Miedo.

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-Yo soy Marc, encantado.- Dijo el chico con una amplia sonrisa en su cara.

Marina se quedó mirándolo. Era realmente guapo.

Esa sonrisa combinaba perfectamente con el resto de su cara y sus maravillosos ojos marrones.

La joven terminó de beber de la taza y la dejó sobre la mesa, comenzando a observar el salón. Estaba muy bien decorado, aunque dudaba si había sido obra del chico o le había ayudado alguien más. De pronto, su mirada se clavó en una estantería llena de copas y medallas. Se quedó asombrada.

-Sea el deporte que sea el que practiques, tienes que ser muy bueno. No entran más premios en esa estantería.

-Muchas gracias.-Dijo Marc sonriendo.-Soy piloto de Motociclismo.

Espera, espera. Marc ¿Márquez? no puede ser. Marina estaba estupefacta. Estaba en la casa de un campeón del Mundo.

Ella no era muy de ver deportes, pero sabía quién era. Había leído y escuchado hablar sobre él, pero no se esperaba que fuese tan guapo.

-Seguro que quieres ducharte, te vendrá bien relajarte y quitarte el frío, que se que aún no se te ha pasado. Ven, te enseñaré donde está el baño mientras yo me pongo ropa seca y busco algo que te pueda servir a ti.

Ambos se levantaron del sofá y subieron las escaleras. Marina entró al baño, cerrando la puerta tras ella y abriendo, al momento, el agua caliente para meterse bajo ella en la ducha.

La verdad es que Marc tenía razón, al acabar, se encontraba mucho más relajada.

Justo al terminar de ducharse, se lió en la toalla blanca que Marc le había dado y tocaron a la puerta.

*Narra Marc*

Dejé a Marina en la ducha y me encaminé a buscar algo de ropa para ella. No tengo nada de su talla, pero algo mío seguro que se puede poner.

Saqué del armario varias sudaderas y pantalones cortos y me fui a la puerta del baño, ya que ella había terminado de ducharse. Toqué y me abrió liada en una toalla, con su melena rubia recogida en un moño.

-Toma, he encontrado todo esto, sé que no es de tu talla, pero por lo menos te quitas la ropa mojada, que no quiero que te constipes.

Marina le dio las gracias, cerrando nuevamente la puerta para abrirla minutos después.

-No, si al final mi ropa te va a quedar mejor a ti que a mí.- Dijo Marc, pudiendo ver al instante una sonrisa por parte de Marina. Había conseguido hacerla reír, eso era buena señal.

Se había puesto su sudadera roja que llevaba su número en la parte delantera.

Marina llevaba las mangas de la sudadera hacia arriba. Marc pudo ver en sus brazos esos cortes que tanto le llamaron la atención cuando la vio por primera vez.

La chica se dio cuenta y se bajó las mangas corriendo.

-¿Cómo te has hecho eso, Marina?- Preguntó Marc, mientras cogía las manos de la chica, volviendo a subir sus mangas.

No te vayas.  [Marc Márquez]Where stories live. Discover now