Ayúdame.

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Corría por la calle como alma que lleva el diablo. Rápido. Sin mirar atrás. 

Sentía el miedo que siente la protagonista de una película de miedo al saber que iba a morir a manos de su adversario y que tardarían tiempo en darse cuenta.

Seguía corriendo a la misma velocidad que las gotas comenzaban a caer por su cuerpo. Sentía que aún iba detrás; podía escuchar perfectamente los pasos agitados de la persona de la que, anteriormente, había conseguido escapar. Cada vez llovía más, cuando, de pronto, pudo divisar a un chico a lo lejos. 

No lo pensó, no le quedaba de otra;

su vida dependía de ello.

Sin pensarlo dos veces corrió hacia él. Asustada, empapada e incluso herida.

-Ayúdame, por favor. Me están persiguiendo.

-Pero, ¿Estás bien? te veo herida.-Comentó el chico, preocupado a la misma vez que acariciaba su brazo, contemplando cada uno de los cortes que la chica llevaba en el brazo.

-No, no lo estoy. Me quiero morir.- La joven lloraba, aterrorizada. 

La lluvia seguía cayendo sobre ellos, cada vez con mayor intensidad.

-No digas eso ni en broma. Vamos a mi casa, allí te podré ayudar y entrarás en calor.

La chica asintió y comenzó a andar al lado del hombre que la estaba ayudando sin saber quién era. 

Sin preguntar nada más.

Las piernas le comenzaron a fallar, no podía dar ni un paso más. El muchacho se dio cuenta y sin pensarlo dos veces la tomó, cargando con ella hasta llegar a su casa. 

La sentó en el sofá y, sin perder un segundo, fue en busca de mantas para arroparla mientras le preparaba una infusión caliente.

Estaba calada hasta los huesos, como el, pero eso ahora era lo que menos le importaba.

-Tómatela, te hará bien.- La joven asintió, cogiendo de las manos del chico una taza humeante.

-Gracias.-Musitó. No le salía la voz del cuerpo; no tenía fuerzas ni para hablar.

-¿Cómo te llamas?-Preguntó el chico, clavando la mirada en ella. 

La chica tenía la vista perdida en la taza que sostenía entre sus manos, ahora mismo, su cabeza era un auténtico huracán.

-Marina, me llamo Marina.- Le respondió, moviendo la mirada y fijándose en el rostro del chico. Tiene el pelo moreno y unos ojos grandes, marrones. Unos ojos muy expresivos.

-Y tú, ¿Cómo te llamas?



¡Hola a todos! En primer lugar, si estás leyendo esto, es porque has llegado hasta aquí, ¡¡Bien!!

Espero que me comentéis qué os parece la novela, capítulo a capítulo, así como también me gustaría que expreséis vuestra opinión: aspectos a cambiar o mejorar... todo tipo de cosas.

Gracias por leer!

Lss. 

No te vayas.  [Marc Márquez]Where stories live. Discover now