❝✾thirsty 41#✾❞

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Hara se estiró con entusiasmo entre las sábanas blancas de Jimin, miró a su alrededor con cierto aire de preocupación, las luces de los faroles de la calle entraban por las ventanas entre abiertas.

Eran las tres con menos diez de la madrugada cuando sus pies calientes tocaron el piso y fueron hasta una de las ventanas, podía ver su casa de donde estaba y para su suerte, estaba deshabitada. El cielo oscuro barría las calles mientras a un lado la brisa le seguía, podía sentir que el único rayo caliente de la madrugada era el de los faroles, cerró los ojos y suspiró, estaba donde quería...

Un golpe en seco la alarmó.

Escuchando seguido de ello algunos gritos y pasos pesados salió disparada del cuarto dispuesta a dar escaleras abajo con el objetivo.

Jimin mantenía un moretón en su ojo derecho y un pequeño hijo rojo corriendo de la comisura de sus labios hasta su mentón. Corrió directo a él sin percatar la situación, lo intentó tomar entre sus brazos pero sentía como el frío recorría su espina dorsal provocándole ganas de saltar. Jamás había visto la mirada de Park envenenada. No la miraba a ella, miraba a lo lejos con sus ojos llamases y su frente usurpada por unas líneas profundas de ira.

Cuando por fin decidió llevar su mirada lejos de su amor, miró a Jeon en una esquina de la sala con moretones más prominentes en todo el rostro. Su cabello negro camuflaba su frente y unas pequeñas cortadas que sangraban con entusiasmo.

Hara se levantó de golpe, aun sintiéndose más agobiada de lo normal. Quiso correr hasta él pero este daba una fuerte señal de que simplemente no quería ni que lo viera.

—Hara...— Jimin gimoteó llevando un brazo hasta el cuerpo de su chica. — Sube...

— ¿Qué sucede? ¿Por qué estás aquí Jeon? — la mirada intensa de Hara provocó un pequeño vuelco en el corazón del pelinegro, quería ir y abrazarla, llevársela lejos de las manos de Jimin y simplemente perderse entre el asfalto de la carretera.

Pero él más que nadie sabía que eso jamás pasaría. Hara nunca se iría con él ni tampoco dejaría atrás el recuerdo de Park Jimin.

Así que solo sacó un arma de entre su suéter. Levantó la mirada para ver dos pares de ojos blancos que lo seguían con miedo. Jimin inconscientemente se posó delante de Hara cubriendo a esta con el torso. Su odio había aumentado así que su voz brotó más grave de lo que esperaba— Me resulta gracioso que decidas traer un arma a la casa de un ex militar. — intentó dar un paso más pero Jungkook sacudió el arma irritado.

Al parecer habían estado peleando limpio y Jimin aún era un juguete con mucha cuerda, mientras que Jeon no podía soportar otro golpe sin llegar a desmayarse.

¿Crees que no sé cómo utilizar un arma?

— Hara sube. — murmuró Jimin sin despegar la mirada de Jungkook. — Si te quedas tendré que defenderme y protegerte a la vez. Solo hazlo.

Hara aceptó con el corazón brincando sobre su pecho, sentía que con cada paso que daba no podía respirar más. Fue subiendo las escaleras mientras miraba a Jeon con cierto temor. No miedo a que él hiciera algo, si no el miedo de que ambos se lastimaran más de lo que estaban, no entendía la mecánica de Jeon, pero sabía demasiado bien que él no era un desquiciado. Pero cuando iba entre el medio de las escaleras, el estruendo del arma bateó toda la habitación.

Sin darse cuenta, Jimin había atacado a Jeon en un intento vano de quitarle el arma, pero en el forcejeo este le disparó sin pensárselo mucho. Hara llegó hasta él con los ojos llorosos, quiso gritar pero unas manos la sacudieron de golpe privando su esfuerzo por tomar a Jimin. Este solo me miraba mientras posaba suavemente su mano entre el cuello de Hara, hasta que sus ojos dejaron de brillar.

Intentó forcejear pero las manos eran más fuertes y podía sentir que mientras la levantaban se desmayaba hasta caer al suelo.

Hara, ¿Estas bien? Oye, estoy aquí...— como si volviese a respirar de nuevo se hincó sobre la cama dejando que sus cabellos cayeran sobre su cara bruscamente. Miró a un Jimin preocupado aún lado de ella, las sabanas los cubrían a ambos y los ojos brillantes de su amor, le cubrían el alma.

— Creo que tuve una pesadilla...— sonrió observando al Jimin soñoliento que acariciaba su mejilla.

— ¿Estás bien? Estabas gritando y me he asustado.

— Sí, solo necesito agua. — Jimin asintió mientras se alejaba, Hara suspiró y cayó de nuevo sobre las sabanas, todo había sido un sueño, una farsa. Su imaginación le había hecho tragar duro por lo que había visto, unas buenas horas, pues eran las seis de la tarde.

Corrió hasta la ventana y detalló su casa en busca del carro de su padre, pero aún no había nadie.

— ¿Seguro estás bien? — Jimin entró con sus pantaloncillos por las caderas y su pecho desnudo palpitante. Tendió el agua mientras jalaba a su niña y la posaba entre sus brazos. — Me has hecho pasar un susto de muerte.

Hara asintió pensativa, no pensaba decirle nada a Park por el hecho de quizás pensara que aún quería a Jeon.

Lo rodeo entre sus brazos, mientras aprovechaba el momento y colaba su cabeza entre el cuello de este. — Creo que es hora de que me lleves a casa. 

「Thirsty」 ;+p. jmWhere stories live. Discover now