Capítulo 34

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Chloé Bourgeois se encontraba sentada dándole la espalda a la barra, tenía una gran sonrisa en su rostro y se notaba la emoción en ella. Esperaba ansiosa a que llegaran sus invitados para dar inicio al festejo por su cumpleaños dieciocho, algo muy importante pues al fin podría hacer legalmente todas esas cosas que hacía quebrantando la ley, siempre siendo cuidadosa pues al ser hija de un político debía cumplir con un código de comportamiento, pero eso no la hacía dejar de ser adolescente.

Se escucharon voces acercarse por las escaleras, dando un salto la rubia bajó del banco donde estaba y caminó hacia las escaleras haciendo sonar sus tacones de plataforma. Una sonrisa apareció en su rostro al reconocer una de las voces, colocó sus manos atrás de su espalda apretando sus dedos nerviosa y esperó a que terminaran de subir.

—¡Feliz cumpleaños, Chloé! —saludó efusivamente la azabache abrazando a la nombrada.

—Gracias Marinette —respondió la rubia correspondiendo el abrazo.

—Felicidades Chloé —felicitó Nino tendiéndole una bolsa de regalo.

—Oh no te hubieras... Mentira, trae acá —dijo Bourgeois tomando la bolsa haciendo reír a los recién llegados.

Los invitados continuaron llegando, mientras dos encargados les servían bebidas Chloé notaba la mirada perdida de su mejor amigo, observó el vaso que tenía en la mano, casi no había bebido.

—Oye, ¿estás bien, Adrikins? —preguntó la mayor dándole un trago a su vaso.

—¿Eh? Sí, sí...

—¿Es por qué Nathaniel no ha llegado?

Chloé dejó su vaso en la barra y dirigió toda su atención al más alto, estaba preocupada por su amigo y quería ayudarle de alguna forma.

—Él no quiere hablar conmigo, tal vez se arrepiente de todo...

—No seas pesimista, seguro le costó comprender todo lo que pasó. Fue toda una sorpresa saber que eras tú —dejó el resto de la frase en el aire, no se iban a arriesgar a hablar del tema abiertamente en un lugar público.

—Pero ya pasaron varios días.

—Es Nathaniel de quien hablamos...

—Tal vez tengas razón.

—Ponte a bailar, quizá eso te anime —sugirió su amiga volviendo a tomar su vaso para beber el último trago. Inhaló profundo y se acercó a la franco-china que conversaba animadamente con su mejor amiga y el novio de esta última. Marinette se dio la vuelta al escuchar que le hablaban encontrándose con la festejada pidiéndole que bailaran juntas, la azabache esbozó una sonrisa y aceptó la invitación de Chloé.

Adrien sonrió orgulloso de su mejor amiga de la infancia que dejaba los malos recuerdos del pasado y daba inicio a algo mucho mejor. Bajó la vista a su vaso y decidió beberla de una, sintiendo como el alcohol quemaba su garganta entrecerró sus ojos, pero aun así logró divisar una silueta conocida al otro lado de la pista.

Dejó el vaso en la barra con brusquedad y se irguió para mirar mejor, empezó a caminar acercándose a donde creía haber visto al chico que ocupaba sus pensamientos desde hace algunas semanas. Con el corazón estrujado buscó entre la multitud y por fin logró encontrar a su objetivo: Nathaniel, que estaba saludando a Sabrina y Max.

Al verlo sintió como si todo a su alrededor desapareciera, lo observó de pies a cabeza notando un cambio en su apariencia: chaqueta negra, polera blanca y jeans también negros, además su cabello estaba recogido en una media coleta. Sabía que el inocente Nathaniel seguía ahí, sin embargo, ese intento de parecer un badboy le cautivaba también.

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