El Artículo del Amor (Camren)

Capítulo 2

Capitulo 2

25 de junio 2013

Lauren POV

Me despido del cielo gris de Londres. Este es mi último día en el país que me libero, al menos por un tiempo, de los demonios que me perseguían cuando tenía 15 años.

Es una cruda realidad que te golpea como el aire en una tormenta fría; pero es más cruda la realidad de saber que no importaba cuantas cosas se hicieran para demostrar mi inocencia, yo seguía siendo, para la sociedad, la responsable de la muerte de mi tía.

Habían pasado ya tres años y por más lejos que estuviera de aquello, todo lo que había pasado hacia tres años atrás, me seguían golpeando en la cara.

Era increíble como haber estado en el momento incorrecto, me habían transformado en la culpable de un delito que no había cometido y que después de tres años seguía sin resolverse.

Durante mi estadía en Londres, nunca perdí comunicación con Sinuhe, de echo había sido una de las condiciones del procurador para que me fuera del país, aun cuando el susodicho no tenía por que pedirlo ya que había sido declarada inocente; por lo que sabía que el caso de mi tía seguía vivo dentro del corazón de Miami.

Regresar al lugar en donde la gente me tachaba de "asesina", no sería bueno, pero extrañaba a mi familia, aún cuando cada seis meses ellos venían a visitarme. De igual manera no era lo mismo.

Había perdido comunicación total con todos los que una vez se declararon mis amigos, de hecho solo mantenía contacto con Alexa, quien fue la única que estuvo para mi cuando todos me dieron la espalda, hablando de aquellas personas hipócritas que se decían llamar amigos míos.

Mi pasado había echo de mi una persona callada y reservada, que se limitaba a responder cuando me preguntaban algo.

Pero las cosas cambiaron y después del primer semestre, había logrado hacer un par de amigos, quienes no me juzgaron por mi pasado, quienes me ayudaron a entender todo aquello; de echo Darvin y Freya, fueron las únicas dos personas que pudieron ver más allá de aquella chica que había llegado de América en un "intercambio" escolar.

Aquellas dos personas se habían convertido en lo más cercano a una familia en aquel país. De echo, la familia de Darvin, era una gran firma de abogados recibidos de Oxford, quienes contactaron a Sinuhe, para ayudar con el caso, algo que me dejaba aún más tranquila, no por el hecho de que no confiara en Sinuhe, sino el hecho que habría más gente capaz, a mi favor para así poder dejarle en claro a la gente que yo era inocente.

Aún así la gente seguía con la idea de que yo había matado a mi tía.

Estúpida sociedad podrida de la cabeza.

Dejar a aquellas dos personas sería difícil, sin embargo me llevaba en recuerdo de ellos en mi mente.

—Supongo que esto ya es el adiós definitivo—me dijo Darvin mientras me abrazaba—se fuerte pequeña. Todo saldrá bien y verás que esa gente abrirá los ojos— yo asentí

—Gracias, Darv.

Freya corrió hacia mi y me abrazo fuertemente. Mi conexión con Freya iba más allá de una simple amistad. Habíamos salido por más de un año, cuando por fin acepte el hecho de que era gay.

Decirle adiós sería más difícil que nada. Ella era, después de todo, mi primer amor.

—Prométeme que no te olvidarás de mi—susurro en mi oído

Negué con la cabeza—Sería imposible olvidarte, Freya—conteste en un susurro mientras besaba su frente.

Darvin se unió al abrazo y sonreímos. Los extrañaría más que nada, ellos se habían convertido en mi familia.

Parte de ella

Suspire y les dije adiós una vez más con la mano y me adentre al auto que ya me esperaba afuera de lo una vez fue mi departamento, y el cual me llevaría al aeropuerto.

Mientras el carro avanzaba yo miraba por la ventana y los recuerdos se hacían más presentes, de pronto me transporte a ese 20 de mayo del 2010, donde mi tortura comenzó.

Ese día donde había dejado de ser Lauren Jauregui, la jugadora estrella de sotfbol, la chica de buenas notas y muchos amigos, para pasar a ser la chica que había sido encontrada en la casa de su tía muerta y no solo eso, si no sospechosa del mismo asesinato.

Después de 25 minutos por fin habíamos llegado al aeropuerto. Recibí un mensaje de mi hermano diciendo que ya faltaba poco para verme, eso hizo que mi corazón se alegrara, minutos después recibí una llamada de mi padre diciendo que me esperaría en el aeropuerto y que contaba los minutos para poder abrazarme nuevamente.

Así cómo la alegría inundaba mi corazón, también lo hacía la ansiedad y el temor.

Para mi familia seguía siendo la misma chiquilla de 15 años, para la demás gente, una asesina.

Aborde el avión y me puse los audífonos, quería olvidarme un poco de lo que estaría viviendo en unas horas.

15 horas después, el avión aterrizaba y yo ya me encontraba en suelo americano. Ya estaba en Miami.

Al bajarme del avión una adrenalina invadió mi cuerpo. El sol resplandecía en su mayor apogeo y sentía la calidez de un clima que había extrañado en estos tres años.

Camine hasta la sala de llegadas en donde estaba toda mi familia. No me importo aventar a varias personas en el camino, yo solo quería abrazarlos a todos al mismo tiempo. Había extrañado el perfume de mi madre, los abrazos de mi padre y la sonrisa de mi hermano.

—Es bueno tenerte de vuelta, princesa—susurro mi padre. Yo le sonreí y los tres caminamos a la salida.

Mi cuerpo de congelo al llegar a aquella puerta. Como se habían enterado?

El aeropuerto estaba rodeado por periodistas, y miles de flashes cegaban mis ojos. Quería correr, salir de ello, regresar a Londres. Las preguntas se hacían presente, los gritos de los reporteros, los insultos de la gente.

Seguía viviendo lo mismo de hacía tres años.

Sinuhe estaba allí presente, ella se hacía cargo de todo lo relacionado con la prensa mientras yo caminaba hasta el carro junto con mi familia.

Suspire pesadamente.

—Esto nunca va a acabar, ¿no es así?—dije y mi padre exhalo una gran bochada de aire.

—Solo ten más paciencia, hija—mire por la ventana y nuevamente los flashes cegaban mis ojos. Negué con la cabeza y me puse mis lentes de sol, yo quería ya ver nada más con claridad.

Sinuhe entro al automóvil y suspiro mirándome—Bienvenida de vuelta, Lauren.