Capitulo 7

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Quédate quieta.

Anastasia pestañeó para tratar de evitar ese recuerdo, esa voz que la invadía.

Serás mía quieras o no.

La voz de Jack.

Eres... Dios... Eres tan sensual, tan deseable.

Christian seguía besando su cuello, abrazándola, mientras ella trataba de alejar aquel recuerdo de su mente, comenzó a pestañear rápidamente, quizá así evitaría aquello, quizá así podría callar esa voz.

El que te resistas, solo aumenta mi deseo, Anastasia.

–No.

–Oh, Dios. Cuando esté dentro de ti... Por fin podré saciar mi sed.

– ¡No!

Christian dejó su cuello, para poder mirarla a la cara. –No te resistas. –Dijo con una sonrisa. Pero... No, ese no era Christian. Ese rostro. No. No otra vez. Ese rostro era de Jack.

Suéltame, no. –Otra vez no, no podía ser posible. No. Trató de contener las lágrimas, no quería darle el placer de verla sufrir.

– ¿Anastasia, qué ocurre?

No. Suéltame, no quiero. –Jack la fue soltando, la presión de sus brazos fue disminuyendo. Ella se encaminó a la puerta, giró la cabeza antes de salir y fue cuando vio que Jack se había ido, ahora estaba Christian.

Se alejó de allí como alma que lleva el diablo.

No puede ser que esto me pase a mí. –Se dijo mientras iba corriendo por los pasillos del motel, comenzó a bajar las escaleras rápidamente y salió por la puerta trasera, la que daba al parque.

Al respirar el aire fresco sintió cómo un peso se quitaba de encima. Giró y observó la puerta del motel. No quería volver allí, así que comenzó a correr hasta perderse por el parque. Se recostó en un muro. Comenzó a mirar las estrellas, a repasar todo lo que había pasado, la mala pasada que le había jugado su mente, su imaginación. Dios, qué vergüenza, ahora Christian iba a pensar que ella estaba loca o que le gustaba provocarle o algo por el estilo.

Lo importante aquí es que no te forzó.

********

¿Qué rayos había sido eso? ¿Por qué de un segundo a otro Anastasia estaba más que dispuesta a acostarse con él y después huía como una loca?

Seguro es ese tipo de mujer al que le gusta provocar, jugar...

Pues bien, ¿Anastasia quería jugar? Iban a jugar.

Y él iba a ganar.

******

¿Cómo empezar a "jugar" si Anastasia no aparecía? Realmente estaba sintiendo algo muy cercano a la preocupación y él nunca se preocupaba por nadie ni por nada. Desde anoche que había salido corriendo, la señorita no había vuelto.

*******

Estaba allí, bajo un árbol, abrazada a sus rodillas, asándose viva con ese atuendo, viendo los pájaros que volaban, pensando. Pensando en que pronto tendría que volver al hotel.

Mierda, no quería volver a ver a Christian. Qué vergüenza. Se colocó de pie, lo mejor sería afrontar todo rápido, pasar por la humillación de una vez. Pero al llegar a la habitación, Christian no estaba ahí. Perfecto, eso era lo mejor por el momento. Buscó su ropa, encontrando un vestido con mangas cortas, color morado, que caía libremente por su cuerpo. Era lo más fresco que tenía, así que después de darse un baño, se lo colocó.

Las Heridas Del PasadoWhere stories live. Discover now