El Sumiso ~ 15

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Narra Peter:

— ¿Lali? — pregunto bastante asustado. La verdad, es que nunca he sido demasiado miedoso. Es más, amo las películas de terror y las casas terroríficas de las ferias y de los parques de diversiones. Pero, vivir el miedo real en la vida misma, eso si me asusta.

La sombra de la pared comienza a moverse y rápidamente algo toca mis pies.

— ¡¡¡PETER!!! — grita lo que hay debajo de mí. Al mirarlo, veo como Santino está abrazado a mis tobillos. Qué susto me ha dado.

Lo agarro en brazos y poniendo mi dedo índice en mis labios le hago una señal para que esté en silencio, no quiero que su mami se despierte.

— ¿Qué hacés acá? — le pregunto susurrando.

— No podía dormir...

— Bueno, ahora vamos a entrar en mi cuarto y a ver si con Peter podés dormir, ¿te parece bien?

— Sí — asiente feliz con la cabeza y entramos de vuelta en el cuarto de invitados. Cierro la puerta sin hacer ruido y acuesto a Santino en la cama. Después soy yo el que me acuesto a su lado Lo tapo bien con las sábanas y yo meto la pierna por debajo, solo una, la otra la dejo al aire, como hago siempre.

— Ahora a dormir.

— Es que me cuesta mucho dormir. Tengo sueños con mami, sueños malos.

— ¿Qué sueños malos Santi?

— Pues, de las personas malas que se meten en su cabeza, de sus recuerdos malos. Como los que tuvo hoy mientras vos me estabas cuidando en tu despacho.


Sí, esos sueños del pasado turbio de Lali.

— Bueno. Voy a decirte una cosa... A mami ya se la fueron todas las cosas malas que hoy tenía en la cabeza, así que ya podés dormir tranquilo, que mami ya está bien. Seguro que esta soñando con vos y con un montón de cosas lindas, no te preocupes enano — le digo acariciándole el pelo.

— ¿Mamá te dejó que te quedaras a dormir?

— Sí campeón, ¿no querías que me quedara?

— Sí quería, sos muy bueno y me querés mucho. Y yo a vos también te quiero, y mami te quiere.

¿Cómo me iba a querer Lali? Lo que había hecho por mi esta noche era un mero favor... No tenía casa por culpa de mi pelea con Euge y ella me había ofrecido su casa para dormir, pero nada más... Aunque, también es verdad, que los nenes como Santino nunca mienten. ¿Tal vez Lali le había dicho a Santi que me quería? No, imposible. ¿Cómo me iba a querer si solo nos conocíamos de un día? En verdad, no sabría cómo responder...

— ¿Mami me quiere? ¿Te lo ha dicho? — le pregunto a Santi.

— No, no me lo ha dicho, pero yo lo noto.

— Mmm, ¿y cómo lo notas?

— En su mirada. Mami mira diferente a las personas a las que quiere, a mis abuelitos, a mis tíos, a Tina, a Nico y a mí nos mira diferente, y también a Cande, su mejor amiga. Y ahora también te mira diferente a vos. Y eso es verdad Peter.

Mmm... Quería saber como mira al resto de las personas... ¿Y si es verdad que me quiere? "Peter, basta, te estás poniendo paranoico con un tema completamente absurdo. Dejá de pensar en esas estupideces" me dice mi subconsciente.

— Mañana me fijaré entonces en como me mira. Y bueno — comienzo a cambiar el tema —, ¿no la importa a mami que duermas acá conmigo?

— No, estoy seguro de que no.

— Bueno campeón. Ahora a dormir.

— ¡No! Espera tío — Santino comienza a bajar el tono de voz de a poco —, ¿cómo se llama tu papi?

— Se llama Juan.

— El mío no sé como se llama. No la pregunto a mami, el tío Nico dice que se pone mal si la preguntan por mi papá. Pero, ¿sabés qué Peter? Yo quiero conocer a mi papá. Mis amigos del jardín, todos, tienen un papá. A algunos les recogen al salir, pero... Yo quiero un papá que también me recoja cuando salgo del jardín, aunque sé que eso nunca va a suceder.

Ay no... Pobrecito...

— Sé que papi nunca va a volver, no sé porqué, pero sé que nunca voy a verlo.

— Tal vez, el día que menos esperas, tu papá aparezca por la puerta de casa con un autito de verdad enorme, osos de peluche y pinturas de todos los colores que existen para que nunca dejes de dibujar y de pintar.

Se me parte el alma solo de verlo así. ¿Cómo una persona puede abandonar a su pequeño? ¿A su propio hijo cómo si nada? Yo nunca lo haría, aunque no quisiera a la mamá de la pobre criatura, pero, a mi hijo lo amaría por siempre. Además, con lo lindo y tierno que es Santi, él necesita a un papá, quiere conocerlo... Pero por otra parte, está Lali que ni siquiera quiere hablar del viejo de Santino... Tengo muchas ganas de descubrir lo que paso realmente en esa historia.

— ¿De verdad Peter?

— De verdad. Te lo prometo campeón. ¿Hacemos un trato?

— Sí, ¡un trato!

— Sh, más bajito.

— Sí, un trato — repite susurrando entre risas.

— Sí tu papá de verdad, no aparece dentro de un año, seré yo el que te regale el auto gigante, los peluches y todos los colores que existen.

— ¿De verdad? — me pregunta ilusionado.

— De verdad.

— Acepto el trato — agarra mi mano —. ¿Dejás que te diga tío Peter?

Asiento con la cabeza. No tengo sobrinos y me sentiría muy orgulloso si me llamaran tío:

— Me encantaría que me lo dijeras.

— Entonces te llamaré tío Peter.

— Bueno, pues ahora mi sobrino Santino se va a dormir como un niño bueno que es, ¿sí?

— Sí — me da un beso en el cachete y cierra los ojitos.

Yo apago la luz de la mesilla y le doy un beso en la sien.

— Buenas noches enano...

-...-

Flashback Año 2011:

— Estoy embarazada.

— ¿Cómo? — él frunció el ceño desde el otro lado de la línea. Estaba muy furioso. No quería un hijo. Nunca lo hubiera querido. Y menos en esos momentos.

— Me hice el test anoche, y estoy embarazada.

— Joder Lali... Solo tenías que acordarte de la maldita pastilla.

— Tuve que dejar el tratamiento, me estaban sentando mal.

— Haber avisado.

— Llevas casi sin llamarme un mes y medio, cómo ahora tu mujer ni siquiera te deja salir de casa. ¿Tengo yo la culpa?

— No. Y no vuelvas a llamar, pasado mañana iré a verte.

— Pues te esperaré.

— Chau.

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