Descarrilado (1/1)

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01.

- Erí muy cara de raja, tú. Y con otro alfa. Igual, Martín, yo cachaba que a ti se te daba vuelta el paragüas desde el día que te conocí.

Martín sonrió mientras bebía su café. Estaba en su conversación matutina con su compañero de trabajo y mejor amigo. Consejero empedernido pero muy, muy, pobre. Martín siempre hacía todo lo contrario a lo que Manuel recomendaba.

- Huevón, es tu primo. Es el alfa de tu primo. ¡Y tú erí un alfa!

- Sí, pero el negro está bueno. Además, me dijo que a Sebas se le estaba pasando el entusiasmo y que coger con un omega que no está en celo es aburrido. Y qué puedo hacer yo, si él empieza.

- Coger con un omega que no está en celo no es aburrido, pregúntale a mi alfa -Manuel contradijo.

- Tu alfa es un estirado, un puritano. Apuesto que hasta te coge con ropa y no como fetiche.

Manuel frunció el ceño, cruzándose de brazos. Martín y él habían tenido una historia en común, sí, habían experimentado juntos y se habían divertido. Fue con Manuel, precisamente, después de una lista bien completa de otros como él, con quién se dio cuenta que los omegas no le atraían en lo absoluto, ni machos ni hembras. Él prefería alfas, hombres o mujeres territoriales como él, dominantes como él, y en cuanto su primo Sebastián le presentó al alfa que lo había reclamado, un brasilero bien constituido llamado Luciano, Martín no pudo evitar sentir una presión en el estómago, y también en los pantalones. Había comenzado como un jugueteo medio cómplice y acabado como acabó.

Ningún tipo de arrepentimiento cruzaba su mente, después de todo.

- Pero, ¿dónde está tu instinto, Martín? Tus ganas de tener un compañero que te dé hijos, del cual disfrutar, al que cuidar. Eso que a los alfas les encanta, que les sirvan, y proveer, ser padre. Esas cosas. Arthur me tiene loco con sus deseos de tener niños...

Martín se encogió de hombros, doblando una servilleta entre sus dedos blancos.

- Un día tendré que reclamar a algún omega, eso lo sé. Tendré que tener hijos, unos cuantos, la virilidad, yo sé, yo sé. Y lo voy a hacer. Pero por ahora, quiero vivir lo que me gusta; y si se dio esta oportunidad, perfecto, voy a aprovecharla. No me sentí nunca tan caliente por nadie, y dudo que alguna vez algún omega pueda ponerme así.

Manuel asintió, enredando con sus manos la taza de té. Él entendía los deseos de Martín, los respetaba pero esto de que fuese el alfa de su primo era complicado, muy complicado, no le iba a resultar.

- Ten cuidado no más con el Seba. Es su alfa, no el tuyo. No vayas a perder familia por una calentura que se te va a pasar en cualquier momento.

El alfa le vio con fijeza, hasta que la mirada se le hizo demasiado profunda y volteó el rostro, incapacitado, medio abochornado, sentimientos complicados. En realidad es una característica muy común en los alfas, esta falta de empatía concienzuda, y como tal, el pensamiento de Sebastián no le incomodaba en lo absoluto. Puede que la pesadez que tiene en el estómago se deba a un "me siento culpable por no sentirme culpable".

Eran todos amigos, todos conocidos, un par de familias entrelazadas, también. Por ejemplo, Daniel es primo de Martin y Sebastián, es un beta que está unido a una muchacha llamada Julia, beta al igual que él, y que carga con su octavo mes de embarazo. La Julia era compañera de curso de Manuel, pero Manuel la detesta porque siempre parece hacer burla de su condición omega; sin embargo, no es esta razón para que el mejor amigo de Martín desista de hacer acto de presencia en esas meetings (como dice Arthur), Manuel va cuando avisan de las reuniones, acompañado de su alfa, Arthur Kirkland; no está unido a él hace mucho, pero es un partido excelente: buenmozo, británico, ojos verdes, cabello rubio y cejas prominentes. Martín prepara todo pero sin compañía porque es un alfa soltero. Un alfa soltero muy codiciado, los omegas se lanzan a él, por eso la Julia lleva a su hermano, Miguel, que es un omega y no tiene pareja y mal no le haría acoplarse por fin. Sebastián llega de los últimos, bien amarrado a la cintura de Luciano. Hay un tintineo imperceptible en los ojos de Martín, un acomodo de sus hombros, para mostrar rivalidad frente a este nuevo alfa, porque sabe que es eso de lo que Luciano gusta. A veces Martín se imagina tantas cosas con solo mirar al brasilero.

Con el Correr del Tiempo || ArgChi || [Múltiples Universos]Where stories live. Discover now