BLOODLINE ; JUGHEAD JONES [1] ✅

Capítulo 5

CAPÍTULO 5

    Blaze: ¿cómo te va?

    Ella: bien

    Blaze: ¿eso es todo lo que vas a decir? ¿te has enfadado conmigo o qué?

    Ella: ¿por qué iba a estar enfadada?

    Blaze: porque ya no me hablas, te limitas a decir "bien", "lo siento", "ah, vale" y ¿qué quieres que piense de eso?

    Ella está escribiendo...

    ―Blaze, el móvil no se utiliza en la mesa ―me regañó mi padre cortante.

    Con un suspiro de resignación, me guardé el móvil en el bolsillo. La comida que tenía delante no tenía muy buena pinta y la verdad era que yo tampoco tenía apetito. Cheryl me observaba por el rabillo del ojo con cierta curiosidad. Me obligué a llenar el tenedor y lo mastiqué a desgana. Reinaba el silencio en toda la casa, pero no uno agradable o cortés, sino un silencio desgarrador y tétrico. No podía quejarme, ya que con nuestros padres siempre era así. Era impensable pretender vivir una bonita cena en familia como en las películas, pero a veces soñaba con ella, en un mundo en el que los Blossom estaban unidos. Por lo menos antes, Jason conseguía animar un poco el ambiente.

    ―Bueno, ¿qué tal el instituto? ―preguntó mamá.

    Cheryl bebió un sorbo de agua y se dispuso a contestar. Ella contaba con muchas más aventuras que contar: era de las más populares, tenía a los chicos del instituto haciendo cola para pretenderla y era capitana de las animadoras.

    ―Bien. ―Mostró una sonrisa inocente que no me creí―. Hoy las animadoras estuvimos preparando una coreografía para un partido que habrá pronto.

    Mi madre asintió levemente y mi padre acompañó el gesto sonriendo. La escena era de plástico, una simple ilusión. Mis padres querían dar la impresión de familia perfecta, pero estaba segura de que les importaba una mierda cómo nos iban en el instituto. Odiaba esta familia. Odiaba esta casa. Odiaba mi vida sin Jason. Incluso odiaba que el propio Jason tuviera un lado oscuro que yo me había negado a ver. Ahora mismo odiaba el simple hecho de existir.

    ―¿Qué tal tú, querida? ―quiso saber mamá girándose hacia mí.

    No pretendían saber la verdad. Mi verdad. Tan solo buscaban que les dijera lo que ellos querían oír, que actuara como una Blossom más, pero ya estaba harta de tonterías.

    ―Fatal ―admití. Empujé el plato a un lado. Definitivamente, había perdido todo el apetito―. ¿Es que no echáis de menos a Jason? ¿Cómo podéis ser tan fríos?

    Cheryl mantuvo la vista fija en su comida, al contrario que mis padres, que se sorprendieron y juraría que hasta se enfadaron. Mi labio inferior tembló durante un segundo en el cual dudé, pero sabía que no había vuelta atrás. Antes de que nadie pudiera contestar me apresuré a continuar yo misma.

    ―Parece que estáis hechos de piedra. ¿Qué hay de mi hermano, Jason, vuestro hijo? ¿Cómo conseguís permanecer tan tranquilos después de haber visto esa expresión de terror en su cuerpo muerto? ¿Cómo dormís por las noches?

    Mi madre fue la primera en recuperarse de la sorpresa. Dejó el tenedor y el cuchillo sobre el plato con gran finura, ya que a ella no le gustaba perder la compostura bajo ningún concepto.

    ―Mi niña, estamos devastados, como cualquier padre. ―Echó un rápido vistazo a papá―. Pero ya sabes que hay que mantenerse con la cabeza bien alta en todos los casos. Solo tratamos de daros buen ejemplo a Cheryl y a ti.