BLOODLINE ; JUGHEAD JONES [1] ✅

Capítulo 42

CAPÍTULO 42

    Alejarme de Jughead aquella mañana era probablemente uno de los mayores esfuerzos que había hecho. Pensar en el apellido Jones y en cómo su padre había asesinado sin piedad a mi hermano ―si es que en verdad lo había hecho― me provocaba náuseas. Sin embargo, Jughead era mi debilidad. Siempre lo sería. Era un pequeño foco de luz que se abría paso entre la tormenta. Ahora había llegado mi turno de ser ese pilar en su vida, de sostenerlo para que no cayera en la oscuridad. El error de FP le estaba desgarrando el alma y, aunque también me destruyera a mí, debía mostrarme fuerte para conservar la relación. Claro estaba, no podía olvidar lo que FP Jones había hecho. Tal vez una mala decisión lo condenaría de por vida.

    Intenté no pensar en ello cuando ocupé un asiento al lado de Cheryl en la cafetería. Miré unos segundos a la mesa donde estaban mis amigos, segura de que entenderían por qué no me unía a ellos hoy. Lo primero que hizo mi hermana fue abrazarme. Se trató de un gesto bastante reconfortante que ni siquiera sabía que necesitaba con tanta urgencia. Apreté a Cheryl con fuerza, aunque no solo yo me encargaba de darle ánimos; ella me estaba transmitiendo el amor fraternal que me hacía falta en estos momentos. Si Jason estuviera con nosotras habríamos gozado de todo el amor que quisiéramos pero, claro estaba, Jason era la causa principal de nuestra necesidad de afecto.

    ―No me lo puedo creer ―susurré cuando nos separamos.

    ―Yo sí ―siseó Cheryl―. Blazey, es una Serpiente. Se junta con los del Sur. Y Jughead también lo es; está en su sangre.

    Sacudí la cabeza con decisión. Estaba claro que los genes de nuestros progenitores influían, pero éramos nosotros los que a partir de un punto trazábamos el camino de nuestras vidas. Jughead y yo habíamos formado un camino que se desviaba de nuestras familias. No era su culpa que FP hubiera matado a Jason como no era la mía que mis padres fueran tan fríos y manipuladores. A pesar de todo, no esperaba que Cheryl ni nadie lo comprendiera. No esperaba que entendieran hasta qué punto quería y apoyaba a Jug, porque lo único que ellos veían era la conexión entre el criminal y su hijo, tachando así al segundo también de asesino.

    ―No es cierto ―aseguré.

    Una exclamación conjunta despertó mi atención. Todos los rostros se habían girado en dirección a la entrada de la cafetería, donde una figura se hacía paso cabizbaja. Entreabrí mis labios al percatarme de que el mismísimo Jughead había decidido presentarse ante el instituto entero. Supuse que se sentaría con el resto de nuestro grupo, de modo que cuando no lo hizo me sorprendí aún más. Siguió su camino hasta pararse frente a Cheryl y a mí.

    ―¿Juggie? ―inquirí preocupada.

    Mi hermana lo fulminó con la mirada, cosa que a Jughead no le importó demasiado. Tomó aire y alzó la vista.

    ―Lo siento, Cheryl ―murmuró él.

    Antes de que fuera capaz de detenerla, Cheryl se levantó y golpeó a Jughead. Solté un grito que me habría sido imposible reprimir. Ella continuó atizándole a la vez que sollozaba. Cuando por fin reaccioné, traté meterme en el medio para separarlos. Era consciente de que Jug no se defendía, como si creyera que merecía todos aquellos golpes. Chillé en un intento desesperado de llamar su atención, aunque fue Archie quien logró alejar a mi hermana de Jughead. El director Weatherbee apareció en escena con expresión autoritaria.

    ―Señor Jones, necesita venir conmigo ahora mismo.

    Jughead hizo lo que le mandaba sin rechistar.

    ―¡Se estaba disculpando! ―exclamó Archie.

    ―No ha hecho nada malo ―añadí sin resultado.