Capitulo 6

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– ¿Te pasa algo, Ana? –Preguntó Kate, al ver que ella solo le daba vuelta a la comida con el tenedor.

Sí. Bueno, me voy de viaje pasado mañana. Con Christian.

Oh, vaya. ¿Para dónde? –Preguntó sorprendida y desconcertada.

Miami. –Susurró.

– ¿Y por qué?

–Es un caso. –Volvió a susurrar, colocándose de pie, llevando su plato a la cocina.

– ¿Y te da miedo, cierto?

¿Miedo? Miedo solo sienten los débiles.

–No. Por muy fuerte y valiente que seas, es normal tener miedo, ¿sabes?

He tenido miedo durante toda mi maldita vida. –Contestó duramente, comenzando a lavar de la forma más brusca su plato. –No quiero sentir más aquello... Pero no puedo evitarlo.

Es normal, pero recuerda, no todos te quieren hacer daño.

–Lo sé.

Anastasia. –Comenzó a decir, después de un silencio.

– ¿Qué? –Preguntó de mala gana.

No te lo tomes a mal; pero, ¿has pensado en ir a un psicólogo? –Preguntó de repente.

–Ya fui.

– ¿En serio?

Sí, cuando estabas de viaje. Fue la peor experiencia de mi vida, el psicólogo se encargó de decirme que yo me había buscado eso. Que de seguro lo había provocado y que ahora debía asumir las consecuencias de mis provocaciones. –Susurró. – ¿Y sabes que es lo peor? –Le dijo, alzando la mirada para poder verla. –Que llegué a creerme sus palabras.

*************************

Los dos días pasaron, apenas y le había dado tiempo de preparar sus maletas, pero, allí estaba, en el aeropuerto, esperando su vuelo junto a Christian. Él estaba sentado a su lado, utilizando su iPhone mientras que ella estaba leyendo un libro.

Era de las novelas de una de sus autoras favoritas. Y realmente disfrutaba al leer una obra tan inmaculada como lo era aquella. Se metía en la trama, sentía lo que sentía la protagonista, incluso llegaba a odiar al protagonista tanto como lo hacían los demás personajes.

–No puedo creer que te entretengas tanto leyendo. –Comentó irónicamente Christian. Ella solo colocó los ojos en blanco, todavía no entendía por qué a él le sorprendía tanto su adicción a la lectura, ¿realmente leer era algo tan extraño?

Escuchó cómo llamaban a abordar a los pasajeros de uno de los tantos vuelos que había aquel día, comprobó el número del vuelo que les correspondían a ellos, dándose cuenta de que los estaban llamando. Se colocó de pie después de comunicarle aquello a Christian, él la siguió, y después de unos cuantos minutos estaban abordando el avión que los llevaría a su destino.

Al sentarse en sus respectivos asientos y al emprender el vuelo, Christian sacó su laptop del estuche, accediendo a internet. Anastasia en cambio, se puso cómoda, se soltó el cabello, se quitó la chaqueta e inconscientemente se quitó los lentes, siguiendo con su lectura para mirar de vez en cuando por la ventanilla del avión. Le encantaba viajar, le encantaba poder volar por llamarlo así. Se entretenía y distraía totalmente al ver cómo las suaves nubes que parecían de algodón, los envolvían. Si tenía suerte y el clima estaba despejado, podía observar toda la ciudad. Las casas, carreteras y edificios se veían en versión diminuta, era algo totalmente mágico. Y sobre todo si volaban encima del mar, podía apreciar totalmente el azul intenso y cristalino del agua.

Las Heridas Del PasadoWhere stories live. Discover now