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Mila


Mi vida se encontraba en un punto en el que solo era desgracia tras desgracia, donde las sonrisas ya no existían, donde el dolor parecía ser mi pan de cada día. Un punto donde ya no sabía si en verdad debía seguir con vida.

En aquel callejón, entre la basura y los restos de carne podrida que lo malditos habían dejado sobre mí, estaba yo, o al menos, lo que quedaba de mí.

Mi cuerpo temblaba, mi labio ardía y mi estómago dolía como si un auto me hubiese atropellado. Comencé a renguear, caminando como el zombi que me sentía.

La brisa parecía llevarme consigo, mi mente estaba en un estado en donde ya no podía sentir, ya no podía pensar, solo podía sufrir.

Cada vez perdía más las esperanzas de una vida tranquila, cada vez me sentía convertir en nada ¿Acaso era mi destino? ¿En verdad mi propósito era sufrir? ¿Qué había hecho para merecer tanto dolor?

Llegué a mi casa y la soledad me invadió, mi madre y Harry no estaban. Camine hasta el baño de abajo, y encendí la llave del lavamanos, poco a poco levante mi vista encontrándome conmigo frente al espejo.

Un ojo morado, mi labio lleno de sangre y lastimado, moretones en todo lo visible de mi cuerpo. Y en mi frente tenía escrito con fibra lo que según Sheila yo era. "Perdedora"

Las lágrimas salían sin detenerse, mezclándose en la infinidad de gotas que salían del grifo. Me daba asco, me odiaba, odiaba en lo que me había convertido, y todo era por culpa mía.

Toda mi vida comenzó a recorrer delante de mí, todo lo que mi madre se había esforzado por mí. El abandono de mi padre y su regreso, el acoso que siempre recibía por parte de Sheila, Charlotte y todos los que nunca decían nada, Niall y su primera traición, cuando lo abandoné y el video.

La serie de desgracias que me habían marcado en todo lo que llevaba. 17 años de puro dolor, 17 años de desgracia, 17 años cumpliendo el propósito por el cual me encontraba.

Mi vista bajo hasta el estante, donde el frasco de calmantes y una hoja de filo me miraban. Acerque mi mano al frasco y suspiré.

Lo siento mamá.

Lo siento Harry.

Lo siento a todos.

Cargue la bañera con agua fría y me sumergí en ella con mi ropa aún puesta. Abrí el frasco y miré las píldoras en mi mano.

Coloque una en mi boca y la trague, el sentir como la píldora bajaba por mi garganta me hacía sentir que todo se estaba acabando.

Dejé el frasco sobre la bañera y miré la pared, llevé mi mano a mi pecho y tomé la cadenita. Me aferre a ella y comencé a llorar con fuerza.

Tomé mi último bocado de aire y me recosté bajo el agua, mirando a través de esta, la calma comenzaba a expandirse por todo mi cuerpo. El dolor comenzaba a calmar y mis ojos se comenzaban a cerrar.

Lo siento Niall.

Niall

Cerré la maleta con mi ropa, me senté en la cama y suspiré. A mi lado vi la fotografía que tenía junto a ella. No pude evitar sonreír, su hermosa sonrisa, sus risas rondaban en mi mente, su mirada tan especial.

Resiste mi amor... Solo resiste hermosa.

— ¿Se puede? —Mi madre golpeó la puerta y yo la mire, me acomode sobre la cama y asentí. — ¿Has tenido novedad de Mila?

—Aún no, en verdad quiero estar allí, quiero ayudarla, quiero que sepa que no está sola, quiero que todos los que la dañaron paguen por lo que hicieron. Quiero hacerla recordar lo especial y esencial que es en esta vida.

—Adoro lo enamorado que estas de ella bebe. —Acarició mi mejilla y sonreí. —Niall... Mila te necesita y sé que iras para ayudarla, pero sé que también tarde o temprano volverás. —hice una mueca y asentí.

—Desearía que la distancia no fuese un problema.

—Bebé, tú debes quedarte allí, Mila te necesita y tú la necesitas a ella. —Tomó mis manos —No quiero que regreses hijo.

— ¿Que? —Ella me dio un sobre y yo lo abrí extrañado. —Es... Es una beca para la universidad de Londres. —Ella sonrió.

—Estudiarás allá, Me contacte con Ronald y él me dijo que te ayudara a conseguir un departamento cerca de allí, él te dará empleo como tutor de su hija pequeña en lo que tu estudias.

—Oh por dios... Mamá eres increíble —La abrace con fuerza. — ¿Y... Qué hay de ti?

—Yo iré contigo y luego regresaré para vender todo aquí y poder empezar una nueva vida allí, junto a Ronald. Sé que no te agrada, pero...

—No... Es increíble. —la abrace con fuerza. —Gracias... En verdad... Muchas gracias mamá.

—Solo quiero que Tú y Mila sean felices. Tú ya no perteneces a esta ciudad Niall. Tú perteneces a Londres, donde tus amigos y tu novia están.

—Eres increíble. —Ella acaricio mi mejilla.

—Siempre te apoyaré bebe y no quiero que detentas tu vida por mí.

Estaba tan feliz, no solo iría a ayudar a Mila, si no que ya no tendría que dejarla nunca más y podría cuidarla de todo el que quisiera hacerle daño.

Harry

—En verdad agradecemos que estés aquí Jessie, Mila necesita todo el apoyo posible.

—No abandonaré a mi mejor amiga, cuando Harry me llamo me preocupe demasiado. No puedo creer al extremo en que esa Zorra a llegado. —Jessie hablaba con rabia.

—Me preguntó qué es lo que tiene contra Mila, por qué la odiara de esa manera para ser capaz de hacer semejante barbaridad como esa. —Hablé intrigado.

—Sheila es una persona muy celosa, desde que vio a Mila con Niall a querido acercarse pero... Gracias al cielo Niall solo tiene ojos para Mila. A pesar de todo lo que haya ocurrido, el en verdad la ama.

—Ese joven es un cielo, solo espero que logre llegar para poder ayudar a mi pequeña. —Mi tía abrió la puerta y un rastro de sangre iba de la sala hasta el baño.

— ¿Que...?

—Es Sangre. —Hablé tomando una muestra.

—Oh no... ¡MILA! —mi tía siguió el rastro y nosotros fuimos tras ella. — ¡NO! ¡NO MILA NO! —mi corazón se aceleró con fuerza al ver a mi tía sacar a Mila completamente lastimada de la bañera. —NO HIJITA NO, POR FAVOR MILA DESPIERTA.

Jessie comenzó a sollozar y mi tía gritaba en pánico.

Intentando controlar mis lágrimas tome mi celular y marque a las emergencias.

—hija por favor... No.... Mila... 

Mañana

DADDY PLEASE LLEGA A SU FIN.

¡MARATÓN FINAL!

Daddy Please! © |njh|Where stories live. Discover now