Capítulo 2

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CAPÍTULO 2

    Cheryl entró con gran rapidez en mi cuarto. Sorprendida, me quité uno de mis auriculares y dejé el libro que estaba leyendo sobre la mesilla. Mi hermana se sentó sobre mi cama, a mi lado, con expresión preocupada. De forma instantánea me entró el miedo. Era el mismo gesto que me había mostrado el día de la muerte de Jason. ¿Acaso podía pasar algo peor ahora? ¿Habría algo capaz de agravar mi dolor?

    ―Blazey. ―Utilizó un apodo cariñoso, lo que solo sirvió para preocuparme más―. Hay algo que te tengo que contar, pero no se lo puedes decir a nadie, ¿entendido? ―Fruncí el ceño mientras me quitaba el otro auricular―. Es muy importante que no se lo digas ni a mamá, ni a papá, ni a Ella. A nadie.

    Asentí con el corazón latiéndome muy deprisa, como si se me fuera a salir del pecho.

    ―Jason planeó su muerte. ―Ahogué un grito. Me llevé las manos a la boca a la vez que notaba las lágrimas acudir a mis ojos―. El cuatro de julio fuimos al río y llevamos a cabo el plan. Quería huir, por eso tenía que hacer creer a todos en Riverdale que había muerto.

    Tardé unos minutos en procesar la información. Fue como si un balde de agua fría me hubiera caído encima. Por un momento me pareció una broma cruel, de las típicas de mi hermana, pero entonces me fijé mejor en sus ojos. Cheryl apretaba los labios, movía las manos con gran inquietud y sus ojos me observaban de una manera que me caló hondo, llegó hasta esa alma que se estaba pudriendo. Digamos que Cheryl y yo nunca habíamos tenido la misma conexión entre nosotras que con Jason, ya que con él era todo más sencillo. No recordaba que ella me hubiera mirado nunca de la forma en la que ahora lo hacía, con tanta angustia y desesperación. No pude hacer otra cosa que creerla.

    ―¿Por qué haría algo así? ―pregunté en un susurro.

    Cheryl negó con la cabeza. Tras eso no pudo aguantarlo más y se cubrió la cara con las manos. Escuché sus débiles sollozos, vi sus hombros subiendo y bajando y su pelo despeinado saliéndose de la coleta que se había hecho. Me acerqué a ella y la estreché fuertemente entre mis brazos. Cheryl colocó su cabeza sobre mi hombro y continuó llorando, lo que provocó que unas silenciosas lágrimas corrieran sobre mis mejillas. Necesitaba un momento como este en el que poder desahogarme con mi hermana; un momento en el que dejáramos a un lado nuestras diferencias y nos ayudáramos a superar nuestras penas.

    ―Blazey ―dijo Cheryl todavía entre sollozos, aunque separándose de mí para que pudiera ver su cara―. Solo tú puedes saberlo. Jason... él no quería hacerte daño, pero... ―Tomé su mano con la finalidad de darle ánimos para seguir―. No se ha puesto en contacto conmigo. Dudo que lo haga, de todas formas. Pero... pero...

    Las temidas palabras estaban aguardando en mis labios, listas para ser pronunciadas a pesar del terror que me infundía hacerlo.

    ―¿Jason está vivo?


* * *


    Nick Reedus me sonrió a modo de saludo en uno de los pasillos del instituto. Fue un gesto muy simple y corto, pero para mí significó un mundo. Parecía que de repente Nick había decidido hacerme caso, lo que podía derivar en una posible pedida para ir al baile con él. Un destello de felicidad iluminó mi oscuridad. Cheryl y yo habíamos pensado que el baile de vuelta a clase tenía que celebrarse, porque Jason así lo habría querido, estuviera ahora muerto o solo desaparecido. Por mi mente habían pasado diversas imágenes de Jason bailando conmigo en mi primer baile. Recordaba sus movimientos absurdos y mi risa que no podía ser contenida. Incluso después de todo este tiempo veía con claridad cómo él gritaba entre la música y el ajetreo: "¡Vamos, Blazey, menea un poco ese cuerpo!". El resto de estudiantes tenían derecho a repetir buenos momentos como esos. La única esperanza que me quedaba para este baile era poder ir con Nick, como siempre había querido pero nunca me había atrevido.

BLOODLINE ; JUGHEAD JONES [1] ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora