Capítulo N° 18

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 *** Acuerdo ***

Lauren se alejó. Giró su cabeza y estaba segura de que no había tenido que beber. Miró a Camila que aun dormía. Su rostro se puso caliente y se levanto rápidamente. Al levantarse repentinamente, causó que perdiera el equilibrio, se derribó y chocó contra la pared. Trató de sujetarse pero su mano arremetió contra algo mientras trataba de sostenerse y se sostuvo de un pequeño jarrón blanco que cayó al suelo y se rompió. Camila despertó sobresaltada. Miró hacia la causa de aquel ruido. Cuando vio a Lauren, se levantó rápidamente.

- Señorita! - Exclamó - ¿Está bien? - Camila ya se había despertado. Se estiró y tocó el brazo de Lauren como si fueran iguales, como si fueran amigas. Lauren se estremeció con el tacto provocándole algo profundo dentro de ella y su estómago se sacudió.

- No me siento bien. Debe ser el vino - dijo haciendo un movimiento hacia la puerta.

Camila todavía no pensaba con claridad, cuando agarró la mano de la ojiverde. Lauren la empujó lejos - No me toques.

- Camila de regreso, tropezó y cayó sobre la cama. Lauren apenas murmuró una disculpa antes de salir de la habitación.

Al salir, se encontró con Becky, que sólo iba a entrar en la habitación después de haber escuchado la rotura del jarrón. Lauren no pudo verla a los ojos y evitando tropezarla, bajó las escaleras corriendo. Camila salió queriendo seguir a Lauren, pero se detuvo cuando vio a Becky.

- ¿Qué pasó? - Becky exigió.

- Lo siento, señorita - Camila se inclinó, pensando que estaba enojada por lo del jarrón - Fue mi culpa. Soy tan torpe.

- Me refería a Lauren - Becky corrigió. Camila miró sobre su hombro y hacia la puerta abierta. Ella cambió de puesto con impaciencia. - Respóndeme.

- No sé, señorita, lo juro. Por favor, dijo que se sentía enferma. Necesito...

- Ya no eres más su sirvienta! - Becky concretó - Supongo que debes saber eso - Becky apretó los dientes en señal de frustración. La cara de Lauren no era de felicidad. Si algo pasaba por sabotear los sentimientos de Lauren hacia Camila, entonces su plan terminaba. Necesitaba tener a Lauren de su lado. Mientras más rápido Lauren rompiera con el príncipe, más rápido podría abalanzarse y ocupar su legítimo lugar - Dijiste algo que la hizo enojarse? - Becky pregunto. Camila negó con la cabeza.

- No, señorita, lo juro! Le pregunté si se sentía bien y salió corriendo.

Sintiendo que Camila no podía hacer nada, Becky dio la vuelta para seguir a Lauren. Algo debió haber pasado en ese corto intervalo en el que Lauren dejo la mesa del comedor. Becky corrió hacia ella: y si algo le pasó a esa amistad? - nada ocurrió, todo es un malentendido - Becky murmuró para sí misma cuando salió de la habitación.

Al ver la mirada de Lauren, pudo comprobar que ésta había estado llorando, como si Camila le hubiera hecho daño de alguna manera inexplicable. Pero sabía que la castaña no le haría daño a Lauren.

Abajo, los Jauregui y los Watson estaban terminando de cenar cuando Lauren tomó su lugar junto a su madre. Clara le dio una mirada fuerte y le susurró algo que Lauren no se molestó en escuchar. Alcanzó una respiración profunda y se prometió a pasar bien el resto de la noche. No se atrevería a volver a la habitación y oró para que Camila no bajara las escaleras. Becky se unió a ellos poco después, sentándose frente a Lauren.

La castaña trataba de descubrir en los ojos de la ojiverde lo que Camila había dicho o hecho y cuál era el efecto que había hecho sobre ella, pero Lauren puso una barrera y Becky no podía ver detrás de esa fachada. Cuando la familia Jauregui estaba lista para irse, Becky todavía no había recibido una respuesta de Lauren con respecto a su propuesta del acuerdo. Discretamente, apretó su puño en previsión como el Duque, la Duquesa y Lauren caminaban hacia la puerta principal, preparándose para salir. Becky caminó junto a Lauren y la miró.

- Has tomado una decisión? - Becky pregunto. Le veía y para su sorpresa, parecía como si Lauren estaba lista para estallar en llanto. Sus ojos brillaron y toda su mandíbula se apretó haciendo un esfuerzo para no llorar y Becky lo vio. ¿En nombre de Dios que le hizo Camila? pensó con enojo.

- Bueno, Marqués, ha sido un placer, como siempre - Anunció Michael dándole una palmada con una mano en el hombro a su amigo de mucho tiempo. Los esposos habían sido siempre muy amistosos. Las esposas no tanto.

- Buenas tardes, Duquesa - Alana dijo a través de una sonrisa fingida.

- A usted también - Respondió Clara. Los escalofríos enviados por esa despedida hicieron estragos en la columna de todo el mundo. Becky comenzó a entrar en pánico. Tenía que conseguir que Lauren llegara a un acuerdo antes de que se fuera.

