Capítulo 44

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Ahí fue cuando el final comenzó...

Miradas, capaces de expresar todas las palabras que de los labios nunca escaparon. Recordaba sus ojos, claros como un rayo de luz sobre un lago. El brillo, similar al de la Luna, que la reconfortaba cuando daba todo perdido. Aquellos que simbolizaban la inocencia y la lujuria. Un ángel, siempre los atribuía a eso, debido a una belleza tan elegante y delicada. Traían calma, y risas con ellos. Capaces de acelerar el pulso, o detenerlo por completo. Eran tan contradictorios, pero eso solo hacía amarlos aún más. Un estado entre primavera y otoño, que poco a poco, se tornó tan frío como el invierno. Ya no era un ángel, era un demonio. Ya no brindaba felicidad, ahora traía consigo dolor y terror. Con solo mirarlos, se sentía en completa desventaja, como si en cualquier segundo, aquellas esmeraldas pudiesen atravesarla y acabar con todo. Sus ojos, pasaron de ser su mayor anhelo, a ser su peor miedo. Todo en menos de un parpadeo.

Aquellos ojos, que alguna vez la miraron con amor. Ahora eran solo un espacio vacío, intentando imitar un sentimiento que los abandonó desde antes. Ésa mirada, no era de la chica que alguna vez amó. Ya no era la que le había robado su corazón. La desconocida que había tomado su lugar, logró hacer demasiadas cosas; cosas que la antigua Lauren nunca habría hecho.

-¿Quién eres? –preguntó con una voz quebrada.

-Camz...- habló la chica, su rostro mostraba arrepentimiento.

-No me llames así. – no había lágrimas, solo era una persona intentando lidiar con sus propios pensamientos. –No te atrevas a volver a llamarme así. Dejaste de ser quien eras cuando te conocí.

-¿Por qué estás diciendo todas esas cosas? – intentó acercarse, para tomarla de sus hombros. Y sorprendentemente, la menor no hizo intento alguno de alejarse. –Cam...- se detuvo antes de llamarla como solía hacerlo. – Camila. Yo no te he hecho nada en absoluto, y me parece inmaduro de tu parte que ahora seas tú quien intente alejarme, cuando yo soy quien debería odiarte.

-No te odio. Y no intento alejarte. –Sostuvo la mirada de la chica de tez pálida. –Es solo que, finalmente lo he decidido.

¿En verdad era el fin? Lauren estaba confundida, y temía de lo que pudiera significar la decisión de la menor. Apretaba la mandíbula, y cerró su puño. Ya no estaban saliendo. Habían acordado ser solo amigas. ¿Por qué de repente se había vuelto tan fría? Era imposible que de la noche a la mañana, dejase de lado todos sus sentimientos hacia ella. Probablemente el alcohol aún tenía efecto sobre Lauren, o eso era lo que quería hacerse creer. Esa era la única explicación posible ante lo que estaba pasando. O a lo mejor seguía dormida.

Tal vez era una pesadilla.

Tenía que serlo.

¿Pero y si no lo era?

-¿Decidido qué? – preguntó con un tono que no era más que miedo ante la posible respuesta que vendría después.

-Tengo que dejarte de una vez por todas. – dijo la morena pasados unos segundos, sin ninguna expresión diferente.

Lauren se quedó pasmada, mirando los ojos marrones de la menor. Algo se quebró dentro de ella. No comprendía lo que quería decir con esas palabras, no podría referirse a dejarla literalmente, porque eso significaba que ella...

-No puedo seguir intentando recuperarte, y sé que lo he dicho ya antes. Pero ésta vez es enserio. – su voz interrumpió los pensamientos de Lauren. -No volveré a intentar besarte, ni tomar tu mano, o tener algún tipo de contacto físico contigo. Porque esto parece solo un círculo. Siempre nos alejamos, regresamos, y volvemos a repetirlo. Ya me cansé. Tú te has entregado a él... - se detuvo, debido al asco que le produjo recordar lo que vio la noche anterior. – completamente. Y sí, te amé, Lauren. Has sido la persona que me robó el corazón desde el primer instante en que te vi, me maravillaste con tu mente, con tu cuerpo y tu amor. No será algo que olvide, más sin embrago, tengo que alejarme. Por tu propio bien, y por el mío. – llevó sus manos a sus hombros, donde estaba sujetándola la mayor, y con cuidado retiró el agarre. Probablemente esa sería la última vez que sentirían la calidez de ambas. – He intentado demasiado olvidarme de mis sentimientos hacia ti, pero ahora, he entendido que la mejor manera es dejar de regresar. Tomaré una distancia, probablemente será aún mejor que la única relación que tengamos sea la profesional.

Filofobia (Camren-Jauren-Shawmila)Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt