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°Narrado por Evan°

Puedo saber cómo se siente con tan solo una mirada. Su forma de ser, de actuar, me revela absolutamente todo sobre su estado de ánimo en cada momento, es muy valiente y fuerte, no hay que conocerla para saberlo, la perspectiva en la que ve las cosas, el discernimiento y la sabiduría para tomar decisiones.

Por otro lado, estoy yo, una persona muy serena frente a ella, pero el resto del día soy cambiante, sonrío, golpeo, asesino, bebo, grito, dirijo, me miento a mi mismo, etc.

Discutimos muy poco sobre el lugar donde dormiría, prefirió un sofá alejado que dormir a mi lado, la verdad al contrario de molestarme me causó gracia, porque me demando: «Dormiré en el sofá y punto»

Fingí aceptarlo, pero ahora su cuerpo descansa a mi lado, su pesada respiración hace eco en la habitación, sus manos entre sus piernas y el cabello revolcado, la delicada piel de su cuerpo se mantiene cálida y los pies enredados a medias con los míos.

Cada vez que observo su delgado rostro, recuerdo el primer día que la vi, cuando me sonrío por primera vez, fue una conexión increíble, su gloriosa figura era envidiada por muchas y todos los hombres la deseaban, aunque ella era una chica más del instituto, tenía muy buena relación con la mayoría, pues siempre ha sido sociable, me sentía invisible, y sólo quería una mirada, una... Y cuando por fin sucedió, todo hizo cortocircuito y mi cerebro repetía varias veces el mismo momento, su mirada puesta en mí, sus labios abriendo paso a una sonrisa sincera, dirigida a mí. La perfección personificada rondando a mi alrededor día tras día. En ese tiempo era un niñato reprimido, demasiado tímido para hablarle y entonces ella lo hizo, me habló y mis instintos de cobarde me dejaron en ridículo, con una cara roja y una huida gay, me sentí tan estúpido, que al llegar a casa las paredes fueron bombardeadas a puños cargados de ira.

Nunca tuve esa presencia varonil en casa, ese padre que te enseña a ser hombre y te da consejos sobre como charlar con la chica que te gusta sin mojar tus pantalones, me faltó un padre, ese que se supone te enseñaría a jugar fútbol, quien respondiera por los gastos en casa, mi madre no estaba muy bien, siempre se encontraba deprimida, pero nunca nos dejó, hacía lo posible por sacarnos a delante, su trabajo no era de sentirse orgulloso, vendía su cuerpo por nosotros, hasta que un hombre le quitó la vida llevándose un de los dos motivos que tenía para vivir, desde ese momento, me volví el hombre de casa y tuve que trabajar para sacar a mi hermano adelante, a pesar de que no terminé mis estudios, él sí y eso bastó para mí.



PDTA: Perdón por la demora y sé que está demasiado corto para tanto tiempo, pero les pido que me entiendan, lo siento mucho y la verdad estoy muy desanimada por todos lo mensajes de wattpad notificando que mi historia no estará disponible para todos y eso me disgusta porque en realidad este libro no contiene nada de sexo o inapropiado, pero bueno, confiar en Dios que todo se solucione.

Gracias a todos por seguir aquí, l@s quiero <3



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