Capitulo 24

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– ¿Nena, estás bien? –Lo escuchó realmente preocupado, por lo que se esforzó en contestarle con un hilo de voz.

Sí, nene, no te preocupes.

– ¿Segura?

–S...sí. –Logró contestar.

De acuerdo, aquí estaré por si me necesitas.

Anastasia no logró articular palabra. Hacía ya mucho tiempo que no tenía esas pesadillas, ¿por qué ahora habían vuelto? No recordaba cuánto la lograban afectar. Era como revivir aquello que había pasado hacia dieciséis años, revivir la sensación de impotencia, de desesperación, revivir todo el dolor.

Decidió que si seguía bajo ese chorro de agua fría iba a terminar congelándose, por lo que se colocó de pie, cerró el grifo y se cubrió con una toalla. Todo seguía oscuro, la electricidad seguía cortada debido a la tormenta, pero aun así logró divisar a Christian acostado en la cama, revisando su iPhone, cuyo brillo iluminaba un poco la habitación.

Por un momento llegué a pensar que te había tragado el baño. –Comenzó a decir él, en broma. –Ya iba a llamar incluso a la policía.

–Pues no. –Forzó una sonrisa, mientras abría el closet, buscando una nueva muda de ropa.

– ¿Quieres que te vista, nena? –Preguntó él, mientras seguía revisando su teléfono.

–Creo que tú y yo tenemos un concepto distinto de lo que es "vestir", así que no, gracias. –Contestó mientras sacaba una camisa de tiritas, unas bragas y un short, pues el calor que estaba haciendo debido a que no había aire acondicionado gracias al corte de electricidad, no era normal.

Yo solo decía. –Contestó él, conteniendo la risa.

Voy por un sorbo de agua. –Dijo ella, después de vestirse.

Vale. –Él seguía distraído.

Anastasia llegó a la sala y se sentó en el mueble, abrazando sus rodillas. Por experiencia sabía que no iba a poder volver a dormir, sabía que si lo hacía corría el riesgo de repetir la pesadilla. ¿Y ahora qué hacía? ¿Por qué había tenido una de esas crisis frente a Christian? Qué vergüenza. Se quedó allí pensando, mientras veía por la ventana, mientras veía cómo la lluvia caía, no había electricidad así que no podría leer. Perfecto, iba a tener que desvelarse sin hacer siquiera algo productivo.

Poco a poco comenzó a aclararse, un nuevo día ya se acercaba y la lluvia no cesaba. La noche se fue, dándole paso al día. La luna volvió a esconderse, permitiendo así que el sol saliese.

Así que estás aquí. –Escuchó ella a su espalda. –Me quedé dormido esperándote. –Bostezó. Anastasia se giró a mirarlo y sintió un vuelco al corazón al verlo. Su barbilla estaba cubierta por una leve barba, estaba sin camisa y traía un pantalón de ella, el cual había tenido que ponerse después de que se diesen un baño y, obviamente, le quedaba pequeño.

No podía dormir. –Se giró y siguió mirando por la ventana.

– ¿Lo intentaste siquiera? –Christian se sentó a su lado, plantándole un beso en el hombro desnudo.

¿Para qué intentarlo? No quería revivir esa pesadilla, sufría como nadie tenía idea al tener esos sueños.

–Sí. –Mintió. Christian la agarró del mentón, haciendo que lo mirase.

Las Heridas Del PasadoWhere stories live. Discover now