Capítulo 1

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CAPÍTULO 1


    El primer día de instituto sin Jason fue terrible. No solo por el hecho de estar sin él, sino más bien porque allá por donde pasáramos Cheryl y yo se oían murmullos y voces que repetían una y otra vez su nombre. Mi hermana me había aconsejado mantener la cabeza bien alta, mostrar serenidad, pero no podía ocultar que me estaba ahogando por dentro en un mar de lágrimas. Necesitaba volver a casa, encerrarme en mi cuarto y llorar hasta no poder más. Mientras caminábamos por los pasillos, Cheryl tomó mi mano y la apretó con fuerza. No estaba tan conectada a ella como a Jason aunque, claro, tampoco estaba tan conectada a mi hermano como este a Cheryl. A veces nos costaba más entendernos, pero en estos momentos teníamos que hacer un esfuerzo. Al fin y al cabo, ella era mi hermana y la quería.

    La primera clase fue una tortura porque tuve que estar separada de Cheryl. No tenía demasiados amigos o, al menos, no amigos verdaderos, sino simples conocidos. Me llevaba bien con el resto de mis compañeros, pero no "bien" en un grado que llegara más allá de preguntar los ejercicios de clase o ayudar con los exámenes. Con quien más confianza tenía era Ella Johnson pero, tristemente y para mi desconsuelo, se había mudado a Nueva York antes de comenzar el curso. Sin ella y Jason el instituto era como un gran monstruo abriendo sus fauces para devorarme. Por lo menos antes, en caso de que Ella no viniera, siempre podía sentarme con Jason y su pandilla. Era bienvenida junto a sus amigos un año mayores que yo. Incluso siendo unos enormes mamuts que podían arrollarte en un partido de fútbol, eran amables y divertidos cuando se lo proponían y ni siquiera tan brutos. Ahora no tenía ni idea de qué haría. Me sentía demasiado sola y desamparada sin mi única amiga y mi hermano.

    En la segunda clase Nick Reedus se acercó a hablarme con una sonrisa compasiva. Había estado enamorada platónicamente de Nick desde primaria, pero nunca conseguíamos hablar mucho. Me limitaba a observarlo y echar pequeños suspiros de loca enamoradiza. A estas alturas era muy extraño que el propio Nick no se hubiera dado cuenta. Por eso, cuando se aproximó a mí, el corazón me latió de forma violenta.

    ―Hey, Blaze, siento lo de tu hermano ―murmuró.

    Odiaba esa frase con toda mi alma. ¿Qué podían saber ellos de mi lamento? La pérdida de Jason me causaba un dolor inefable, que emponzoñaba mis entrañas hasta dejar una sensación fría y hueca en mi cuerpo. Pensar que iría a su mesa habitual y estaría ahí tranquilo, comiendo con sus colegas, cuando ya no sería así, me provocaba unas inevitables ganas de vomitar. Creía que jamás asimilaría su muerte. ¿Cómo Nick iba a sentir ese dolor? No podía, simplemente porque él no había perdido a la luz de su vida. Era una asquerosa frase que supuestamente tenía el fin de hacerle a uno sentir mejor, pero no lo lograba en absoluto.

    No fui capaz de ocultar mi primera reacción: una mueca. Sin embargo, me apresuré a cambiarla por una sonrisa triste para no darle la impresión de que era una desconsiderada. Por lo menos se había acercado a mostrarme su apoyo.

    ―Gracias, yo...

    Pero no pude continuar la frase, pues la profesora entró con rapidez en el aula. Pretendía preguntarle algo como si me dejaba comer con él, aunque ahora esa posibilidad se había esfumado. Sabía de buena fe que si él no se volvía a acercar, yo no sería capaz.

    Así pues, a la hora de comer busqué a Cheryl. No la encontraba por ningún sitio y empecé a agobiarme. Salí al exterior, donde las pandillas se agrupaban en sus mesas habituales para disfrutar de una agradable comida. Cheryl tenía que estar por alguna parte con sus amigas. No podía ser tan difícil encontrarla, me dije a mí misma. Mientras caminaba en dirección a quién sabe dónde, distinguí entre la multitud una cabellera rojiza con una chaqueta del equipo de fútbol. Por un instante se me paró el corazón, mi mundo quedó patas arriba y sentí un dolor desgarrador en el pecho. Casi sentía que si corría y tomaba el brazo de aquel chico recibiría la cálida sonrisa de mi hermano. Pero mis ensoñaciones se rompieron cuando el estudiante en cuestión se giró, mostrando el rostro de Archie Andrews. No pude evitar sentir una profunda decepción, incluso a pesar de que fuera imposible que Jason estuviera ahí. Cuando Archie se percató de mi presencia puso una expresión de reconocimiento y se acercó. Me dio una débil palmada sobre el hombro, como si eso pudiera menguar mi tristeza.

BLOODLINE ; JUGHEAD JONES [1] ✅Where stories live. Discover now