Capítulo:25

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Pov. Bella.

Me desperté y estiré mi brazo intentando sentir algo de calor.

Nada.

Suspiré.

Lo más probable es que en mi subida de presión y por mi molestia con el cuadro de ansiedad, me causara alucinaciones.

Me senté en la cama y de inmediato unas náuseas y ganas de vomitar me hicieron correr al baño y volver mi pobre estómago. Me sentía tan cansada y mareada.

Lo peor de todo era que me había ensuciado mi pijama de ositos.

Hice un puchero y me puse a llorar.

Me sentía muy triste.

Edward, aunque estuviera cabreado conmigo, siempre acariciaba mi espalda y me abrazaba.

¡Maldita sea!

¡Como extrañaba a ese idiota!

Me quité mi pijama y la ropa interior, para después meterme bajo la ducha.

Miré mi bebé, bueno mi vientre algo abultado. Me emocioné. Estaba algo grande para el tiempo que tenía.

Solo tres meses.

Acaricié la pequeña curvatura y recordé como Edward, lo acariciaba cada noche mientras dormía.

Lo extrañaba tanto. Necesitaba a mi esposo.

Anoche, lo sentí tan real... lo sentí tan tangible. Lo deseaba tanto...

- Lamento no poder darte la familia que tanto te mereces, pero vamos a abrazarnos a los planes originales, mi vida- me bañé lentamente y disfruté del momento junto a mi bebé nonato.

Cuando salí, me envolví en el albornoz y busqué mi ropa interior en el estante que tenía en el baño. Me coloqué unas prendas de algodón gris. Salí del baño con una toalla envuelta en mi cuerpo, la toalla era diminuta y como aquí mis padres entraban cuando les daba la gana...

Cuando salí del baño, ver a ese chico en mi habitación, me hizo saltar y que la toalla casi se caiga.

- ¡Jacob!- me apreté mas la toalla al pecho-. Sal de mi habitación ahora- pedí. No se por qué pero no me agradaba.

- Bella, estás hermosa- intentó acercarse, pero se lo impedí.

- Aléjate- coloqué una mano enfrente, pero él lo ignoró.

- Se lo de tu marido y estoy aquí para ti. Sabes que siempre me has encantado. Ahora que ya se van a separar, podemos estar juntos- pasó una mano por mi cintura y me pegó a él.

Nunca me había agradado Jacob, pero me callaba porque era ahijado de mi papá y mi padre lo quería como a un hijo. Es más, nos criaron como hermanos, pero él se fue haciendo ideas y trataba de tocarme y estar más cerca.

Jacob, no era feo. Para ser sinceros, era bastante apuesto, pero jamás sentí nada y cuando se lo hice saber, juró que yo estaría con él.

Ahora mismo, él se desempeñaba como SEAL. Era muy grande y tosco. Sus manos eran extremadamente grandes al igual que sus brazos y demás extremidades.

- No... vete- lo alejé de un empujón y corrí, o eso traté, hasta el vestidor, pero él lo impidió y me tiró en la cama.

- No te hagas la difícil- besó mi hombro y mis ojos se anegaron de lágrimas.

- MAMÁ- grité a todo pulmón y él se alejó. Barrió mi cuerpo con su mirada y sentí repulsión. Me cubrí con las sábanas hasta el pecho.

- Esto no se queda así- advirtió y me encogí en la cama.

Serie Inocente # 0: Obsesionado con tu InocenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora