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*Narra Marina*

Con Lara entre mis brazos, nos dirigimos al coche. 

Debemos hacer caso al abogado y dirigirnos al hospital para que le hagan las pruebas necesarias para determinar que todo está correctamente, pero viendo la hora que es, creo que lo mejor sería comer antes.

-Chicos, esperad aquí.- Me separo de ellos, dejando a Lara en buenas manos y me dirijo al coche de mi madre, donde mi abuela y ella ya están subidas, abrochándose los cinturones.

Doy golpecitos en la ventanilla del conductor, mi madre se da cuenta y la baja, haciendo que podamos establecer una conversación sin el cristal de por medio.

-¿Qué pasa, Marina?

-Son las 2 de la tarde.- Digo, mirando mi reloj.- Creo que es mejor que vayamos a comer y, después de eso, vamos al hospital. Seguro que Lara tiene hambre y querrá darse un baño.-Mi madre asiente, así que cambiamos el trayecto y ahora, ponemos rumbo a casa.

Vuelvo al coche, donde Marc, Álex y Lara ya están subidos, los dos hermanos ocupan en el coche la misma posición que ocuparon al venir aquí, mientras mi hermana va al lado de Álex, el cual le habla animadamente, seguro que para hacerla reír, y en algunas ocasiones lo consigue.

Arranco el motor del coche y salimos de allí. El abogado y el detective se fueron hace rato a la comisaría de policía a llevar a cabo el movimiento de una serie de papeles en contra de las personas que estaban detrás de todo esto.

El camino se hace más animado que anteriormente, pues Álex no mete la lengua en paladar, contándole a Lara un montón de cosas, sobre todo, relacionadas con las trastadas que él y Marc hacían cuando eran pequeños, siendo inevitable dejar al mayor de los Márquez en evidencia más de una vez.

-Cállate si no quieres que cuente aquella vez que te hiciste pis encima.- Dice Marc, girándose hacia los asientos traseros.

-¡Oh, no! ¡ni se te ocurra!.-Le responde Álex, intentando taparle la boca con su mano.

Miro por el espejo retrovisor. Creo que la felicidad es esto. Álex y Marc peleando por cualquier chorrada y Lara riendo a más no poder. Me encanta.

Por fin volvemos a ser las de antes.

Llegamos a casa y aparco en el garaje. El coche de mi madre va como la seda; podría acostumbrarme a llevarlo el tiempo que esté por aquí, aunque creo que eso debo negociarlo con ella.

Bajamos del coche y entramos a la casa. Miro la reacción de Lara, creo que tiene la misma cara que puse yo al llegar el otro día.

-La abuela siempre ha modernizado mucho la casa.- Le digo, pasando el brazo por su hombro. Ella asiente sonriendo.

-¿Nuestra habitación también ha cambiado?.- Me pregunta. La cojo de la mano y subimos las escaleras, parándonos delante de la puerta de la habitación. Lara abre emocionada, quedándose boquiabierta al descubrir lo que hay tras ésta.

-¡Está genial!.- Dice, caminando por la habitación para quedarse con todos y cada uno de los detalles que la decoran.

-¿Quieres darte una ducha?.- Le pregunto, parándome enfrente de ella. 

-La verdad es que sí, me siento sucia, allí nunca me han tratado bien, no me alimentaban y pocas veces podía asearme.- Veo el dolor en sus ojos, se me parte el alma.

-Vamos hermanita, ya habrá tiempo para hablar. Ve al baño y dúchate tranquilamente, yo mientras voy a buscar ropa para dejarte. Tenemos que ir de compras.- Le digo guiñándole un ojo, a lo que ella sonríe.

Saco de mi armario unos leggings negros y un jersey rosa claro, al igual que la ropa interior. Quiero que esté cómoda, más aún sin saber las horas que tendremos que estar en el hospital así que creo que esa es la mejor opción. Saco también unas botas y un chaquetón, ambos de color marrón.

Al momento la veo salir del baño liada en una toalla blanca. Lleva la melena rubia suelta pero mojada. Le enseño la ropa que le he dejado preparada sobre la cama y salgo de la habitación para buscar a Marc y Álex, que desde que hemos llegado no sé dónde están.

Bajo las escaleras de casa y entro a la cocina, donde puedo ver a mi abuela terminando de preparar la comida. Me acerco a ella, dándole un abrazo.

-¿Cómo está Lara?.- Me pregunta, dándome un beso en la cabeza.

-Está bien, abu. Está terminando de vestirse, en un rato bajará.- Le digo sonriendo.

-Son muy majos.- Me dice, mirando por la ventana. Por primera vez en un rato encuentro a Marc y a Álex. Ambos están en el jardín con mi madre. Están mirando el gran árbol que lleva una inmensidad de años ahí, supongo que les estará contando algo, porque Álex está riéndose, a lo que no tarda mucho en unirse su hermano.

Ayudo a la abuela a poner la mesa, esta vez, con un plato más. Sonrío al pensar esto. Parece mentira, pero en un par de horas todo ha cambiado mucho.

Veo a Lara bajar a la planta baja y me acerco a ella, dándole un beso en la mejilla.

-¿Me haces una trenza, Mar?.- Me dice, poniéndome ojitos.

-No hace falta que me pongas miraditas, echaba mucho de menos hacer estas cosas. Ya sabes que mamá nunca se deja tocar el pelo, así que vamos para arriba.- Le doy la mano y entramos a nuestra habitación, donde ella se sienta en el filo de la cama y yo algo más atrás. Comienzo a trenzar su pelo y al poco tiempo termino.

-Ya está, cielo.- Le digo, dándole vueltas al coletero negro en su pelo.

-Marina, ¿te puedo hacer una pregunta?.- Dice, girándose en la cama para quedar enfrente mía.

-Claro, dime.

-Marc y tú, ¿Sois novios?

-Pff.. ojalá Lara, ojalá. Sólo somos amigos, pero nos hemos besado alguna que otra vez y cada día que pasa me gusta más. Él me ayudó mucho en un momento que más adelante te contaré, has estado mucho tiempo desaparecida y tengo que informarte de todo correctamente, así que todo a su tiempo.

-Y... ¿Álex tiene novia?.- Me pregunta, sonrojándose y agachando la cabeza mientras juega con el borde del jersey; sigue igual que siempre, cuando se ponía nerviosa hacía eso.

-Que yo sepa no... espera, ¿Te gusta Álex?.- Le digo, abriendo los ojos, emocionada.

-¡Calla loca, que nos van a oír!.- Dice, poniéndome la mano en la boca.

-Sí, ¡Te gusta Álex!.- Digo, afirmando.

-No... bueno, me parece muy guapo y gracioso. No sé, la primera impresión ha sido muy buena.

-Pues espera que pasen un par de días más, porque te va a parecer más majo aún.-Le digo, sonriéndole. Al momento, tocan a la puerta, abriéndola tras ésto.

-Chicas, la comida ya está lista.- Es Álex.

Mierda... ¿Nos habrá escuchado? 

No te vayas.  [Marc Márquez]Where stories live. Discover now