Capítulo Nº 31

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Camila se inclinó contra el muro de piedra, apoyando su cara sobre la mano izquierda en señal de cansancio. No había logrado vender más flores. Pues en ese día Había, pocos transeúntes y ninguno se había detenido para comprarle algunas. Aun así, recordó que el Sr. Lawer, ese día le había hecho una buena compra y decidió sonreírle al mal tiempo.

De igual manera, estaba a punto de regresar a la ciudad para ir a preparar la cena del hombre que le arrendó la pequeña habitación, cuando vio una figura abordarla desde lejos por el camino. Entrecerró los ojos para ver mejor. Era la figura de una mujer que estaba allí de pie. No tomó mucho tiempo para que Camila se diera cuenta de quién era y apuró el paso para ir a su encuentro.

- Madre!! - Exclamó gustosamente para luego abrazarla. La castaña solamente le había dicho a una sola persona de su familia donde se alojaba. Enviaba cartas con regularidad, haciéndoles saber que estaba bien. A su madre le envió una carta privada detallando su paradero. Pero ésta era la primera vez que Sinu la había ido a visitar.
Camila bajó la cabeza sintiéndose mal ya que tenía varias semanas que no le escribía.

- No has escrito durante algún tiempo, tenía que venir a ver si todo estaba en orden. Me tenías preocupada, no sabía si habías caído enferma.

- Estoy bien, mamá - Camila respondió - Siento no haber escrito, no he tenido tiempo ni dinero para hacerlo - Sinu palmeó su hombro.

- Te ves delgada. ¿Estás bien? Ven, vamos a tu cuarto, podemos hablar allá.

Camila condujo a su madre a su pequeña habitación. Sinu esperó mientras esta bajaba a preparar la cena para el casero. La castaña había limpiado el lugar con el pasar del tiempo. Todas las telarañas se habían ido, el lugar había sido arreglado correctamente y hasta había logrado adquirir una mesa y algunas sillas.
Su madre examinaba el entorno, mientras que Camila servía la comida. Cuando regresó arriba con Sinu, esta acababa de abrir la ventana para dejar entrar un poco de aire fresco de la noche.

- ¿Cómo ha estado todo? - Camila preguntó. Y su madre se sentó.

- Todos se han preocupado por ti, vuestro padre especialmente. Nunca explicaste el por qué te fuiste de repente de la finca de los Watson, sólo empecé a recibir cartas de ti un día diciéndome que te habías mudado - Camila se cambió de lugar incómodamente. No podía decirle la verdad a su madre. -¿Qué pasó? Pregunto Sinu.

- Nada, madre, sólo quería un cambio de ambiente.

- Eres mala mintiendo. Eso lo sacaste de tú padre - Regañó Sinu.

Camila dobló sus brazos sobre su pecho y se dejó caer en una silla. Sinu dejó de sonreír y buscó su mano, acariciándole el cabello - Fue algo malo?

- Madre, ¿quieres a mi padre? - Camila preguntó inocentemente.

- Claro. Aunque admito que casi lo dejo el día que vino a casa sin ti - Replicó Sinu 

- Aunque fue la única vez, y se culpó lo suficiente por lo que había hecho - Volvió a dibujar una sonrisa en su cara – ES ESO? - Preguntó, tirando de la silla más cerca de donde se encontraba Camila 

- Acaso... te has enamorado?

- Si madre - le dijo - Pero lo dejé.

- ¿Por qué? - Sinu le preguntó, atónita.

- Me enamoré de alguien que iba a renunciar a todo por mí, madre. No podía dejar que eso sucediera. Tuve que dejarlo, porque era lo correcto y tuve que hacerlo - Camila rogó con los ojos para que su madre se tranquilizara, decirle que estaba bien, que ella había hecho lo correcto. Pero los ojos de Sinu la miraban con desaprobación e inmediatamente frunció el ceño.

Una Caja Musical me Llevo a TiWhere stories live. Discover now