Una vez que lo hiciera, estaba segura de que Lauren vería la locura entre la elección de una sirvienta y la de un príncipe. Miró a la madre de Lauren.

- Lauren tendrá tiempo para almorzar mañana?

- Pero cariño - Alana dijo - Hace apenas se han separado y ya estás haciendo planes tan pronto?

- No pude hablar con Lauren tanto como me hubiera gustado - dijo con una sonrisa - No es cierto, Lauren? - la ojiverde asintió, lo que sirvió para tranquilizar a Becky de que todo estaba bien.

- Creo que está bien - Alana dijo.

- Lauren está muy atrasada en todos sus estudios. Tengo miedo de que simplemente no tenga tiempo para recuperarse - Clara interrumpió.

- Vamos, cariño - Michael intervino, su alegría era producto del vino y la buena compañía - Deja que las niñas se diviertan! Crecen demasiado rápido. Que tiene un almuerzo, estoy seguro de que si falta a una lección no le hará daño.

- No soy nadie para desafiar a marido - Clara medio sonrió.

- Muy bien - Dijo ella, asintiendo con la cabeza. Becky tiró de Lauren para darle un abrazo, fingiendo que era debido a su estrecha relación. Sin embargo, era simplemente una oportunidad para amenazar a Lauren una vez más esa noche.

- Tú sabes que mi oferta no va a durar - Susurró - Toma una decisión para mañana, o lo haré por ti.

Lauren sentía tanto coraje y aunque hubiera querido golpear a Becky, no podía hacerlo. Su cuerpo entero se sintió cansado y todo lo que quería hacer era regresar a casa y dormir. Becky se alejó y estudió el rostro de Lauren. Su expresión era de confusión y eso era suficiente para satisfacerla. Si realmente Camila había dicho o hecho algo, Lauren habría rechazado rotundamente su oferta. Parecía como si ella estaba concluyendo seriamente. La castaña sonrió.

- Espero verte pronto - Dijo dulcemente. Lauren asintió en silencio y Clara, avergonzada por el comportamiento grosero de su hija, la sacó fuera de la casa hacia el carruaje antes de que hubiera deshonrado a la familia.

Una vez dentro, lanzó en una diatriba que Lauren ignoró todo el camino. Todo lo que podía pensar era en la manera en que presionó sus labios contra los de Camila, la fuerza en la mano de la castaña cuando se apoderó de ella y sobre todo lo bien que se sentía el estar cerca de ella otra vez.
Ella miraba por la ventana sin comprender, los breves segundos antes, durante y después del beso que jugaban una y otra vez en su mente mientras su madre hablaba sola prácticamente.

Desde la ventana abierta de Becky, Camila se asomaba teniendo cuidado de no ser vista por las dos familias. Vio entrar en el carruaje a Lauren y sintió en su estómago que algo andaba mal con su ex ama. La manera en que salió corriendo de la habitación, y como le gritó; sabía que algo andaba mal.
Se mordió el labio y acomodó su cabello hacia atrás y corrió rápidamente hacia la otra ventana. El movimiento captó la atención del conductor del carruaje, cuyos ojos la reconocieron de inmediato. Camila se agachó dentro aunque sabía que era demasiado tarde. Alguien la había visto y sabía quién era. Sólo rezaba para que éste no dijera nada.

Rápidamente entró a su habitación y se tumbó en su cama fingiendo dormir. Sin duda, Becky le reprocharía el cambio repentino del comportamiento de Lauren. Cerró los ojos y fingió que estaba durmiendo, quizás su nueva jefa la dejaría sola. Pero Becky irrumpió.

- Con un demonio, ¿qué le hiciste? Ella no era la misma cuando salió de esta habitación! - Becky exigió. Sacó a Camila de la cama y ésta temblaba.

Su nueva ama, era mucho más aterradora que la antigua.

- Señorita...Tiene que creerme. Creo que no...

- No quiero escucharte. Te acostarás sin cenar. Quiero pensar acerca que fue lo que le hiciste. Casi me cuesta todo mi plan - se alejó de Camila - No importa. Sigue durmiendo. Creo que no te castigaré aún más sin embargo, si ocurre de nuevo... Bah! - cerró la puerta a su salida y Camila escuchó el chasquido escalofriante de la cerradura al encerrarla. Se volvió acostar en la cama, descansando su cabeza sobre su brazo, mirando hacia la pared sin comprender. El hambre era la menor de sus preocupaciones.


Lauren no podía recordar claramente cómo acabó en la cama. Todo lo que sabía era que de alguna manera había vuelto a la mansión, se había deslizado en el camisón y yacía en la oscuridad. No pudo recordar ni siquiera si ella misma se había desvestido o la ayudó algún sirviente. Sus pensamientos estaban llenos de imágenes de Camila. Había sido un error, desesperadamente y en vano intentó convencerse. El vino la había hecho besar a Camila. Lo que significaba para ella, era mucho más que una dinámica de amo y criado. Lauren no sabía lo que sentía, no sabía si era porque con Camila era con la única persona que se sintió por primera vez conectada a ella, en su mundo donde cualquier "amigo" equivalía a una invitación a una fiesta de cumpleaños y luego te mandaban por un acantilado.

