Capítulo Nº 35

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La ojiverde daba un paseo por los alrededores del Palacio para así poder borrar sus pensamientos. Estaba oscureciendo y aunque estaba casi al aire libre, no era mucho más reconfortante que en el interior del mismo. Habían antorchas que se alineaban a lo largo de los pasillos, casi vacíos, haciendo espeluznantes sombras sobre el suelo de piedra. 


A pesar de temerle a la oscuridad y a la soledad, el miedo no se apoderó tanto de ella sino hubiera sido por los guardias que estaban de pie en los extremos de cada corredor.
Agradeció a Dios porque el príncipe se dignó a dejarla pasar la noche allí. Habían dos razones principales para haberle pedido poder quedarse, una; ayudaría a que este se ganara más su confianza y así no tendría que volver por el camino por el que vino. Y la otra, estaba segura de que Camila estaría allí, al igual que se la había encontrado ese día y estaba segura que no podía manejar esa situación si la veía de nuevo.

No podía olvidar las palabras que el Joven Lawer había dicho: "Parece el tipo de mujer de las que ha sido despreciada una vez"...Cómo?

Lauren: Yo fui la única que salió herida Camila - dijo para sí misma en voz alta. Miró a su alrededor para asegurarse de que nadie la hubiese visto hablando sola, temiendo a que los rumores de su "locura" se extendieran.

Pero tal vez la locura si se estaba apoderando de su mente. Ella había sufrido un año entero sin Camila a su lado y aún después de haberla visto, aun se sentía mal sin ella.

"Y no será lo suficientemente tonta como para que la hieran dos veces". Acaso podría ser que los sentimientos de Camila si eran sinceros? Descartó esa idea inmediatamente. No aceptaría volver a ser la chica a la que le habían roto tan rápido los sentimientos con tan pocas palabras.
Se estaba confundiendo, estaba hecha un enredo su mente. No hubieron explicaciones ni justificaciones cuando escribió aquella carta.

Una idea le vino a la cabeza de que quizás Camila había sido forzada a huir, pero la descartó rápido. Nadie sabía de ellas, y ciertamente Becky no la delataría así como así cuando la tenía en la palma de su mano. No!!!! Camila lo había hecho por su propia voluntad, estaba segura de eso, pero no sabía con qué propósito.

Un pequeño rayo de esperanza se aferraba dentro de su pecho. Nunca se sentiría bien a menos que volviera a ver a Camila y saber lo que estaba haciendo. Necesitaba saber si Camila estaba bien sin ella o si todo el amor que supuestamente sentía, había sido un simple teatro.
Caminaba fuera de las puertas del castillo hacia donde dormía el conductor del carruaje. Ya la noche se había extendido hacia el horizonte y las estrellas brillaban por encima de ella, claro; después de que la lluvia al fin había pasado.

El conductor del carruaje dormía en una pequeña casa para huéspedes temporales. Abrió la puerta y tosió para anunciar su presencia. Éste no se percató de que alguien había entrado, así que se acercó a su cama y lo sacudió suavemente. Éste resopló y se sentó.

Lauren: Llévame a la ciudad donde está Camila -Susurró. El conductor del carruaje parpadeó desconcertado ante la petición.

Conductor: A dónde Camila? - Repitió simplemente - Quiere ir allá señorita Lauren? - Preguntó cuándo ya las palabras finalmente comenzaban a tener sentido.

Lauren: Por favor, ni una palabra de esto a nadie - Respondió arrojándole nuevamente las sábanas encima. El hombre no se molestó en vestirse completamente, nadie salía a esa hora de todos modos.

Abrieron las puertas del establo donde descansaban los caballos y sacaron los animales que estaban algo confundidos hacia donde se guardaba el carruaje. Allí el conductor del coche los empezó a alistar tardando mucho más tiempo del que le hubiera gustado a Lauren. En cuanto terminó, la ojiverde subió al carruaje e instando a los caballos hacia la dirección a la que deseaba ir esa noche.

Austin estaba durmiendo profundamente cuando escuchó que alguien abría la chirriante puerta del establo. Dio un salto en la cama cuando despertó, pensando que uno de los caballos se había escapado y miró hacia abajo. Para su asombro, vio una figura algo oscura, parada en la puerta.

Austin: Quién está allí? - Gritó. Saltando hasta el piso de abajo dejando que sus ojos se ajustaran a la oscuridad. Cuando sus ojos lo hicieron, pensó que podía haber sido otra vez un sueño.

Una Caja Musical me Llevo a TiWhere stories live. Discover now