Nochebuena en familia.

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*Narra Marina*
Los días siguen pasando y así llegamos a las épocas navideñas.
Estamos a 24 de diciembre, por lo que esta noche iremos a comer a casa de los Márquez.
Estoy en casa, buscando algo apropiado para ponerme, sin embargo, no sé el qué.
Lara corre de un lado para otro con el mismo problema que yo.
Sabíamos que esto iba pasar. El inconveniente es que son las 7 de la tarde y hemos quedado con los chicos en el rellano a las 9 menos veinte.
Vamos muy mal.
-Tía, déjame este vestido, por favor.- Lara me ha dejado el armario echo un desastre; odio eso.
Yo siempre tengo la ropa ordenada por colores y... bueno, digamos que ahora está todo mezclado. Qué rabia.
-¿Pero entonces yo qué me pongo?- Trato de quitarle en un intento fallido el vestido negro de manga tres cuartos y espalda descubierta que tiene abrazado como si la vida le fuera en ello.
-Ponte ese burdeos que tienes ahí.-Me señala al interior del armario y, finalmente, termina convenciéndome tras decirme una y mil veces que "se ajusta muy bien a mis caderas" ¡Pero si tiene vuelo! ¿Me estará diciendo en toda mi cara que me sobran unos cuantos kilitos? Mejor no pregunto, bastante mal vamos ya como para comenzar a pelear.
Nos vestimos rápidamente, sacando del armario nuestras respectivas gabardinas. Fuera está nevando y, sinceramente, no queremos acabar pasando el día de Navidad enganchadas a una botella de suero en un hospital.
Cuando nos venimos a dar cuenta, ya son las 9 menos veinte y el timbre comienza a sonar.
¡Hemos terminado justo a tiempo!
Echo un ojo antes de abrir, viendo cómo Lara corre por toda la casa intentando ponerse los tacones, mientras que la cama de mi habitación está llena de ropa. Madre mía qué desastre.
Abro y ahí me encuentro a los hermanos Márquez, vestidos con un traje pero sin corbata ni pajarita, dándoles un toque un tanto informal.
-¿Están listas ya las señoritas?.- Marc me rodea la cintura con sus brazos, atrayéndome hacia él y haciendo que nuestros labios se unan en un breve pero intenso beso.
Álex, por su parte, corre hacia Lara, imitando nuestro gesto.
¡Ay, que no lo sabéis! ¿Os acordáis del día en el que se fueron vete tú a saber donde? Pues resulta que Álex se le declaró (ahí donde le veis, esconde un lado romántico).
Salimos de casa a la vez, entablando un conversación que deja a Álex por los suelos: "Verás como se pone cuando saquen los turrones" "este se lo acaba todo" "va a salir de casa rodando"... pobre Álex, lo que tiene que aguantar con nosotros, aunque no se queda atrás contraatacando a su hermano.
Subimos al coche de Marc, subiéndose éste en el asiento del piloto y yo a su lado, dejando a Lara y a Álex atrás.
Pasados unos 40 minutos, llegamos al domicilio de los Márquez, donde ya se pueden ver varios coches aparcados en la puerta. Antes de bajarnos, Marc se gira para cruzar la mirada con su hermano, asintiendo ambos a la misma vez.
-A ver chicas, antes de entrar os advertimos que ahí dentro vais a encontrar gente muy cotilla, así que si os encontráis en una situación comprometida, lo mejor es que fijemos una palabra para que sepamos que no estáis cómodas y nosotros iremos para allá.-Dice Álex, mirándonos fijamente. ¡¿Pero esto qué es?!
-Ya la tengo, la palabra va a ser "polvorón".-Suelta Marc. Me quedo un momento mirándolo, esperando a que empiece a reírse a carcajada limpia pero no, parece que va enserio. En fin, el daño ya está hecho, veremos a ver cómo terminamos la noche con este (no tan bien preparado) plan de los chicos.
Tocamos a la puerta y, segundos después, aparece Roser con una amplia sonrisa.
-¡Chicas! ¿Cómo estáis? ¡Pero qué guapas que vais las dos!.-Nos estrecha a la vez en un mismo abrazo.
-Emmm... Mamá, que estamos aquí.-Reprocha Álex desde atrás, haciendo gestos con las manos.
-A vosotros ya os tengo muy vistos. Venga, pasad.-Entramos a casa mientras Álex sigue quejándose por lo bajo. Nada más entrar al salón, la pequeña Marina corre hacia nosotras.
