La Locura De Mi Vida

Capítulo 13: Apocalipsis...

POV CHRISTIAN

¿Alguien ha escuchado hablar del apocalipsis?. ¿Ese dónde se supone que el mundo se acaba tal día?... Pues mi fin está cerca, muy cerca. Mi mundo se cae a pedazos frente a mi y solo puedo pensar en arreglar lo que he hecho mal.

Todo marchaba sobre ruedas, todo iba tan bien hasta que se desató la tormenta...

Flash Black

-Christian, Ana está aquí y quiere verte.-

Dice Taylor entrando a la sala donde estaba trabajando en mi computadora después de una deliciosa cena que Gail ha preparado para mi. Miro la hora que marcan las 11:30 de la noche y mi preocupación se hace presente. ¿Que hace Ana aquí tan tarde?.

-Hasla pasar Taylor, ¿Que esperas?.-

Asiente y se va a buscarla. Me pongo de pie cuando la veo llegar, las lágrimas corriendo por sus mejillas pálidas me dan un panorama trágico.

-¿Que pasa amor?. ¿Que tienes?. ¿Por que estas así?.-

-¡Oh Christian!.-

Dice y se lanza a mis brazos, sus sollozos inundan mi sala y mi desesperación a llegado a su tope. La separo de mi pecho y hago que me mire a los ojos. Los suyos, rojos por el llanto tienen un brillo distinto.

-No se como pasó... pero...-

-¡¿Que?! ¡Habla por dios!.-

-Creo... creo que estoy embarazada.-

-¿De quien?.-

Pregunto soltandola golpe. El dolor en mi pecho me quita la respiración, el dolor de su engaño. Esperen... dijo ¿embarazada? ¡¿EMBARAZADA?! ¡Joder!

-¿Cómo puedes siquiera dudar?. Siento si lo molesté señor Grey, no volverá a pasar...-

El dolor y la furia se filtra en cada palabra, escucho los pasos que resuenan y hacen eco rompiendo el silencio de la sala. Pero no puedo reaccionar, mi cerebro solo piensa en un bebé que ha venido a destruir mi vida. La veo desaparecer tras las puertas del ascensor y yo sigo sin reaccionar, ¿Cómo pasó esto?. ¿En que momento?. Y es entonces cuando la realidad me golpea fuerte en el pecho... es mio, ese hijo es mio y acabo de dudar de su madre. De la única mujer que le ha dado vida a mi corazón muerto, la única mujer que se entregó a mi en cuerpo y alma. ¡Soy un hijo de puta! ¡Soy un bastardo!. Mis pies al fin obedecen mis ordenes y corro hacia el ascensor, aprieto el botón frenéticamente pero las puertas no se abren ya que ella sigue en el. Corro hasta el ascensor de servicio y entro en el sintiendo mi corazón desbocado, tengo que pararla, tengo que detener esta mierda y afrontar que soy el responsable de esto. Mientras el ascensor desciende recuerdo el momento justo en donde esto pasó...

Fue hace unas semanas atrás, después de discutir como nunca antes con ella...

Ese día iba todo bien, al fin le había llegado la hora a Elena Lincoln, después de vaciar sus cuentas en el extranjero, la llamé por teléfono dejandole saber que su debacle era gracias a mi. Recuerdo la satisfacción que sentí, la alegría de saber que estaba derrotada, me importó muy poco sus insultos y sus amenazas... pero lo que no tuve en cuenta fue lo que ella iba a hacer. Después de colgar el teléfono, solo unos minutos después Ana entró en mi oficina hecha un mar de lágrimas, caminó sin decir una palabra hasta mi computadora y abrió su correo electrónico desde ahí. Ella no decía una palabra por más que intente que me dijera que iba mal... hasta que las imágenes fueron apareciendo en la pantalla. Fue como si el mundo se abriera bajo mis pies.
En la pantalla se me veía claramente como me cojia a una mujer tras otra, como las golpeaba sin medir mi fuerza, sin contemplaciones. No sabia que hacer, no podía despegar mis ojos de esa pantalla preguntándome de donde las sacó Ana, mientras ella solo lloraba más y más. Supuse que esto era obra de Elena, aunque no estaba seguro.