Capítulo N° 19

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 - Bueno, si no es nada, entonces ya deberías estar levantada. Vas a llegar tarde para el almuerzo con la chica Watson.

La desaprobación en su voz, llegaba hasta el borde, pero no iba a discutir cuando su hija quería construir relaciones con la familia que estaba en segundo lugar por ser la más poderosa. Lauren lo sabía y Becky también. Pero Lauren sabia precisamente el por qué si aceptaba tratar con Becky, era porque necesitaba ver a Camila casi tan a menudo como a ella le gustaba.

- Muy bien, madre - Lauren se deslizó fuera de la cama y su madre salió de la habitación.

Lauren escuchó pasos pero no sentía que se alejaban. Su madre probablemente la estaba esperando fuera de la sala. Fue a su vestidor para ponerse la ropa del día. Vistiéndose sin Camila, seguía siendo una extraña sensación para ella. Podía hacerlo por sí misma, pero había estado tan acostumbrada a que Camila estuviera ahí, haciendo sus lazos o levantando el vestido justamente a la altura que ella le exigiera, y ahora que al hacerlo por si misma sentía sus propias manos tan extrañas. Se sentó frente al espejo y se miró. Era un desastre sin Camila. La necesitaba y que lo hiciera tanto la asustó. Ella sabía que estaba mal. Camila era una indigente, no valía la pena. Además, el beso era un pecado ante los ojos de la iglesia. Ella sabía lo que predicaba su religión. Conocía las reglas y que ella había roto cada una de ellos.

- No - Susurró para sí misma - Fue un error. Yo no estoy...- Pero no pudo terminar la frase. Quería decir: NO ESTOY ENAMORADA DE ELLA, pero sus palabras se quedaron atrapadas en su garganta. Ella se aclaró la misma y lo intentó de nuevo.

- No estoy enamorada de ella. No puedo estarlo.

- ¿Realmente has olvidado cómo vestirte? - Clara preguntó desde afuera. Lauren se reconfortó ella misma.

- Camila no es nada más que una campesina - Dijo con firmeza - Y yo estoy en fila para casarme con un príncipe. Sólo una tonta no podría elegir al príncipe - Se levantó - Voy a ir con Becky y le diré que no acepto ese trato. Se volverá loca por no aceptarlo - Salió por la puerta y su madre frunció el ceño.

- Ahí estás. Ya es tarde.

- Mis disculpas, madre - dijo cortésmente. El tono de su voz sorprendió a la Duquesa. Era su hija otra vez. Estrechó sus ojos sospechosamente. ¿Acaso este era otro juego que Lauren estaba jugando?

- Entonces no hay prisa - Clara dijo, estudiando a su hija. Ella podía sentir el comportamiento helado que emanaba Lauren. Una sonrisa de satisfacción se repartió en su cara y asintió con aprobación. Esta era la Lauren que había criado.

Esta era la Lauren quien iba a asistir a un almuerzo con la chica Watson y reafirmar su posición sobre ella. Lauren caminaba delante de la Duquesa, mientras su madre sonreía. Era hora de ir a trabajar. Cuando Clara, Michael y Lauren se acercaron a la puerta de entrada, el maestro del establo, Boris, corrió jadeando pesadamente hacia ellos.

- Duque, es Austin.

- ¡ Por el amor a Dios, que ha hecho esta vez? - Michael exigió furiosamente.

- Se ha ido y ha tomado a uno de los caballos otra vez - Dijo Boris.

- No aparecen ni él ni la bestia por ninguna parte.

- Vamos a llegar tarde, cariño - La Duquesa, señaló. El Duque arañó su barba y sacudió su cabeza.

- Siempre ha sido un alborotador, aquél muchacho. Pero sus travesuras a menudo no son inofensivas. Volverá con el tiempo. Usted verá que lo hará y apenas llegue castíguelo.

Una Caja Musical me Llevo a TiWhere stories live. Discover now