Quédate.

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Marina tenía miedo; tenía la mirada clavada en el suelo. 

Quería contárselo, pero le daba mucha vergüenza. Finalmente, cree conveniente decírselo. Sabe que en él puede confiar pese a que lo conozca de hace escasas horas.

-Está bien, te lo voy a contar.-Accedió Marina.

Marc asintió y se dirigieron al salón, sentándose uno al lado del otro.

-Verás, esta semana iba a estar sola en casa, mis padres se han ido de viaje a Italia, así que decidí llamar a mi novio para que viniera a ver una película. Todo iba bien hasta que comenzó a sobrepasarse. Empezó a toquetearme; quería llegar a algo más, pero yo no tenía ganas. Me negué y él se puso hecho una fiera. Me ató, Marc. Me ató y me dijo que se las iba a pagar.- Marina se echó a llorar mientras iba narrando su particular infierno. Marc le acariciaba el brazo, dándole ánimos.- Luego, comenzó a hacerme cortes con una cuchilla. Quería a hacerme daño; quería hacerle ver a todo el mundo que tenía un problema y que debía estar encerrada. Su móvil comenzó a sonar y se fue, yo aproveché la situación y cogí la cuchilla con la que anteriormente me había hecho todos estos cortes para quitarme las ataduras que me mantenían inmóvil. Eché a correr, me vio y comenzó a perseguirme, hasta que vi a un chico a lo lejos y me prestó su ayuda.- Dijo esto último sonriendo.

Marc estaba impactado. ¿Cómo había sido capaz semejante animal de hacerle daño a ella?

-Te juro que como me lo encuentre se va a arrepentir de todo.- Dijo Marc, cerrando el puño para, acto y seguido, acercarse a la chica, subirle las mangas y besarle las heridas.

Marina estaba sorprendida, le parecía increíble que un chico como Marc la hubiera ayudado bajo la lluvia y que ahora esté ahí, dándole ánimos para que olvide todo lo sucedido. Chicos así no se encuentran todos los días, pensó para sí misma.

-¿Tienes sueño?- Le preguntó a la chica rubia. Ella asintió.

-Siento estar aquí molestándote, creo que lo mejor sería irme a casa, bastante tiempo te he robado ya.

Marc se negó rotundamente. -Quédate, por favor. No quiero que vuelva a pasarte nada. No sabemos si ese sinvergüenza está aún rondando por allí. Creo que lo mejor es que te quedes, aunque sólo sea por esta noche. Va, acepta la invitación de este pobre chico que está más solo que la una.- dijo poniendo cara de pena.

Marina no pudo evitar reírse ante la situación, lo que era capaz de hacer por convencerla. Finalmente, aceptó su propuesta subiendo a la planta de arriba.

El chico le mostró la habitación en la que ella iba a dormir. Era súper bonita. 

Se dieron las buenas noches y cada uno se fue a su respectiva habitación, que estaban pared con pared


No te vayas.  [Marc Márquez]Where stories live. Discover now