Con el Correr del Tiempo || ArgChi || [Múltiples Universos]

No le cuentes a los papás (1/1)

Notas (1): no es un ArgChi convencional con Martín y Manuel. Este ArgChi está hecho en base al OC de ZomBelGress Ián y a mi OC, Gaspar. El personaje de Marcos, mencionado levemente en la historia, también le pertenece a ella.

Notas (2): Omegaverse muy sutil.

Advertencia: Incesto entre hermanos.

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Ián pudo ver cómo Gaspar arqueó su espalda mientras él lamía su cuello, justo allí sobre su glándula de olor, con una pasión necesitada. Saboreó su sabor y el sudor salado, avanzando hacia arriba y topándose con los labios rojos, hinchados de besar y mordió ahí, sin un atisbo de consideración hasta que quitó sangre. Dichoso, volvió a pasar su lengua para limpiar cualquier rastro indecoroso y entonces se dirigió a las caderas, permitiéndose por fin alcanzar con las manos ese lugar sagrado que había codiciado celosamente por debajo de sus ropas. Gaspar maulló apenas e Ián sintió sus piernas delgadas y largas contraerse con suavidad.

Desinhibido, Ián delineó con las manos las curvas de Gaspar y se atrevió, silencioso y temeroso, a rasguñar ese huesito que sobresalía en la piel delgada. No podían hacer ruido ni encender una luz y la oscuridad entre medio era la única guarida a la que podían acudir. Era irónico e injusto, aterradoramente doloroso e Ián teme que alguien pueda verlo cuando sus palmas anchas cubren la redondez cándida de los glúteos de su hermano. ¿Qué harían si de pronto la puerta se abriera? ¿Qué pasaría entonces si los ruidos de los demás aparecieran como una advertencia cruda?

¿Qué tan rápido podrían separarse? ¿Qué tan capaces serían de separarse?

— Ián —gime Gaspar suavemente y la sensación de esas uñas enterradas en su espalda es para Ián una corriente apabulladora. Su nariz, que es apenas un hueso cubierto por la piel más fina, choca con la de él con tanta ternura y tanta devoción que Ián debe cerrar los ojos por un par de segundos solo para no largarse a llorar. ¿Cómo puede estar esto mal? ¿Cómo puede ser el error más grave del mundo? — Perdón —suelta de repente Gaspar e Ián no entiende. — ¿Lo hice muy fuerte?

— ¿Mmm? —responde entonces, sin notar por cuánto tiempo ha abierto los ojos y Gaspar le ha mirado así.

— Tení los ojos aguados, como si quisierai llorar.

Ián suelta una carcajada y se pega a Gaspar, hace que sus cuerpos encajen como los de cualquier alfa y omega destinados a la eternidad.

— Es que te miro y sos tan lindo. Sos tan bonito que siento que sos demasiado para mí.

Esa falsa modestia es una mentirita blanca que Ián sabe que Gaspar ha entendido al instante.

— Me encanta tu nuevo acento. Me gusta mucho.

— Vos me gustás mucho, vos me encantás.

Es Gaspar quien se inclina para besarlo, extasiado de pronto por sus palabras e Ián lo tiene claro, porque su hermano es como una mariposa que siempre cae en la trampa de una araña, inocente, ingenuo, cándido, infantil... ¿Es pecado esto porque así es él? Ián siente el pecho apretado, la garganta hinchada. Entre todo el amor inconmensurable que sentía, había herido su pureza de una forma estrepitosa. Traspasó sus límites, inundó su interior, lo buscó cada vez. Hoy debe responderle el beso con fuerza, necesita traspasarle este amor que lo está consumiendo.

Acomodándose en el espacio pequeño entre la cama y sus cuerpos, Gaspar abandona sus labios con una humedad desmedida. Tan tímido, tan él, baja la mano hasta hacer que sus erecciones se rocen juntas e Ián siente que se muere y luego cree que es suficiente y después quiere más de una forma que es criminal. La unión que sostiene Gaspar con su mano le hace sentir a Ián que son exactamente un solo cuerpo que se mueve contra la corriente, errante, o que no pueden estar más juntos ni ser más suyos, que esta conexión espiritual es tan grande mientras bailan en esa cama chica, hecha jirones y con las luces apagadas, aguardando el momento de llegar a convertirse en una verdadera sola capa de piel movediza. Lo que ellos jamás debieron cruzar les ha traído la felicidad más sincera.