-¡Mar, Lara!.-Al llegar a nosotras, la cojo en brazos para empezar a comérmela a besos. Es tan bonita.
-Hola cielo, ¿Cómo estás?.-Lara sigue mis pasos, dándole también besitos por la cara.
-Bien, quería que llegáseis vosotras, María es muy mala y no quiere jugar conmigo.-Dice la peque en un susurro para que sólo nosotras la podamos escuchar.
-¡Chicas! ¿Cómo estáis?.-La madre de Marina se acerca hasta nosotras, saludándonos con un efusivo abrazo.
-Venid, que os voy a presentar al resto.-Los chicos nos cogen del brazo, comenzando a presentarnos al resto de la familia. Tal y como decían ellos, las preguntas no tardan en aparecer. "¿Dónde os conocísteis?" "¿Estudiáis?"... y así unas cuantas más hasta que Roser nos avisa de que la cena ya está lista. La verdad es que pasamos una noche bastante entretenida, pues se entabla una amena conversación y en ningún momento nos sentimos desplazadas; todos hablan, bueno... todos menos María, la prima de los chicos que tiene unos 15 años y que el móvil es prácticamente parte de su mano.
Tras la cena y el postre (como era de esperar, Álex no ha dejado nada) pasamos al salón, donde los hermanos y nosotras nos ponemos a jugar con Marina, hasta el punto en el que terminamos los cinco por los suelos.
-Jo, qué bien me lo paso con vosotros, sois los mejores.-Comenta la peque mientras intenta que su primo Álex se deje hacer una trenza en el flequillo.
-Marina, que no que me ha costado mucho peinarme.-Se queja el menor de los Márquez.
-Venga, házmela a mí.-Le digo, haciendo que deje a Álex en paz y se abalance sobre mí.
Sigue pasando la noche, ya son las 2 de la madrugada y hay gente que ya ha comenzado a irse.
-Primo Marc, ¿Me puedo ir con vosotros esta noche? Por fi.- La niña le pone ojitos a su primo, así cualquiera se resiste.
-Claro que sí, pero díselo a mamá.- Marina asiente y corre en busca de su madre, a la cual trae dándole tirones del brazo.
-Te he dicho que no, Marina, que es muy tarde y no quiero que los molestes.
-No te preocupes Sandra, que no va a molestar. Me voy a ir yo también con ellos a casa de Marc por si necesitan algo. Déjala, es sólo por esta noche.-Intervengo a favor de la pequeña, que me mira con una gran sonrisa.
-Está bien, pero si comienza a montar jaleo me avisáis y voy a por ella.
Ambos asentimos, sonriendo cómplices.
Álex se va a ir a mi casa con Lara para que esta noche no se quede sola mientras la pequeña y yo nos iremos a casa de Marc.
Nos despedimos de la poca gente que queda ya en el salón, hablando sobre temas diversos y nos subimos al coche, poniendo rumbo a casa.
Es increíble ver como Álex y Lara van medio dormidos mientras que la niña sigue con los ojos abiertos pese a las horas que son.
Llegamos a casa, despidiéndonos de Lara y Álex y entramos a casa de Marc.
-Ahora vengo, que voy a casa a por un pijama y a por algo que dejarle a Marina.-Marc, que está en la habitación de invitados preparándola para su prima asiente.
Cojo mi pijama y la camiseta de otro. Sé que es bastante grande, pero al menos para esta noche le servirá.
Ayudo a Marina a ponerse el pijama improvisado. Le queda como un vestido.
Marc, apoyado en el marco de la puerta, nos mira mientras sonríe. Se nota que está cansado.
Al poco tiempo, Marina termina durmiéndose y nosotros nos vamos a la habitación de Marc, donde me pongo el pijama bajo su atenta mirada.
Creo que nunca terminaré de acostumbrarme a esto.
Me tumbo a su lado, dejando que me arrope y me acoja entre sus brazos, pegándome hacia su cuerpo.
-Gracias.-Susurra, estampando sus labios contra mi cabeza.
-¿Por qué?
-Por aparecer y quedarte a mi lado pese a todo.
Le doy un beso en el torso, a modo de cariño.
-Te quiero mucho, cielo.
-Y yo a ti, descansa rubia mía.
Y así pasamos una de las noches más mágicas del año.

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⏰ Last updated: Aug 28, 2017 ⏰

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No te vayas.  [Marc Márquez]Where stories live. Discover now