Capítulo 29.

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—Y... ¿no vas a devolverle las llamadas? —Mingyu miró al azabache que se mantenía conduciendo e intentando ignorar la nueva llamada entrante de Jihoon.

—No, no ahora... estoy conduciendo —negó nervioso.

—¿Quieres que atienda yo? —bromeó.

—¡No! —chilló y Mingyu soltó una carcajada.

—Mira, ya dejó de sonar —rio—. ¿Por qué no le atiendes? Tendrás que hablar con él de todas maneras.

—Lo haré cuando llegue... —respondió—. Imagina esto: la furia de Jihoon, esa que es tan normal en él... pero ahora súmale las hormonas alborotadas del embarazo. Va a matarme.

—Déjame ver si entendí... ¿prefieres enfrentarte con él cara a cara, donde tenga la posibilidad de matarte y castrarte, en lugar hablar por teléfono con él, dejar que te grite y luego cuando vayas a su casa esté más calmado? —preguntó y Soon Young asintió—. Vaya lógica, hyung —rio.

—Es que, primero antes de hablar con él... quiero hacerme los estudios —afirmó—. Si los resultados dan negativos, hablaré con él seriamente. Pero si dan positivos y el niño es mío...

—¿Que harás? —preguntó Mingyu, de repente un miedo de que el mayor se quedara con Jihoon y se volviera a alejar de él lo invadió completamente.

—Si el hijo de Jihoon también es mi hijo, no voy a ocultarle esto... no tiene sentido hacerlo. No podré evitar que mi vientre crezca en unos meses —comentó—. En ese caso no seré yo quien terminé la relación, probablemente.

Ninguno de los dos dijo nada más, Mingyu tomo su celular y comenzó a jugar al Plantas Vs. Zombies por un rato hasta que perdió seis veces en el mismo nivel.

—Ugh, me rindo. Soy terrible en esto —resopló, sacando el juego y cruzándose de brazos como niño pequeño—. De hecho, soy terrible en muchas cosas.

—¿De qué estás hablando? —preguntó el mayor, incrédulo— Eres excelente en cientos de cosas: eres bueno dibujando, cocinando, dando concejos, jugando a los videojuegos...

—También lo soy en la cama... —bromeó y Soon Young puso los ojos en blanco.

—Que tú mismo alardees que eres bueno en la cama, hace que automáticamente dejes de serlo —declaró, mirándolo de reojo.

—Entonces dilo tú, ¿que no vas admitirlo?

—No, no voy a admitirlo. Luego se te sube a la cabeza —comentó y Mingyu rio con diversión—. Me extrañaba que de tu boca no haya salido un comentario como ese hasta ahora. Batiste un récord, Mingyu-ah.

* * *

Cuando llegaron a la casa de Soon Young, eran casi las diez de la mañana y, ya que ambos se habían turnado para conducir y dejar descansar al otro, ahora no estaban tan cansados.

—Mientras tu conducías estuve pensando... ¿qué tal si los análisis los hago hoy mismo? —preguntó, sorprendiendo al otro que se mantenía guardando la comida que habían comprado antes de llegar.

—¿Hoy? —preguntó mirándolo—. Creo que tendrías que pedir un turno médico, ¿o no?

—No, cuando me enteré del embarazo el doctor me dijo que por mi situación podía hacerlo sin turno —respondió, pensativo—. Aunque eso supondría que los resultados tardarían un poco más. Pero, ¿nunca has tenido esa sensación en que necesitas respuestas en lugar de oxígeno para vivir?

Mingyu asintió con diversión, aquella sensación venía a él cuando las series que miraba lo dejaban con la intriga. No era algo que podía comprarse con la situación de Soon Young, pero al menos lo entendía.

—Además, creo que será mejor para todos saber si puedo o no embarazar antes de enfrentar a Jihoon y decir algo erróneo o de lo que después me arrepienta —comentó—. Pero antes de ir... dame mis chocolates —dijo extendiendo su mano con un puchero en su rostro.

Mingyu le lanzó una barrita de chocolate y Soon Young festejó antes de comerla. Era como un adorable infante.

Las horas pasaron, ellos comieron y descansaron un poco antes de ir al hospital a por los estudios de Soon Young. Al ir sin turno previo, nuevamente tuvieron que esperar a que el medico se liberara de sus pacientes para ingresar al consultorio; una vez allí, el azabache le pidió a su mejor amigo que lo acompañara.

—Tengo tanto miedo que incluso podría desmayarme —murmuró levantándose del asiento de la sala de espera, jalando de la mano del moreno sin darle oportunidad a negarse (aunque sabía que no lo haría).

Para su suerte, el médico recordaba a Soon Young por lo que no hizo falta demasiada explicación para entender que era lo que pasaba por la cabeza del chico. Durante una charla de media hora, el doctor le explicó que aquellos estudios constarían de un análisis de sangre, ecografía y radiografía abdominal.

—Si tienen suerte, los análisis estarán hoy mismo... al menos los de radiografía y ecografía los tendrán en pocos minutos. El de sangre tardará al menos una hora... —comentó.

—Creo que podemos esperar —respondió Mingyu—. Si hacemos el análisis de sangre en primer lugar, y mientras la sangre es analizada hacemos los demás estudios, será menor la espera.

* * *

Después de hacerse todos y cada uno de los estudios, Soon Young y Mingyu se sentaron nuevamente en la sala de espera, sosteniendo el sobre con los resultados del análisis entre sus manos. Ambos le habían echado un ojo, pero ninguno de los dos fue lo suficientemente inteligentes como para entender todas esas palabras técnicas que usan los médicos.

—Bien, antes de hablarles sobre esto... ¿saben cómo es el tema de los embarazos masculinos? —el azabache asintió, pero Mingyu negó. Conocía sobre el tema, pero no mucho—. De acuerdo, bien deben saber que ya hace años se vienen dando casos de hombres embarazados y con el paso del tiempo se ha hecho un poco más común. Estos hombres son quienes nacieron con órganos reproductores tanto masculinos como femeninos en su cuerpo; en fin, la mayor parte del tiempo son sólo uno de los órganos reproductores los que "funcionan". Sólo se ha dado un caso donde, en un mal funcionamiento del organismo, ambos órganos reproductores funcionan de igual manera por lo que el hombre puede embarazarse al mismo tiempo que su pareja. Pero este, no es el caso de Soon Young —concluyó.

—¿Entonces yo no puedo embarazar? —preguntó Soon Young con una mano en su vientre.

Al ver al médico negar con la cabeza, ambos contuvieron la respiración sintiendo una mezcla de emociones; Mingyu, quería alegrase, pero no podía hacerlo sabiendo que Soon Young había sido engañado sobre que sería padre. No podía alegrarse si la persona que amaba no estaba feliz.

Soon Young tampoco sabía que sentir: le dolía el corazón al enterarse de aquella manera del engaño de su pareja, pero no tenía derecho a reclamarle nada. Ambos habían cometido el mismo error, pero... ¿por qué mentirle de aquella manera? ¿por qué crearle una ilusión de que el bebé que llevaba en su vientre era suyo? Sentía que quería llorar.

Ahora solo quedaba hablar con Jihoon y aclarar la situación.

F R I E N D S (MingyuxHoshi)Where stories live. Discover now