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La casita azul (1/1)

A/N: Omegaverse. Continuación de "Descarrilado", historia que pueden encontrar en algunos capítulos anteriores de este libro.

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1.

Para el cumpleaños de Manuel, se juntan todos. Las familias están más grandes, también, hay varios integrantes más. La Julia viene con Daniel y Alonso y sus otros niñitos, los gemelos, Joaquín y Ramón. Luciano aparece junto a Sebastián y sus dos niñas, la Simone y la Rosa. Por otro lado, Martín llega con Miguel que lleva de la mano a sus dos hijos: Matías y Julián. Arthur mira a todos, con tantos niños y piensa en él y en Manuel, ¡apenas con dos! Dale, Sebastián y Luciano también tienen dos niños pero ellos tienen la parejita, ¿cómo va a ser eso? Manuel había querido pero a la vez no tener más niños y él todavía tiene muchas ganas de ser papá. Pero en fin, que ahora Manuel estaba de cumpleaños y no había que molestarlo con esos temas. Así que Arthur se dedica a mirar no más, a ser feliz porque el resto de la gente es feliz.

Además de la familia, hay varios amigos del colegio de Manuel y un par que conoció en la universidad. Hace años que ya dejó de trabajar y se dedicó al cuidado exclusivo de sus niños. Fue como una ganancia para Arthur. Al fin las cosas siguieron su curso normal.

Cuando cantan el cumpleaños feliz, con su torta de panqueque de naranja, Manuel se siente de nuevo como un cabro chico que no sabe a dónde mirar. A su lado están sus hijos y su marido, la Elisa, que tiene apenas cinco añitos, está más entusiasmada que él por todo y Carlitos está grabando con su celular. Arthur canta pero siempre tendrá ese tonito, ese dejo de querer hacerlo en inglés. Manuel les sonríe, feliz, hasta que levanta la mirada y ve al frente. Al frente está Martín.

Martín le sonríe y Manuel no puede evitarlo y le devuelve el gesto. Es que Martín siempre será Martín. Su primer amor. ¿Acaso el único?

2.

Manuel está recogiendo los platos mientras el resto de sus amigos y de la familia está conversando en el living. Arthur le dijo que parara, que por este día, él hacía todo pero Manuel no puede evitar esa vena que le dice que es incomprensible que su alfa esté fregando los trastos y recogiendo los platos y él se mantenga conversando con los invitados.

En un momento, cuando la cocina está vacía, Manuel ve que Martín entra de improviso, con una bolsita en las manos. Él deja de lavar y se alcanza a secar las manos con el paño naranjo que está colgado en la puerta del horno.

- No te di tu regalo –empieza el alfa y Manuel le sonríe como un niño.

- ¡No importa! ¡Estai aquí, con tu marido y con tus niños! ¡Eso es súper suficiente!

- No... -susurra. Echa una mirada hacia atrás por si Arthur viene, pero tiene suerte si es que se ha quedado conversando con alguno de los chicos. Martín saca de la bolsita una cajita chiquita de color azul y Manuel está seguro de lo que viene.- Es para vos. –dice el alfa, abriendo la cajita. Es un anillo, ligero y elegante, como es Manuel mismo no más. Manuel estira la mano para ponérselo él mismo, sin creerlo todavía. Es tan bonito y tan suave, no sabe muy bien qué decir.

- Gracias –es lo primero que sale de sus labios- Un millón. Muchas gracias.

Martín sonríe, estirando la mano para coger la de Manuel. Es un toque sencillo pero Manuel se llena de sensaciones.

- Se te ve precioso –murmura Martín. Manuel quiere darle un abrazo pero no sabe muy bien cómo empezar, así que solo asiente y trae su mano de vuelta otra vez.- Feliz cumpleaños.

3.

Manuel no se quita el anillo que le regaló Martín y cuando Arthur le pregunta acerca de él, es sincero. Sabe que Arthur no siente nada de celos por un alfa al que le gustan otros alfas y que su relación de mejores amigos siempre ha sido así, difusa. En realidad, había sido muy clara para Manuel los primeros años desde conocerse pero la pubertad en Martín cambió todas sus expectativas.