Capítulo 28: Dos Inútiles...

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POV CHRISTIAN

¡Gail!. ¡¿Donde estás?!.
Grito en mi fuero interno mientras meso a Phoebe en mis brazos que llora sin parar y veo a Ana dando vueltas en la cocina. Dijo que ella cocinaria, dijo que me preparará un manjar y que me chuparé los dedos, dijo que después de ésta noche la amaría más que antes. Lo dudo. Y más lo dudo viendo el desastre que va dejando tras de sí.

-Ana, que te parece si pedimos una pizza y así puedes atender a Phoebe.-

Le ruego aunque odio la pizza. Odio la comida chatarra. Y odio que Gail se haya embarazado. Ella me pone los ojos en blanco y niega una y otra vez.

-No, esto está casi listo y tú puedes cuidar perfectamente de tu hija unos minutos más.-

¡Joder!.

Me estoy quedando sordo por como grita Phoebe y estoy rogando al cielo que Theddy no la imite. ¿Por qué tiene que cocinar justo hoy, justo ahora?. Ella no sabe ni siquiera hacer café, y no es que la ame menos por eso, es que se supone que debería saber hacer algo. No soy machista, soy realista. Yo nunca cociné porque mi madre decía que mi deber era estudiar y que el deber de ella era alimentarme correctamente, y que además para eso tenia a las mucamas que la ayudaban cuando ella no estaba. Tal vez sea su culpa que yo sea tan inútil en el arte culinario, pero, ¿Cual es la excusa de Ana?.

-¿Sabes donde Gail guarda la sal?.-

Pregunta confusa y buscando en los estantes de la alacena. ¡Que Dios me ayude!. Niego y ella sigue buscando, ni siquiera sé donde están los platos en esta casa.

-¿Te molesta si comemos sin sal?. Así es más sano.-

Se encoje de hombros y yo asiento ya que Phoebe me está volviendo loco. ¡Yo no quiero comer sano!. ¡Quiero comida de verdad y con sal!. No hay dudas, somos dos inútiles. Ella que no sabe cocinar y yo que no se calmar a mi propia hija.

-¡No, joder!.-

Grito cuando el llanto de Theddy suena de golpe.

-¡Christian!. No digas palabrotas frente a los niños. Ya casi termino, tal vez necesiten un cambio de pañal.-

-¡Pero yo no quiero cambiarlos!.-

Me quejo sin poder evitarlo. No quiero hacerlo, siempre termino todo sucio y ellos con la ropa desordenada. Hasta creo que varias veces les he puesto el pañal al revés, pero Ana no me retó por eso.

-Solo haslo Christian, también son tus hijos y yo estoy intentando alimentarte.-

Me voy hacia la sala refunfuñando como un crío, pero me vale mierda. Solo quiero que ésta noche termine de una vez y que mañana cuando me despierte tenga un gran desayuno de mi Gail. Les cambio el pañal y se calman solo un poco, no he terminado tan mal esta vez y me siento levemente orgulloso por ello. Debo decir que el olor que viene de la cocina no es tan malo, pero me resisto a ilusionarme. Después de veinte minutos, los niños por fin se duermen y suspiro de alivio. Me relajo en el sillón disfrutando del silencio, cierro los ojos un momento y sueño con los macarrones con queso que Gail me prepara.

-Su cena está servida señor Grey.-

Escucho que dice Ana y abro los ojos. Resignado a mi destino y a que tendré que tragarme cualquier cosa que sea lo que haya cocinado, la sigo hasta la cocina. Me siento en la barra y lo que tengo enfrente tiene buena pinta. Lomo de res con una ensalada y papas asadas.

-Christian, no mires el plato como si fuera una bomba. Es solo comida.-

Refunfuña Ana sentándose frente a mi. Me encojo de hombros no muy seguro de que realmente sea comida. Ella corta un trozo de carne y la veo saborearlo. Bueno... por lo menos no está envenenado. Pienso en mi fuero interno, no creo que haga tanto espamento si no se pudiera comer. Con algo de miedo corto un trozo y lo llevo a mi boca. Cierro los ojos cuando los sabores estallan en mi boca como si fueran fuegos artificiales. Los abro y la miro asombrado, ella tiene una sonrisa de suficiencia en su hermoso rostro y yo no se quien es esta mujer que tengo frente a mi.

-¿Cómo...?.-

Logro pronunciar antes de llenarme la boca otra vez, estoy muerto de hambre y la ensalada está deliciosa y ni que decir de las papas asadas. Podría arriesgarme a decir que está incluso más rico que la comida que prepara Gail.

-Tengo a la mejor cocinera en casa y mucho tiempo libre. ¿Que crees que hago todo el día en casa?.-

Ésta mujer no hace más que sorprenderme cada día más. Ella aprendió a cocinar solo por mi, en vez de leer o hacer cualquier otra cosa con su tiempo, se ha dedicado a aprender a cocinar.

-¿Te dije alguna vez cuanto te amo?.-

-Mmm me parece que no.-

Responde inocente, por supuesto que sabe cuanto la amo, pero creo que ahora la amo mucho, mucho más.

-Pues te amo Ana, ahora sí eres la mujer perfecta.-

-¿Y antes no lo era?.-

Pregunta ofendida, me golpeo mentalmente por ser tan estúpido, siempre...
Ella niega divertida y sigue comiendo como si nada, lo que quiere decir que estaba jugando conmigo. Suspiro, pero no puedo dejar de comer, los nervios se esfuman y solo somos mi plato y yo. Después de comer, tengo pensado disfrutar de el más delicioso postre. Ana se merece una buena recompensa por su dedicación y yo me esforzaré como el buen marido que soy.

Es hora de que Ana conozca el cuarto de juegos... y no encontrará allí más que placer...




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Mmm esto se pone bueno!!
Espero que les guste este cap... nos estamos leyendo mis amores!!

Voten y comenten...

Besitos 😙😙 😙

Andy....






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