Capítulo 29

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CAPÍTULO 29

La noche anterior

    Cuando me separé y terminamos el beso no pude evitar sonreír. Quizá fue una de las sonrisas más sinceras que he mostrado en mi vida; siendo así, me alegra que sea a él porque se la merece. Jughead pareció contagiarse de mi felicidad y levantó las comisuras de sus labios. Por un momento ninguno de los dos dijo nada, pero no fue una situación incómoda en absoluto. Era como si nos estuviéramos empapando el uno del otro, admirándonos como si fuéramos los únicos de la sala. Me permitió olvidarme de mis padres, del resto de invitados que solo estaban aquí por el interés, de Jason.

    ―Hola, Jughead ―nos interrumpió entonces Cheryl.

    La fulminé con la mirada, a lo que mi hermana respondió con una sonrisa divertida.

    ―Me alegra que al final hayas decidido venir ―continuó Cheryl mostrando su lado más amable.

    Se me hizo bastante tierno; últimamente mi hermana se estaba convirtiendo en una persona más dulce y preocupada por los demás, sobre todo por mí, lo que había provocado que tuviéramos una relación mucho más estrecha. Estaba segura de que Jason habría estado orgulloso de lo bien que nos llevábamos. Quizá este era el efecto del amor en Cheryl, quizá Veronica le hacía bien.

    ―Me di cuenta de que había cometido un error al no acompañar a Blaze.

    Lo observé separando los labios para decir algo, pero las palabras no salieron de la boca, tal vez por el nudo que se me había formado en la garganta. Sin apenas pensármelo, uní nuestras manos, entrelazando los dedos y dándole un suave apretón. Jughead pasó su mirada de Cheryl a mí y juraría que vi miles de posibilidades en sus ojos. Estaba la posibilidad de ser felices, de no rendirnos, de luchar. Cheryl puso una mano en mi hombro y otra en el de Jug.

    ―¡A bailar!

    La música no era la más ideal para una cita, en realidad el ambiente tampoco lo era, pero lo que más me importaba era que estaba aquí con Jughead y quería que los minutos fueran infinitos. Entre risas nos dirigimos a la improvisada pista de baile, donde sonaba una suave melodía. Nos pusimos a danzar de forma torpe, más bien meciéndonos de un lado a otro. Deseaba romper el silencio con algo ingenioso, pero me había quedado en blanco, así que agradecí que fuera Jughead quien lo hiciera.

    ―Lo siento, Blazers.

    Ahí estaba: Blazers. Era increíble como una simple palabra podía hacerme sentir tan bien, como si por fin encontraras la pieza el puzzle que se había perdido. Coloqué mis brazos alrededor del cuello de Jug.

    ―Nunca debí haber dicho que eras venenosa ―susurró a la vez que inclinaba su cabeza para pegar su frente a la mía―. Eres de lo mejor de Riverdale. Haces que una ciudad perdida parezca resplandecer. Está claro que tu nombre te hace justicia.*

    Permanecí callada, aún incapaz de encontrar las palabras adecuadas. Así pues, me acerqué para darle un corto beso. De todas formas, Jughead semejó preocuparse ante mi falta de respuesta. Lo que no sabía era que la emoción me sobrepasaba y que tenía tantas cosas que decirle que no tenía ni idea de por dónde empezar.

    ―Tenías razón ―continuó, todavía con nuestras frentes juntas―. Mi padre tiene algo que ver. Quizá no sea el asesino, pero tiene algo que ver.

    ―No, Juggie, fue una acusación muy grave ―solté al fin―. Ambos nos equivocamos. Yo confío en ti, pero eso no quiere decir que tenga que confiar en tu padre incondicionalmente. Lo que sí es cierto es que para acusarlo de esa manera debería tener más pruebas.

BLOODLINE ; JUGHEAD JONES [1] ✅Where stories live. Discover now