Más Lejos que Nunca (1/1)

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- ¿En verdad te vas a ir, papá?

La pregunta de Agustina le dolió en el pecho más de lo que él creía posible.

- ¿Vas a dejarnos?

- No –se apresuró en contestar Manuel, pero no le miró a la cara, siguió quitando la ropa que estaba en sus cajones.- Tú y tus hermanos se van a quedar con Martín.

- Pero no te vamos a ver más...

- No –repitió- Cuando arreglemos las cosas nos vamos a ver, ¿ya?

Agustina no respondió. Tenía todo su pelo marrón enmarañado y miraba a Manuel con sus ojos verdes que eran como musgos, llenos de rencor. Manuel evitaba constantemente su carita, como si no quisiera tener que ver la manera en la que estaba decepcionando a su hija. Era chica y como tal, no comprendía, pero Manuel estaba seguro que esto era lo mejor. Martín y él ya no congeniaban, (¿habían congeniado alguna vez?) y la única opción que quedaba era esta. Esta era la correcta.

Agustina dio media vuelta ante los silencios de su papá y partió corriendo a los brazos de Martín, que, acongojado y silencioso, estaba enrollado en el sillón, con una mano cubriendo a Carlitos, con la otra protegiendo a Emma. Agustina atravesó el umbral y se fue a arrullar, lentamente, hasta el brazo izquierdo de su padre. Martín recién pareció notarlo y le dio una sonrisa tristísima, que Agustina respondió con el mismo gesto.

Así esperaron hasta que Manuel apareció en el living con una maleta azul y un bolso negro. Martín lo vio solo una vez y le sostuvo la mirada tanto como Manuel consiguió tener la decencia de repetir la mueca. Era increíble cómo se habían dado las cosas, pero Martín no culpaba a Manuel o eso trataba de hacerse entender. Si Manuel estaba enamorado de otro hombre y a él ya no lo amaba más, esto era lo que vendría. Él solo sentía una lástima grandísima por los niños, por los tres hermanitos que habían adoptado hace años y que ahora veían, de la misma manera que quizá había sucedido anteriormente, romperse su familia en instantes.

Carlitos se escapó de su brazo y en un gesto que él no esperaba, se fue a arrimar a la cintura de Manuel. Martín desvió la mirada ante eso y por eso no vio que Manuel le acarició la cabeza y trató de apartarlo, con una dulzura infinita.

- Quédate –susurró el niño, pero Manuel negó con la cabeza- Por favor.

- Cuando se arregle todo, voy a venir a buscarlos, lo prometo.

Carlitos miró a Manuel hacia arriba con una pena gigante.

- ¿Ya no nos quieres? ¿Ya no quieres al papá? ¿Es por eso que te vas?

Manuel cerró los ojos.

- Te adoro. Nunca te olvides de eso, ¿ya? –Carlitos asintió con la cabeza.- Emma, Agustina, vengan.

Las niñitas apenas se pusieron de pie. Manuel fue hacia ellas y las abrazó por minutos y Martín sintió sus ojos humedecer.

- Las amo. Las quiero mucho, mucho. No se olviden de mí.

- No te olvides de nosotros –dijo Emma. Manuel le dio una caricia en la mejilla y luego se dio la vuelta, tratando de encontrar las palabras precisas que decirle a Martín pero no lo logró y una mirada profunda fue mucho más decidor que cualquier frase que él dejara salir, presa de la pena y el rencor.

Manuel tomó su maleta y su bolso y partió hacia la puerta de la casa y los niños no se movieron por minutos, pero en el instante en que sintieron el auto andar, echaron a correr los tres, llorones y despeinados, hasta el patio. Manuel vio a sus hijos en la reja y, con el último recuerdo de sus caritas, aceleró hasta perderse camino arriba.

Martín apareció caminando lentamente. Emma lloraba a borbotones y se aferró a su cintura. Agustina entró a la casa, Carlitos la siguió después. Martín quiso tomar en brazos a Emma pero la niña se separó de él hipando.

- ¿El papá ya no te quiere más? –se las arregló Emma para decir.

Martín meditó su respuesta.

- Estoy seguro que los quiere a ustedes y eso es todo lo que importa ahora.

- ¿Entonces por qué se fue, si nos quería?

Martín no halló contestación a esa pregunta

Con el Correr del Tiempo || ArgChi || [Múltiples Universos]Where stories live. Discover now