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Yeider llora desconsolado en la sala y Evan duerme tranquilo en la habitación, yo estoy parada en el marco de la puerta, puedo verlo a los dos.

Cuando llegamos a la casa, pedimos dos cajas de pizza y gaseosa, pasadas las horas Evan preguntó por el que sería su sobrino y al enterarse de lo sucedido, lo abofeteó con fuerza y le hizo sangrar la boca, desde entonces Yeider llora y Evan duerme, o eso parece ser, después de haberse abrazado emocionados por estar de nuevo juntos, ahora no quieren tener ningún tipo de contacto.

Camino hasta la puerta y la abro, necesito tomar aire, no es para nada agradable estar aquí, las calles están vacías, me parece raro porque no está tan tarde, entro en el primer supermercado que encuentro y empiezo a buscar lo que antes de todo, Yeider me había pedido el favor que comprara, pues no había nada en casa, ya es tiempo de mercar.

Cuando quiero levantar la cabeza, ya estoy en el suelo, he chocado contra un hombre alto, bien presentado, junto a una mujer de piel morena, el hombre me mira pidiendo disculpas y me tiende una mano, yo acepto y me levanto.

-Lo siento, estaba distraída- me disculpo y sonrió apenada, la mujer palidece al repararme y sacude al que supongo es su marido.

-Patric, Patric, tenemos que irnos- dice mientras le jala la manga de su fina chaqueta.

-¿Pero qué te pasa mujer? estás pálida y no hemos terminado de mercar- arruga su entrecejo y ella me mira por momentos.

-Me quiero ir Patric, me siento mal, por favor, luego te explico- suplica y su marido cede.

-Me disculpo por lo sucedido señorita, espero esté bien- dice aquel hombre con ojos miel idénticos a los míos.

-No pasa nada, que esté bien- él hace un ademán y yo sonrío, la mujer se esconde detrás de su cuerpo y me mira como si yo en cualquier momento fuera a correr tras ella para asesinarla.

******

Las bolsas pesan y no sé si perdí las llaves o no las saqué, las dejo caer y toco la puerta repetidamente, Yeider abre y levanta las bolsas, su mejilla está hinchada y en su rostro se ve lo cansado que está, las deja en la cocina, cierro la puerta y me dispongo a arreglar las cosas que he comprado.

-Deberías ir a dormir, te ves muy cansado- le sugiero.

-No tengo sueño- responde seguido de un bostezo.

-Te lo digo en serio, te ves muy cansado- insisto.

-Y yo te digo que no tengo sueño, ¿o acaso no entiendes?- su mirada es dura y temo que en cualquier momento me golpeará.

-Pudrete entonces- le doy la espalda y me siento frente a la nevera para organizar las carnes y demás.

-Lo siento, es que...- lo interrumpo.

-Ya basta de excusarte siempre, cuando ya todo está hecho, un "lo siento" no arregla nada, no te pido que seas perfecto, porque es imposible, pero sí que midas tus palabra y acciones, porque me vuelves a levantar la voz o a tratarme mal y te mataré idiota- sonrío y él también lo hace.

-Te haré caso, me iré a dormir, te quiero- besa mi mejilla, me guiña un ojo y se va a su habitación y yo me concentró en organizar el mercado.






Corto y sin sentido, lo sé, pero la verdad es que no tengo inspiración y pues quería darles un avance, tal vez actualice más tarde :(

No me odien :(


GimeWhere stories live. Discover now