¿Qué me está haciendo?

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Bajamos a comer. Álex va delante nuestra. Nosotras nos miramos, cómplices.

Sé que mi hermana está muerta de vergüenza, aunque en el hipotético caso de que nos haya escuchado, tampoco sería nada malo, ¿Verdad?

En fin, todo a su tiempo.

Nos sentamos en la mesa. Tengo a Marc a mi izquierda y a Lara a la derecha. Por casualidades de la vida, Álex está sentado a su lado, mientras que las dos sillas restantes en la mesa están ocupadas por mi madre y mi abuela.

Comenzamos a comer y, como todo lo que hace mi abuela, está de lujo.

El almuerzo transcurre casi en silencio, pues no hablamos mucho. Mi abuela cuenta que los vecinos de al lado han tenido un bebé y que mañana irá a verles. Me gustaría acompañarla, ya que cuando llegué no tuve tiempo de ir a saludar y siempre han sido muy buenos amigos de la familia.

Pasamos al postre, donde, una vez más, Álex se pone hasta los codos de natillas de chocolate.

-Álex, ¿El chocolate es bueno para tu dieta?.- Le pregunto riendo.

-No mucho, pero cuando volvamos a Cervera quemaré los kilos que he cogido aquí de más. Tu abuela cocina muy bien y no voy a hacerle el feo de dejarme nada en el plato.

-Ya, ya... excusas...- Le digo, sacándole la lengua.

-¿Dieta? Pero si estás bien...-Dice mi hermana, mirándolo de arriba abajo, seguro que imaginándose los abdominales que guarda bajo la sudadera.

-Perdona, no te lo hemos contado. Somos pilotos de motos.- Dice Marc, porque Álex se ha quedado embobado mirando a Lara.

-¿De verdad? ¡Pero eso es genial!.- Dice, pero al momento veo como su rostro muestra signos de entristecimiento y vuelve a poner sus manos en el filo del jersey.- Siento no haberlo sabido, he perdido muchos años ahí dentro y no sé nada del exterior. Llegaron incluso a decirme que mamá había muerto...

-No te preocupes, cielo. Eso es el pasado, ahora estás aquí, con tu familia.- Dice mi abuela, acariciándole la espalda, a lo que ella asiente.

-Y papá, ¿dónde está?.- Pregunta, y a mí se me hiela el alma. Veo como mi madre se aclara la garganta, le va a contar la verdad.

-Papá no es papá, cariño.- Dice, mirándola fíjamente.

-Pero... ¿Cómo?.- Pregunta, intentando comprender lo que ha dicho. Mamá comienza a contarle toda la historia completa, incluso le dice que él está detrás de todo lo sucedido y Lara muestra una cara inexplicable. En sus ojos veo dolor, quizás recordando todo lo que ha tenido que pasar por culpa de esa persona a la que tantos años ha estado llamando papá.

No quiero verla más tiempo así, por lo que doy por zanjada la conversación una vez mi madre ha terminado de hablar y subimos a la habitación, con Álex y Marc detrás nuestra. Tras hablarlo detenidamente, hemos llegado a la conclusión de que es mejor ir pocos con Lara al hospital. Mamá y la abuela se quedarán aquí; bastante emociones hemos tenido ya hoy como para que vean como pasan las horas muertas en el hospital. Los Márquez insisten en venir con nosotras, por lo que no nos podemos negar. 

Terminamos de prepararnos, cogiendo los abrigos para poner rumbo nuevamente al coche. Al cabo de un rato llegamos al hospital, donde, tras mencionar el nombre de mi hermana en recepción, la pasan directamente para iniciar las pruebas.

-Bien, chicos, tenéis que esperar aquí. Lara estará en buenas manos, así que no os preocupéis, intentaremos tardar muy poco.- Asentimos a la enfermera, que lleva a mi hermana sentada en una silla de ruedas. Al despedirse, vemos cómo se alejan poco a poco por el largo pasillo.

No te vayas.  [Marc Márquez]Where stories live. Discover now