Capítulo 43

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Lo que aquella noche pasó, no era parte de su plan. Sin embargo, no iba a negar el hecho de que no tenía ni un solo arrepentimiento sobre lo que hizo. Era una lástima que el sabor amargo del alcohol en su boca iba desapareciendo, al igual que unos de sus recuerdos. Las imágenes pasaban por su mente, no sabía qué era real y qué no. Justin y ella bailando, Camila viéndolos de lejos y apartando la mirada para enfocarse en el castaño, la bebida en su copa, la música, un lugar cerrado, el cuarto, sus labios.

Y lo más importante, ¿dónde estaba ahora?

***

Camila seguía temblando un poco. Ya no sabía si seguía llorando o no; si había llorado en absoluto. No estaba realmente consiente de cuento tiempo había pasado. Cuando salió de la casa en donde la fiesta había sido, el cielo aun estaba oscuro, alrededor quizá de las cinco de la mañana. Ahora, el sol brillaba con una tenue luz anaranjada.

Camila no había podido dormir. No era realmente la clase de persona que disfrutara de las fiestas, como las otras cuatro chicas, pero la habí­a pasado de maravilla hablando con Shawn, riendo con casi todos los de la fiesta. Después, cuando las cosas se habían puesto pesadas, se había ido a contemplar las estrellas, inmersa en sus pensamientos. Todos se habían dormido y ella fue a recorrer el lugar.

Gran error.

- ¿Mila?

Camila se giró, Dinah ahora tapaba el sol con su cuerpo, un aura dorada formándose a su alrededor, su cabello rubio un poco desordenado por acabar de levantarse. Entonces, la morena sintió ganas de llorar por la mirada que Dinah le dirigía. Los tiempos habían sido difíciles últimamente: con todo lo de Lauren, y Shawn y Justin, y Normani, que al parecer había decidido que Camila ya no existía para ella. Camila se había alejado un poco de las chicas y ellas no habían intentado acercarse de nuevo. Ahora Dinah tenía esa mirada de preocupación y cariño que había tenido tiempo atrás.

- Hola - le dijo, una sonrisa triste adornando sus labios. Y, dios, su voz se oía terrible. - ¿Qué haces aquí­?

- Creí que quizá necesitarí­as a alguien con quien hablar, yo...

Dinah se quedó callada y se sentó a su lado. Hizo un movimiento, como si quisiera abrazarla pero tuviera miedo de la reacción de la morena. Eso jamas habí­a pasado antes. Se quedaron en silencio hasta que Dinah le tomó la mano.

-Camila - le dijo. Habí­a súplica en su voz -. Habla conmigo.

Sus lágrimas cayeron entonces. Se lanzó a los brazos de su amiga y lloró. De alguna forma se sentía aliviada de poder compartir con alguien cómo se sentía, de dejar de cargar ese peso ella sola. Quería, anhelaba, sentirse comprendida y querid­a otra vez.

- Siempre supe... - comenzó. No tenía que decirle de qué se trataba, a estas alturas, todos ya lo sabrí­an. Y aún existía aquel vínculo entre ellas. Podí­a ver como Dinah reconocía en su rostro que las lágrimas que caían eran por Lauren -. Siempre supe que yo la amaba más de lo que ella me amaba a mi.

Camila se separó de Dinah y la miró a los ojos.

-Todo el mundo decí­a que no. Siempre pensaron todos que ella fue la primera en caer, y la que siempre estuvo ahí­ esperando por mí. Pero yo sé que no. Recuerdo la primera vez que la vi y pensé que era lo mas hermoso que habí­a visto. Recuerdo que cuando la oía hablar, mi corazón actuaba tan raro: como si quisiera obligarme a estar con ella. Y yo... estaba tan confundida, pero jamás lo negué. Siempre supe que Lauren sería mi perdición, y que dedicarí­a cada día de mi vida a amarla.

Dinah acarició su hombro, sus manos limpiando delicadamente sus lágrimas de vez en cuando. No habí­a hablado, pero quizá era eso lo que Camila necesitaba.

Filofobia (Camren-Jauren-Shawmila)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora