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Es inmensa, desde que llegamos estoy mirando la mansión y no he podido terminar, tiene miles de atajos, sótanos, pasadizos, es increíble, lo único difícil es volver, porque llevo más de dos horas caminando por cuanta puerta encuentre y aún sigo descubriendo.

Una ventaja es que hay señal y puedo llamar a Evan si me siento totalmente perdida, traje una bolsa de manzanas conmigo y ya sólo me queda una.

Cuando decidí bajar Evan y unas mujeres organizaban miles de cosas que compró, limpiaban y movían de un lado a otro todos lo objetos que estaban ya en la casa hace tiempo.

Hay dos puertas, una a la derecha y otra a la izquierda, en la derecha entran destellos de luz por debajo y en la otra no, así que decido por esa.

La abro y salgo en la parte de atrás de la casa, cerca de un quebrada, desde aquí se pueden ver los pescados y todo lo que hay en esta, el agua es tan pura y cristalina.

Doy la vuelta, llego a la puerta principal y toco el timbre. Los pasos de Evan son fuertes y cuando la puerta se abre lo primero que veo es su arma apuntando a mi cabeza.

-Ah, veo que encontraste una de las tantas salidas- dice, baja el arma con una sonrisa en su rostro y se corre para dejarme entrar.

-Es muy grande, me agrada- la casa está casi reluciente y despejada, aquí pueden caber miles de personas sin estar necesariamente amontonados.

-Ven, ya tu habitación está lista- me pide seguirlo, subimos las lujosas escaleras de madera y entramos por la puerta segunda puerta.

Una cama doble vestida de negro con fundas vino tinto, un estante de libros pero más grande que el anterior, un armario que ocupa media pared y un espejo al lado que tiene la misma altura de este.

Todo es tan a mi gusto, la ropa, los zapatos, los accesorios, parece que supiera hasta lo más mínimo de mí.

-¿Te gusta?-pregunta esperanzado.

-Me encanta, gracias- agradezco y me siento sobre la suave cama.

-Mi habitación será la de al lado, si necesitas lago, ahí estaré, más tarde paso para que bajemos a comer algo-

Estoy pensando en preguntar y resolver todas mis dudas hoy ya que siento más confianza con Evan.

Buscaré el momento indicado en la cena para ver si consigo que hable, no estoy segura, pero sentí que aquél hombre que lo llamó se refería a mí y eso es muy extraño.

*******

Dos mujeres uniformadas dejan la comida frente a nosotros y en medio de la mesa dejan una jarra llena de jugo, es una especie de carne aliñada, pero de inmediato las náuseas llegan a mí, corro escaleras arriba en busca de un baño y cuando llego vomito, mi estómago se retuerce y mi respiración se corta, de pronto siento una de las manos de Evan en mi espalda y la otra sostiene mi cabello para que no se ensucie.

Vomito un vez más y me levanto, me cepillo y lavo mi cara, él está pendiente de cada uno de mis movimientos y me repara de pies a cabeza.

-Kayla, con mucho respeto y esperando que me digas la verdad... yo te pregunto si tuviste relaciones con mi hermano- me giro y lo miro incrédula, me parece mentira que me esté preguntando esto, aprieta la mandíbula y yo entrecierro mis ojos dejando salir una risita cargada de ironía y rabia. 

-Sí, ¿por qué?, ¿piensas que estoy embaraza?, no lo creo, usamos protección las 10 veces que tuvimos relaciones- dicho esto le doy la espalda y recojo mi cabello, su rostro se torna rojo como si estuviese aguantando la respiración y la vena de su frente se brota, tiene los ojos cerrados y a través del espejo puedo ver sus puños cerrados y la furia dentro de él pide salir de cualquier manera, matará a alguien.

Él está parado en el marco de la puerta y debo salir sin que se de cuenta, no porque le tenga miedo, si no porque debo pedirle a las mujeres que se escondan, o se  las desquitará con ellas, cuando estoy a punto de salir, su brazo toma el mio y me hace entrar de nuevo al baño, sus ojos están rojos, como si hubiese llorado un día entero y las venas de todo su cuerpo están expuestas.

Pone su mano en mi pecho y me pega contra la pared sin lastimarme, levanto mis brazos con furia y los dejo caer sobre la mano que me aprisiona, me deslizo por el suelo pasando en medio de sus piernas y cierro la puerta del baño con llave dejándolo encerrado.

-Eso me lo enseñó Yeider- y acompañadas de mis palabras el estruendo de la puerta al caer es lo que se escucha, sonrío llena de malicia al verlo tan mal, al borde de la locura.

Se acerca con lentitud y con cada paso que da, yo amplio más mi sonrisa, cuando llega estrella su mano derecha contra la pared y reduce distancias, su agitada respiración choca con la mía, sus ojos miran los míos como si pudiese ver mi vida a través de ellos, baja sus manos a mis piernas y me levanta del suelo, se acerca a mi cuello y le da un corto beso.

-No estuviste con él, dime la verdad, dime que no-susurra mientras besa mi cuello y restriega su marcada entrepierna en mi feminidad que está cubierta sólo por mis bragas.

-No, no estuve con él- se mueve con más constancia y no sé en que momento quitó mi vestido, dejándome en sostén y bragas, sus labios se encuentran con los míos y yo lo muerdo con suavidad.

-Quiero estar contigo, ¿tú quieres estar conmigo?- pregunta sobre mis labios, sin dejarlos de besar.

-No, porque te odio- respondo acompañando estas palabras con un corto gemido.

Me recuesta sobre la cama y quedando sobre mí, quita mi braga y mi sostén, su boca aterriza sobre mi pezón y lo lame dándome placer.

-Gime, gime para mí- y así hago.















:(

GimeWhere stories live. Discover now