Capítulo 4

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La noche había caído, cierto pelirrojo se hallaba saltando de tejado en tejado dirigiéndose a la estructura más distinguida de la ciudad.

En cuanto llegó al punto que había acordado con su compañero sintió un sentimiento extraño, algo que nunca había percibido anteriormente.

Miró a su alrededor y se topó con una escena que jamás imaginó ver. El portador del miraculous de la destrucción se hallaba sentado apoyándose en una pared mirando una rosa de un rojo intenso, estaba tan absorto en ella que no reaccionó ante la llegada del zorro.

 El portador del miraculous de la destrucción se hallaba sentado apoyándose en una pared mirando una rosa de un rojo intenso, estaba tan absorto en ella que no reaccionó ante la llegada del zorro

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—¿Chat? —Lo llamó dudoso.

—¡Firefox! —exclamó el rubio sorprendido mientras se ponía de pie—. Me alegra verlo, mi lord —dijo inclinándose un poco para estar a la altura del pelirrojo y le ofreció la rosa acción que lo confundió.

—¿Estás jugando? —preguntó Firefox fastidiado.

—Mala idea ¿eh? —comentó Chat desanimado mientras se incorporaba—. Siendo sincero jamás he podido relacionarme realmente con la gente, en mi vida como civil soy preso en una especie de burbuja... —confesó con la mirada gacha—. Creí que una rosa sería buena para una ofrenda de paz.

Las palabras del rubio resonaron en la mente del héroe zorro. A pesar de no conocerse realmente intentó ponerse en los zapatos del otro, después de todo no tenía sentido que fuera una mentira. Firefox se sintió culpable, había actuado como un niño al alejarse de su compañero aún después de ser testigo de sus múltiples intentos de pedir disculpas.

—Chat —dijo en voz baja—. Perdón

—¿Qué? —El rubio lo miró sin entender—. ¡Tonterías! Debería ser yo quien te pida disculpas, quisiste ayudarme y sólo te hice a un lado.

—Lo sé, pero más de una vez quisiste disculparte y dejé que mi orgullo ganara evitándote a toda costa —explicó mirando el cielo, percibiendo la belleza de la noche.

—Bueno... Mejor... ¿Borrón y cuenta nueva? No queremos que los villanos tomen ventaja de nuestra rivalidad ¿cierto? —comentó Chat con una sonrisa que mostraba su diversión.

—Cierto —Firefox rio—. Empecemos de cero

Chat sonrió travieso y le colocó su ofrenda de paz en la cara a Firefox quién rodó los ojos y la aceptó rendido.

—Rojo pasión, como tu cabello —Se burló el ojiesmeralda.

—¿Disculpa? Al menos es natural, no como el tuyo, oxigenado —respondió usando un tono burlón.

—¿Perdón? —dijo haciéndose el ofendido—. Soy rubio natural.

—Haré como que te creo —comentó siguiéndole el juego.

Firefox caminó hasta el barandal de la torre y observó los alrededores. Sintió arrepentimiento por no traer consigo su block donde podría plasmar lo que sus ojos estaban apreciando. Se sumergió en sus pensamientos hasta que sintió cierto movimiento en su cabeza, alguien estaba jugando con su cabello.

—Estúpida, mi pelo ¡idiota! —Se quejó apartando la mano del más alto. Ambos se miraron unos segundos y luego se echaron a reír como nunca lo habían hecho.

Aún sin parar de reír y casi sin aire se dejaron caer en el frío suelo retorciéndose como gusanos. Tanto era el escándalo que hacían que llamaron la atención de una heroína de cabellera rubia quien llegó volando y se posicionó no muy lejos de ellos, observando la escena. No tardó en descifrar de quienes se trataba y se dio cuenta de que sobraba ahí, además estaba espiando por lo que decidió marcharse, con la mirada triste.

Chat y Firefox disfrutaban el momento, nunca en sus vidas como civiles se habían divertido tanto. Una vez que pudieron recuperar la compostura, continuaron charlando como si de un reencuentro de viejos amigos se tratara.

—¿Y qué hay de Queen Bee? —mencionó Chat con una sonrisa pícara.

—¿De qué hablas? —Firefox lo miró sin comprender.

—No es difícil darse cuenta de que le interesas —dijo el rubio como si fuera lo más obvio del mundo.

—Tonterías —respondió.

—¿O es que hay alguna otra chica que te ha robado el corazón? —cuestionó el héroe gato haciendo notar su curiosidad.

—Bueno... La había —contestó el pelirrojo mirando al suelo—. Pero ella está interesada en un chico popular, guapo y adinerado. Todo lo contrario, a mí.

—¿Adinerado? —Firefox asintió—. Que fastidio, entonces solo se fija en su billete.

—Lo dudo, la conozco lo suficiente para saber que no es de esas personas —comentó—. Más bien creo que se trata de admiración o algo así —soltó un suspiro—. Pero ahora no importa, esa chica está prácticamente en el pasado.

—Entonces ¿por qué no intentas algo con la abeja? —sugirió Chat—. Las chicas no dan el primer paso, nunca.

—Sí que vives en una burbuja —murmuró Firefox—. Lo pensaré gatubelo.

—Más te vale, navegador —Chat se puso de pie y ofreció su mano a su compañero.

El de ojos turquesas aceptó la ayuda y se levantó, ambos Miraculous comenzaron a pitar anunciando que estaban a punto de destransformarse. Ya sin rencores se despidieron y ambos muchachos se retiraron del lugar.

Firefox regresó a su hogar volviendo a ser Nathaniel, cerró la ventana de su cuarto después de entrar y observó la rosa que le había dado Chat. La flor era muy bella por sí sola, el color era intenso y fascinante además desprendía un aroma embriagante.

Nathaniel dejo la rosa en su mesita de noche y sin cambiarse de ropa tumbó en su cama con una sonrisa y se dejó llevar por los brazos de Morfeo.

Acosador #PGP2019Where stories live. Discover now