Capítulo 15

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CAPÍTULO 15

    Me desperté de sopetón y asustada, sintiendo miedo de la pesadilla que había tenido. En mi sueño, Jason regresaba justo cuando toda la familia estaba cenando. Por extraño que pareciera, mis padres se comportaban de forma amable y Cheryl y yo nos reíamos de alguna tontería. Era tal y como si fuéramos al fin la familia perfecta. Cuando Jason se nos unía, sin embargo, no era un reencuentro digno de película con lágrimas y una música alegre sonando de fondo. La cara de mi hermano era la que tenía el día en el que habían encontrado su cuerpo en el río con un tiro en la frente. Parecía un auténtico zombi. Cheryl chillaba y yo miraba fijamente a Jason, entre dubitativa y asustada. Lo último que recordaba era ver cómo su brazo se extendía hacia mí... y me había despertado. Palpé el colchón a mi lado, pero Jughead ya no estaba allí. Mi respiración estaba muy agitada y no lograba calmarla. Ahora que era de día todos los problemas semejaban volver a cernirse sobre mí. Recordé que estaba en casa de Jughead, lugar en el que su padre no me quería. Si él se había ido y me quedaba sola con FP no sabía si podría afrontar la situación.

    Escuché un ruido al otro lado de la puerta y pegué un salto de la cama al suelo. Todo mi cuerpo se tensó. Mi mente aún seguía agitada por la pesadilla y tenía miedo de que me fallara. En cambio, quien apareció por la puerta fue Jug con un vaso en la mano. Me observó curioso mientras mis mejillas se teñían de rojo por lo ridículo del momento.

    ―Buenos días ―murmuré.

    Al instante mi cuerpo se relajó y me permití sentarme al borde de la cama. Jughead dejó el vaso mitad vacío con un líquido anaranjado sobre la mesilla. Me dio los buenos días y se quedó quieto mirándome. Tomé el vaso de zumo entre mis manos y di un sorbo. Sabía fatal, como si alguien hubiera mezclado el jugo de la naranja con agua con gas. Puse buena cara y terminé de beberlo para no defraudar a Jughead, ya que lo conocía y sabía que él lo había hecho con buena intención. Al alzar la vista comprobé que no había apartado la mirada de mí. Fruncí el ceño cuando me di cuenta de que todavía no se había puesto su gorro.

    ―¿Te pasa algo? ―inquirí.

    ―Oh, no. ―Se puso a dar vueltas por la diminuta habitación como si lo estuviera meditando―. Quería asegurarme de que estabas bien después de lo de ayer.

    ―No pasa nada, Juggie. Ya estoy acostumbrada a esos arrebatos de mi madre, podré vivir con ellos.

    Él se paró de nuevo a unos centímetros de mí. Realmente quería asegurarse de que estuviera bien, porque su mirada denotaba preocupación. Era muy tierno por su parte que estuviera tan intranquilo, y más cuando estaba sufriendo también con su familia. Por lo que recordaba del día anterior, FP y su hijo no habían tenido una charla demasiado amistosa sobre si me podía quedar o no. Jug ya me había comentado antes que no se llevaban muy bien y que por culpa de su padre Jellybean y su madre se habían ido.

    ―Sabes que no tienes por qué vivir allí, ¿verdad? ―dijo a continuación.

    Sacudí la cabeza. Ojalá pudiera no vivir con mis padres, pero había dos grandes motivos por los que no podía irme. Estaba claro que si me marchaba de Thornhill me destrozarían la vida. No me cabía ninguna duda de que aplastarían mis ilusiones, destruirían todas mis posibilidades y me empequeñecerían hasta que comenzara a dudar de mí misma. Sin embargo, la razón principal ―la cual había ido aumentando en importancia estos días― era Cheryl. Sabía que ella no quería irse de Thornhill. Si yo la dejara sola con nuestra familia ya no le quedaría nada. Perder a Jason para después perderme a mí sería demasiado duro. Había descubierto que Cheryl era fuerte, pero también tenía grandes momentos de debilidad.

BLOODLINE ; JUGHEAD JONES [1] ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora