Capítulo 2: Celos enfermizos.

16.7K 828 125
                                    

Ya saben que Crepúsculo no me pertenece.

La historia tiene errores y la narración es de una Danielle de hace tres años que apenas estaba empezando.

Con ustedes...

Celos Enfermizos

Pov. Edward.

Un hijo?

Sería capaz de compartir a Bella con un bebé? Pues no lo sabía, pero lo que si sabía era que haría lo necesario para tener a Isabella conmigo. Si tenía que tener un bebé pues lo tendría, después ella solo sería para mí. El bebé se quedaría a cargo de una niñera y yo estaría con mi Bella.

Mi futura esposa. Solo debía espesar un mes y estaría conmigo. Mes y medio más tardar y la tendría conmigo para siempre.

No la dejaría ir jamás. Y esas a las que ella llamaba "mejores amigas" ya no me estorbarian.

Un ruido me saco de mis pensamientos. Era Laurent, mi investigador privado, encargado de seguir a mi mujer.

-. Qué me tienes?- lo había enviado a seguirla y que estuviera cerca de ella y de las fulanas a las que consideraba sus confidentes.

Unas putas sin duda, ambas querían cambiarme a mi Bella.

Y más lo confirmé con lo que me dijo Laurent.

-. Dicen que estas loco y la presionan para que renuncie, que estás obsesionado con ella y las tres se van de viaje el fin de semana a Londres. Son unas vacaciones. Las propuso una rubia que está bien buena.

Maldita perra. Pero Isabella no iría a ningún lado. Ella se quedaria trabajando conmigo. No la iba a alejar de mi.

-. Si piensas en obligarla a quedarse a trabajar, algo me dice que pierdes tu tiempo. Las amigas la amenazaron con avisarle a su padre de los acosos de tu parte y ella palideció a la mención de su progenitor- mierda!-. Averigué y su padre es el jefe del ejercito Estadounidense. Asi que cuidado.

-. Son unas perras- acaricié mi barbilla. Y volví a mirar la agenda. La inseminación de Bella era el lunes a primera hora.

Estábamos a miércoles.

-. Otra cosa- enfoqué mi mirada en él-. Más te vale no pasarte con ella, les aseguró que si te volvías a propasar con ella, Isabella renunciaría- ellas eran como un aguja en el culo.

-. Entiendo- volvívolví mi mirada a la agenda y sonreí.

Si ella iba a Londres, yo también, y tenía que meterme entre sus piernas si o si.

Ese hijo sería mío.

-. Ven más tarde por la muestra y la llevas a la clínica de fertilidad a la que va Bella. Cueste lo que cueste tiene que ser mi semen el que implanten en ella. Incluso vas a entrar en la sala para vigilar que sea mi muestra.

-. No crees que es muy arriesgado... obsesivo?- lo miré significativamente.

-. Te recuerdo todo lo que hiciste para que Irina se quedara contigo? - devió la mirada-. La perseguiste y secuestraste hasta que no tuvo más remedio que quedarse contigo.

-. Como digas!- se puso de pie-. Vengo a las cuatro, prometí llevarle un postre, eso de los antojos...- asentí y estreché su mano.

-. Me la saludas.

Solo un mes y medio y serías mi esposa.

Pensándolo bien, un hijo era la mejor excusa para que se casara conmigo. Ella haría todo por estar cerca de su bebé y solo estaría con él si me aceptaba a mi.

Yo me había enamorado de Bella desde que fue promovida a presidencia. Y allí trabajó con Carmen, mi antigua asistente personal.

Cuando la vi, quedé embobado, ella con su fragilidad y su inocencia me volvió loco. Las mujeres con las que he compartido lecho no me satisfacen, me dejan frío. La necesitaba a ella.

Respiré, y me llevé ambas manos al rostro.

Pronto.

Miré mi entrepierna y gemí frustrado.

Me puse de pie y tomé el envase. Fui directo al baño. El pensar en ella y tenrla en mi cama fue todo lo que necesité como estímulo. Lo demás se lo dejé a mi mano.

Pov. Bella.

La semana pasó sin incidentes, no más miradas del señor Cullen y para cuando le avisé lo del viaje, solo asintió, aunque lo vi algo enojado.

No le presté atención, y el viernes por la noche, fui a mi apartamento y me di un buen baño.

Puse las sales aromáticas con olor a fresas y fresias. Entré en la tina y con algo de música relajante, me dispuse a disfrutar de mi baño.

Sonreí al fin tendría lo que tanto he deseado.

Solo faltaban tres días.

Luego del baño, fui directo a mi habitación, y tomé un traje azul y unas bailarinas en cremas al igual que el laso del vestido.

Tomé mi maleta y fui al estacionamiento subterráneo de mi edificio. Dejé mi pequeño equipaje en el maletero y entré al auto.

Llegué al aeropuerto, y allí estaban las chicas.

-. Móvil!- extendió Rose la mano y allí lo dejé. Ella lo tomó y le sacó la batería y lo guardó en su bolso.

-. Ahora si!- realizamos los trámites correspondientes y en tres horas estabamos sentadas en primera clase bebiendo el mejor champán.

-. Bella... creo que debes divertirte sin inhibiciones. Además debes probar el pecado de la carne.

-. No se... no, no, no chicas- tenía miedo-. Prefiero...

-. Prefieres perder tu virginidad gracias a un bisturí? Por lo menos aprovecha y deja que te den una buena follada, ni siquera debes preocuparte por conocerlo, solo será una noche. - propuso Alice.

-. Si Bells, es más tengo la ocasión perfecta, tengo pase para una fiesta de disfraces y eso añade algo de erotismo y menos compromiso. No sabrías quien es- lo pensaba una y otra vez y tenía muchas dudas. Pero ellas tenían razón, no quería perder mi virginidad por medio de un bisturí.

-. Quizá lo haga- chillaron de emoción.

Pov. Edward.

Estaba en el mismo avión que ellas y había escuchado toda la conversación. Esas putas! Lo jurabaporr mi madre que no las vería cuando estuviera conmigo.

No eran másmás que una mala influencia.

Pero lo de la fiesta de disfraces era mi oportunidad, me aseguraría de estar esa noche con ella. La sola idea de que otro le quitara lo que por derecho me pertenece me pone enfermo.

Esa era mi oportunidad y la aprovecharía.

***********Bella y la Bestia************

Todo había salido a pedir de boca. En estos momentos, la veía dormir plácidamente, estaba tan apetecible allí acostada solo cubierta por las sábanas.

Fui al cuarto de baño por una toalla que remojé con agua tibia y me encargué de borrar todo rastro exterior para que no hubiera pistas.

El condón estaba en el suelo y estaba intacto, solo tenía algo de semen, no como el otro que había roto a propósito.

Me acerqué a su cuerpo y lo acaricié lentamente. Y me aproximé a sus deliciosos e hinchados labios.

-. Pronto.

Gracias por leerme. Sean buenos y dejen comentarios así actualizo rápido . Quizá mañana. Todo dependerá de ustedes.

Serie Inocente # 0: Obsesionado con tu InocenciaWhere stories live. Discover now