❝✾thirsty 14#✾❞

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Unos pequeños ruidos constantes se exparsian por todo el espacioso lugar. Hara se acerco confusa hacía la cocina con el ceño fruncido y su flequillo levantado.

Sus ojos se abrieron a más no poder y sus manos cubrieron su boca con descaro al observar con lujo y detalle como Hiwo se re volcaba con Yuso sobre el pequeño mesón de la cocina. Sus mejillas se encendieron con asco y sus ojos brillaron al presenciar como su padre se enterraba entre las piernas de su novia. Se alejo despacio de la puerta, sus pies por un segundo dejaron de tocar el suelo en el momento en que brinco del susto al sentir como su espalda chocaba con una de las mesillas de la sala. 

Los ojos de Hiwo recorrieron la estancia al escuchar como la mesa bailaba sobre el suelo. Rápidamente se encontró con Hara aterrada del otro lado. Y como si fuera la cosa más común del mundo, sonrió ampliamente para luego abrazar a Yuso por la espalda y regalarle un beso en la frente.

—Hara.—murmuró con aplomo mientras Yuso la observaba sin habla.—Buenos días.

La chica se mantuvo en silencio,  intentando controlar los latidos de su corazón alborotado.  

—Yo...—susurro mientras recorría con la mirada la cocina en un intento de no ver demasiado.—Buenos...días...—finalizó. 

Yuso se alejo de Hiwo y con su blusa levemente levantada se acerco a la chica y sorprendiéndola, la abrazó. Su sudor pegajoso provocó retortijones en el estómago de Hara. Haciendo que sus labios desataran una mueca aterradora. 

—Buenos días, Hara.—habló sin despegarse de ella.-No es agradable para mi que me veas así, o a tu padre.  Lo siento mucho.—Al parecer Yuso era la única en esa habitación quien entendía las ideas que pasaban por la cabeza de la chica en ese momento.  

—Yo no debí acercarme.—soltó sobre el hombro de Yuso. Esta se alejo de ella para observar su rostro y pedirle disculpas de frente. Pero, su mirada brillosa cayó en picada al detallar el leve moretón escondido debajo de la curita rosada.

—Hara...—aquel nombre salió despacio de sus labios y casi como un suspiro. Sus manos viajaron a la mejilla de la chica y con curiosidad rosaron la bandida provocando que la menor se quejara.—¿Qué te ha pasado en la mejilla?—la tomo con más precisión mientras sus cejas se crispaban.—Dios mió,  eso es un moretón.—la menor bajó la cabeza apenada y con delicadeza recorrió los ojos de Hiwo, quién aun se mantenía en el mesón. Yuso capto la mirada y soltando su mejilla encaro a su novio.—¿Por qué la has golpeado?-ataco provocando que las cejas tupidas de Hiwo se levantarán.  

Hiwo rió con burla para luego llevar sus manos a su cintura y negar con la cabeza. —Me des obedeció, mujer. Y esas.—señalo la mejilla de la chica con delicadeza. —Son las consecuencias. Tiene que aprender a seguir mis órdenes, ya no está en la casa de su madre; en donde puede hacer lo que le da la gana sin que ella le objete nada. 

Yuso negó molesta para luego tomar sus pantalones del sofá y su pequeño bolso de mano. Los ojos de Hiwo la observaron vestirse con molestia.  

—No puedes golpear a tu hija cada vez que te desobedece.—dicho aquello, su silueta se perdió por el marco de la puerta dejando a un Hiwo confundido y a una Hara temerosa. De seguro su padre sería capaz de culpar la por lo que había sucedido.  Pero éste se quedo estático en su lugar por unos segundos, hasta que sin observar a la chica, se marchó por la puerta.

Hara lo siguió quedando de pie en la entrada. 

—Iré a buscarla, quédate aquí, Hara.—vocifero mientras subía a su auto y echaba una mirada furtiva a la casa de los vecinos. —¿Qué diablos esta haciendo, buscando petróleo?—se preguntó mientras encendía el motor y se marchaba por la desolada carretera. 

「Thirsty」 ;+p. jmWhere stories live. Discover now