Camila no era así, "Rayos" ella fue su única confidente. Camila la había visto en sus peores momentos y siempre había estado allí con una sonrisa en su rostro y una palabra alentadora en sus labios. Camila le hizo sentir como si no importara la nobleza. El dinero le había servido en el único propósito de traer a Camila a su vida, y una vez que estaba en ella, no podía sacarla de allí, así lo intentara.

- Dios mío ayúdame - Lauren susurró colocándose en posición fetal sobre su cama.


La oscuridad y la humedad se presionaban sobre ella y luchaba por respirar a través de los sollozos en el silencio del que se apoderó su cuerpo. Los recuerdos de Camila se quedaron a su alrededor y se encontró a tientas en el aire como si tratara de agarrar la mano de su antigua sirviente para que le diera fuerza.

- Dios mío ayúdame - Repetía una y otra vez. Tenía que elegir. Becky no esperaría mucho. Lauren necesitaba a su madre, aunque fuera a través de brujería o instinto maternal que escuchara su conflicto silencioso. Quería que su madre la abrazara mientras su corazón se arrancaba entre dos decisiones. Quería una madre que peinara su cabello hacia atrás y le dijera que lo que ella sentía era normal, aunque no fuera así. No es socialmente aceptable sentir algo hacia alguien de clase baja y sin duda no es moralmente aceptable sentir algo hacia otra chica.

- Camila - Lauren le susurró a la oscuridad mientras repetía el nombre de Camila a su alrededor aunque esta no podía oír el anhelo y la angustia en su voz.


Austin fue a guardar a los caballos ya siendo de noche. Mientras los llevaba a sus puestos, el conductor del carruaje colgaba su sombrero en el interior encima de una estaca.

- Nunca entenderé a esos nobles - Dijo el conductor. Austin lo ignoró. Él siempre se quejaba cada vez que tenía que quedarse hasta tarde - Oh, Austin! - El chico gimió en voz alta. Sólo quería irse a la cama. Él había estado ayudando a Boris todo el día y estaba adolorido por todas partes - Vi a Camila - Si el chico había estaba cansado antes, ahora, estaba bien despierto después de esa declaración.

Sus ojos se ampliaron y tropezó. El conductor del carruaje sonrió ampliamente ante la reacción.

- En...en dónde? - Austin tartamudeó.

- Has tomado un gusto por ella, ¿verdad? - El conductor del carro se burlaba. Austin se sonrojó y miró hacia sus pies por vergüenza cuando se echó a reír - Fue apenas un atisbo, pero la vi mirando por la ventana cuando nos íbamos.

- ¿Y estás seguro de que no fue un error? Austin preguntó.

- Por supuesto que no! Es difícil olvidar una cara bonita como la suya - Él respondió - Pero estoy seguro que ya lo sabías - Guiñó el ojo y Austin cerró la última de las puertas de la caballeriza. Sus pensamientos vagaron distraídamente recordando cuando Becky Watson lo detuvo y le preguntó si sabía dónde estaba Camila.

Entonces Becky apareció al día siguiente preguntando por el conductor del carruaje. Becky obviamente había encontrado a Camila, pero ¿con qué fin?

Ese último pensamiento pronto desapareció de la mente del chico al darse cuenta que podía ver a Camila otra vez. Una sonrisa se dibujó en su cara mientras caminaba hacia su cama pequeña en el segundo piso del establo. Miraba por la ventana a las estrellas.

- Camila - susurró. Tenía que ir a visitarla, tenía que verla de nuevo. Dejó salir un suspiro de alivio antes de caer dormido.


Cuando Lauren despertó a la mañana siguiente, tenía los ojos hinchados por haber llorado toda la noche. Sólo se había quedado dormida en horas de la mañana. Parecía que apenas había cerrado los ojos cuando los abrió otra vez.
Volvieron a su mente los hilos de los recuerdos de la noche anterior. Mientras que todo lo demás seguía estando confuso, ella podía ver imágenes vívidamente del beso y dejó salir un pequeño sollozo cuando se dio cuenta que no era un sueño. El dolor no dejaba su pecho y empezó a llorar otra vez.

- Lauren, qué estás haciendo todavía en la cama? - Clara abrió la puerta y entró. Lauren hizo su mejor esfuerzo por tratar de limpiar las lágrimas pero su madre la volvió a llamar mientras inhalaba y giro la cabeza hacia un lado y vio a su hija - Lauren, ¿qué está pasando aquí?

- Nada, madre - dijo ácidamente - Nada que te importe de todos modos.

Buscó en su madre algo parecido a un breve flash de preocupación en su cara pero cuando la miró bien, solo se encontró con el rostro crítico de una Duquesa que estaba lidiando con una hija irritante.


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