❝✾thirsty 25#✾❞

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—Papá, me han invitado a la playa...—comenzó Hara observando de reojo como Hiwo cambiaba de mano y cruzaba la carretera.  Posiblemente su padre le diría un rotundo no, pero de cierto modo tenía que intentar. 

Hiwo siguió con su mirada en la calle cuando soltó;—¿Con quién? Ni pienses que me he olvidado de la estupidez que hiciste en el campamento.  Si es con ese chico olvidate de eso.

La menor negó. 

—Jung Hoseok me ha invitado. —Hiwo le miro. 

—No.

El auto se detuvo en frente del colegio, Hara recogió su bolso dispuesta a salir de aquel lugar,  pero la voz rasposa de su progenitor la sorprendió. 

—Puedes ir, Hara.—sus ojos negros la penetraron de golpe.—Pero sera con mis reglas, mis condiciones...adios.

Cerrando la puerta y corriendo por las calles se esfumó, dejando a la chica sola con una sutil sonrisa en sus labios.

Ya a tiempo, la menor entró al salón con su mirada fija en su puesto. La tutora la saludo y allí cayó todo, de repente se acordó de Hoseok y de aquella triste historia que su amigo le contaba. Paso de largo algo ansiosa y se sentó.

Observo a su lado y una confusión la consumió por completo. ¿En donde estaba Jeon? ¿Acaso lo habían castigado?  

Su cabeza divago en las horas de clase. Absorda de lo que pasase a su alrededor.  Estaba confundida, muy confundida. No sabía que era lo que sentía por Jeon y ahora por Jimin.

Amor. Amor. Amor. Amor... esa era la única palabra que llegaba a su mente en cuanto lo nombraba, y eso estaba mal, demasiado mal. El Sr. Park ya no la quería y ella aún seguía aferrada a la idea de verlo, de tenerlo. En cambio con Jungkook, se sentía protegida, segura y de cierta manera él la ponía ansiosa y nerviosa y eso le encantaba, el sentir como su corazón plapitaba y como los vellos de su piel se erizaban la extasiaban, al igual que cuando lo veía, todo su pecho se llenaba y sentía que ya no podía respirar que no podía dejar de temblar. Y eso la confundía.  Su adoración por aquel hombre mayor era fuerte, pero ella iba a hacer que aquel pelinegro la destrozara, y que de una vez dejará de amarlo.

Luego de que Hiwo llamará al colegio y que este le notificara a Hara que su padre no la recogería, y de que por supuesto no haber visto a Jungkook en todo el día la menor comenzó a caminar. Pero algo la frenó.

Sus ojos detallaron de primera plana como su compañero de asiento pateaba con sus rústicas botas negras la parte delantera de la motocicleta, haciendo que esta con un chirrido ensordecedor se deslizará por la calle hasta chocar contra uno de los poster de electricidad. Jungkook se quitó su habitual chaqueta de cuero y la arrojó al asfalto sin preocuparle mucho estroeparla. Jalo sus cabellos negros con furia en sus ojos para luego arrodillarse sin prestarle atención a las curiosas miradas en la acera cubriendo su rostro cansado con sus gruesas manos. 

Mirando todo el espectáculo en primera fila se detuvo a pensar en si acercarse o no, se veía molesto pero no lastimado, se veía como un demente pero también se veía vulnerable, aquella persona incapaz de hacerte daño. 

Con todas las fuerzas del mundo se acerco lento hacía él. Jungkook olió la sutil escencia de flores y se refresco, sabía que era la chica y de cierto modo le calmo. Aún sin mirarle ella se detuvo ante él y con una mueca en los ojos acerco su mano dispuesta a tocarlo, pero aquello no sucedió.

A una velocidad alarmante, Jungkook dejo de flexionar sus rodillas quedando de pie y sin dejarla actuar la enredo entre sus cálidos brazos y la abrazo a él. Hara quedo quieta como si estuviera en un trance repentino, no sabía si su cuerpo había comenzado a temblar y sus piernas flaquear por causa de tenerlo tan cerca o por aquel dulce aroma a jabón. 

Respirando en su cuello no lo abrazo, pero si lo consoló. Quiso hablar, pero un gimoteo fugaz y el salado líquido recorriendo su hombro y parte de su cuello la quebró, estaba llorando escondido entre el cabello de la chica y escondido de sus ojos brillosos que esperaban una respuesta coherente a lo que hizo. Jungkook era malo, pero también era bueno.

—¡No puedo creer que te hayan dejado ir! ¡Que putada!—exclamó Hoseok sentado en la acera con Hara a su lado. Le miro contento de que su plan no se había desmoronado. Pero Hara eso no lo sabía.—No las pasaremos re bien, ahora El Sr. Kim me cae mejor...

Hara asintió contenta de poder acompañarle en su viaje, quería ver la playa, escuchar las olas romperse y oler aquel aire salado que desde niña no había vuelto a sentir. Pero sobre todo quería disfrutar vivir su adolescencia con normalidad y pasarla bien con gente nueva, agradable y divertida. De seguro los amigos de Hoseok serían igual de raros como él y eso le encantaba. 

—Tengo que hablar con los chicos, ver que llevaremos y haremos, me gustaría...—la sonrisa de emoción que recorría el rostro de Hara al escuchar el parloteo común de su amigo se borro de golpe, haciendo que este se detuviera confundido.—¿Hara?—miró hacía el frente y su expresión también cambió. 

Jimin salía de su casa con unos pantalones ajustados y una camisa ligera,  llevaba su cabello enmarañado y sus labios mojados, se veía hermoso, como un dios griego saliendo del olimpo. Aquel hombre era atroz. La mirada de ambos conectó al momento, pero rápidamente luego de verle duramente como un perro rabioso Jimin la ignoró. Ya podía olvidarse de aquellas sonrisas y ojos brillantes que la recibían cada vez que se cruzaban, podía olvidarse de su voz gruesa y su toque masculino que la mareaba, de su forma de hablar tan madura, con cortesía y educación de sus chistes malos pero graciosos y de su mirada oscura y sensurada, de sus confesiones peligrosas y en la forma en que te decía que te destrozaria por completo sin tener que ser preciso y directo. 

Luego de que el Sr. Park se marchó una mano cariñosa sobo la cabeza de Hara. Hoseok le miró algo apenado por la situación, pero aún así él creía que eso era lo mejor.

—Ya tenés que olvidarte de el, Hara.—la menor lo miro.—El Sr. Park al parecer también quiere dejar todo atrás y tu tienes que hacer lo mismo. Se acabaron las fantasías y tienes que caer en cuenta de que es un hombre mayor con familia y que tu eres una cría confundida.

Hara asintió dolida.

—El Sr. Park ya no te ama... Hara.


「Thirsty」 ;+p. jmWhere stories live. Discover now