imbécil para notarlo.

—¿Mingyu? —preguntó— Me dijiste que eran solo amigos...

—Lo éramos, lo somos... al menos aún lo somos —respondió, callándose por unos segundos—. No tengo nada más para decirte, más que hasta aquí llegó nuestra relación...

Ninguno de los dos dijo nada más, solo se miraron por pocos segundos hasta que Soon Young decidió que sería mejor irse de la casa. Al cerrar la puerta detrás de sí, oyó como algo se rompía dentro de la casa; en otras circunstancias se hubiese regresado a corroborar que el castaño estuviera bien. Pero en ese momento, el sólo quería acostarse en la cama, hacerse una pequeña bolita y dormir el resto de la semana.

F R I E N D S (MingyuxHoshi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora