Capítulo 45

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Me levanté y miré a mi lado derecho, ahí estaba Edward.

Sonreí, él debía estar cansado. Me puse de pie con cuidado y fui hasta el baño. Debía arreglarme para ir a trabajar.

Bufé.

Se supone que esta sería mi luna de miel.

Hice mis necesidades y me di un baño.

Estaba terminando de ponerme los zapatos cuando lo escuché.

-¿Bella? ¿Dónde estás? - salí del vestidor y me presenté ante él-. ¿A dónde vas? - preguntó estudiándome. Su ceño estaba fruncido.

-¿A trabajar...? - sonreí nerviosamente. Frunció el ceño.

-¿Lo dices o lo preguntas?-me acerqué con prudencia a la cama y me detuve a unos cuantos pasos. no podía dejar que me atrapara porque si no, de esa cama no salía en todo el día-. Acércate- pidió señalando con la mirada el lado desocupado de la cama.

-Voy algo retrasada, hablamos dentro de un rato- tomé mi celular y le tiré un beso. Entrecerró los ojos y yo aproveché para ir hasta la puerta. No la había ni terminado de cerrar, cuando estaba en sus brazos y él me devolvía a la habitación.

-No puede ser que no te importe que nos acabáramos de casar el sábado y tu solo piensas en trabajar.

-Edward... habiamos quedado en algo- dije haciendo un puchero.

-¿De qué hablas?- suspiré con pereza.

Detestaba cuando él me hacía estas cosas. Era un grosero.

-Lo prometiste... - me quejé.

-Tu tambien lo prometiste... -dijo acostándome en la cama y colocándose sobre mi-. ¿Cómo fue? si, ya sé. Amarte, respetarte hasta que la muerte nos separe.

-Pero yo te amo - llené su rostro de besos y sus labios también.

-Pues no parece, no me quieres ni me respetas - negué con la cabeza. Estaba siendo muy injusto. Y trataba de manipularme.

-No sabía que nos casaríamos y como bien sabes, no puedo renunciar e irme así como así - recordé.

-Es que en primer lugar nunca debiste aceptar el trabajo. Lo hiciste para molestarme y lo lograste- negué con la cabeza.

-En ese momento estábamos separados y yo podía hacer lo que quisiera - le hice un recorderis y él bufó-. Además,ya está hecho y no puedo ser irresponsable, recuerda que sólo son cuatro horas ¿Por qué no vas y trabajas un rato y luego nos relajamos un poco en el cine o en donde quieras? - pregunté tratando se razonar con él.

-Vas a ser mía todo el bendito día o lo que quede de él y espero que no puedas ni moverte mañana -sonreí por lo que sus palabras prometían y asentí.

-Lo que quieras, pero piensa que si no voy hoy ni mañana, más tiempo voy a pasar con ellos y tú no quieres eso ¿o si? -besé su pecho y luego sus labios. Me dio una nalgada y puso los ojos en blanco.

-Vete antes de que me arrepienta - sonreí y le di un largo beso en los labios. Cuando lo sentí despertar, me aparté de él y me puse de pie con algo de dificultad.

-Eres una provocadora - salí de la habitación y bajé por las escaleras con mucho cuidado de no resbalar y caerme.

Llegué al salón y fui a por mi bolso, lo encontré en el hocico del lobo, me acerqué con cuidado y él me lo tendió. Lester se acercó a mi y se recostó de mis piernas, causando que perdiera un poco el equilibrio.

Acaricié su melena blanca y sus orejas.

- Eres lindo... - me alejé del lobo y caminé con dirección a las escaleras que me sacarían de aquella casa.

Serie Inocente # 0: Obsesionado con tu InocenciaWhere stories live. Discover now