El Sumiso ~ 20

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Narra Peter:

Mientras trabajo en el despacho en toda la lista de tareas que tengo por hacer, pienso en todo lo que me ha pasado esta mañana. Sobre todo, en lo que me ha dicho Santino: "Mami no te va a matar pero es verdad que vos gustas de mami, y mami también gusta de vos". Es tan... Raro.

Ese beso, tal vez ese beso si que fue de verdad, y no un simple impulso. Tal vez, ese "Me gusta Lali", porque sí, de verdad Lali es una mujer que me atrae. Me encanta su forma, su cara, sus ojos, su boca, su cuerpo... Me encanta como una mujer tan joven puede llevar un enorme imperio de la moda, y también de un montón de empresas más. Me encanta que tenga un hijo tan tierno y bueno como lo es Santino... Y ese "me gusta" puede convertirse en un "estoy enamorado", y transformar mi capricho por Lali, en verdadero amor. Pero sé también, que ella es de un mundo completamente distinto al mío. Y sí, me da miedo equivocarme, muchísimo miedo.

¿Por qué mi jefa tiene que ser tan perfecta? Joder, no debería haberme metido en esta empresa, y así no hubiera tenido problemas de enamorarme de otra persona, y tampoco hubiera dejado a la celosa de Eugenia. Eugenia... Otro problema. Había pasado a estar en el segundo puesto de la nada desde que había visto a Lali por primera vez. Ella ya no era mi gran amor. Pero, aún yo a Eugenia la quería, y mucho. También adoraba a Rufina... Pero, no sabía ahora como decirlas la verdad, tenía mucho miedo a lastimarlas. Eugenia, ya saben, que hizo muchas cosas por mí, que habíamos pensado un futuro juntos, y ahora yo había destrozado ese futuro por entrar a trabajar en la empresa de Lali... Y como un imbécil, ella había empezado a gustarme. Y ahora, no tenía ni idea de como resolver todo este quilombo.

Y mientras que estoy ensimismado en mis confusos pensamientos, alguien entra en mi despacho. Alzo los ojos y veo la figura de Nico.

— ¿Te sentís bien? — me pregunta nada más entrar —. No pensés que soy un descarado, llamé un par de veces antes de entrar y nadie me respondió.

— No te preocupes — le hago una seña con la mano de que puede pasar —. Estaba pensando en unas cosas — suspiro —. Es algo que me vuelve loco desde hace unos días, pero... No tiene importancia. Vos tranquilo.

Nico traga saliva y se sienta alrededor del escritorio, justo en la silla que está enfrente a la mía:

— Lali me ha contado todo.

Toso:

— ¿A qué te referís con todo?

— Pues... A lo del beso. A lo de que dormiste con Santino, que lo llevaste al colegio... Lo que hablaron en la cena, después de cenar... Todo eso. Lali es mi mejor amiga, siempre me cuenta todo... Yo te voy a decir algo, y espero que no te haga sentir mal. Pero creo que va a ser lo mejor para los dos...

— Decime — agarro los catálogos que estaba ojeando y los cierro, para estar tan solo pendiente de lo que Nico me va a decir a continuación.

— Conozco a Lali muy bien, desde hace años además.... Y creo que ella está empezando a sentir cosas por vos. Santino, es un niño re cariñoso, pero también se está pegando a vos. Es un niño muy bueno, pero no se pega a una persona el primer día que se conoce. Los has, "embrujado — me hace la señal de comillas con los dedos —, de alguna forma. Yo te recomendaría dar un paso al frente. Sé que estás mal con, tu novia, eso Lali también me lo dijo. Pero, tenés que elegir, todo el mundo tiene que elegir. Un camino, u el otro. Con cualquiera que elijas, vas a tener que renunciar al otro, peor es una toma de decisiones, tal vez, te vas a sentir mejor después de hacerlo — sonríe un poco —. Yo te puedo ayudar con Lali, y el corazón de Santi ya te lo has ganado por lo que ella me ha contado. Es un niño con mucha falta de cariño paterno, nunca tuvo papá, y bueno...

Suspiro:

— Sí, pero creo, que cuando le llevé al colegio metí la pata hasta el fondo.

Nico levanta una ceja:

— Contame.

— Pues, pasó, mi novia... Bueno, Eugenia, y me dijo que la estaba haciendo favores a Lali. Ella cree que yo tengo algo con ella, y se está volviendo loca. La quiero muchísimo a Eugenia, también quiero a Rufina, pero no aguanto las escenas de celos que me hace... Necesito cortar la relación, porque está empezando a ser tóxica para ambos... Y no quiero que esto nos perjudique.

— Ajá... ¿Y Santino vio lo que Eugenia te decía?

— Exacto, y después me dijo, que yo gustaba de Lali, y que Lali gustaba de mí. Todo el mundo dice que los nenes nunca mienten, entonces, no sé ni que hacer, ni cómo reaccionar a todo esto, Nico. Santi se enojó conmigo porque le dije que Lali no gustaba de mí, y a mí tampoco me gustaba Lali... Pero, es difícil para mí, hablar de mis sentimientos con un nene de 5 años, cuya mamá es... Mi jefa.

— Te entiendo. Pero, Santino conoce a Lali mejor que nadie. Sabe que la gusta y que no la gusta... Y te juro, que si Santino te dijo que Lali gusta de vos, tiene altas probabilidades de ser cierto. es un niño muy inteligente para la mayoría de las cosas... Un pequeño genio.

— Pero Nico, tengo miedo a lastimarlo. Es un nene, no quiero que se haga ilusiones con algo que no puede ser verdad. Tomó confianza muy rápido... Y tengo miedo a que algo salga mal y nunca más pueda estar con él. Empezando por que me sienta como su papá... Y después con Lali pase algo y todo se vaya a la mierda, ¿entendés? — digo con el corazón encogido.

Nico me toma los brazos y me mira a los ojos fijamente:

— Confía en vos mismo. En tu corazón tenés la única respuesta verdadera. Y si querés dejar a Euge, e intentarlo con Lali, adelante. Si dentro de un tiempo, andan en algo, se lo pueden contar a Santino de a poco para que no se ilusione y no la pase mal en caso de que ocurra algo.Pero no tenés que tener miedo. Yo puedo hablar con Euge si querés — Nico sonríe —, no estudié psicología pero soy un buen psicólogo. Para empezar, Lali podría pagar al mejor psicólogo de toda Argentina y me cuenta los problemas a mí.

Sonrío también:

— ¿Harías eso por mí? Uau... Sería fantástico Nico, porque, Eugenia es muy terca y verás como va a ponerse cuando se entere de que quiero cortar con ella, me va a cortar la cabeza y todos los miembros de mi cuerpo.

— Hago eso, y también puedo reservar mesa en un restaurante para que Lali y vos hablen tranquilos, y mientras me quedo cuidando a Santi. Uno de sus mejores planes es jugar con su tío antes de ir a dormir, porque no le pongo hora, y eso a él le encanta — Nico ríe —, eso sí, luego Lali me reta. Pero la sonrisa de Santi vale mucho más que un reto de Lali.

— Santino es un nene excepcional.

— Justo eso.

Me muerdo el labio... Tal vez Nico puede responderme a esta pregunta. Aunque, sé que puede molestarle un poco, pero seguro que él tiene que saberlo. Y es un tema de gran curiosidad. Es otro de los temas que anda por mi cabeza desde que conocí a Lali, y quiero sacarme la duda.

— Por cierto, ¿te puedo hacer una pregunta Nico?

— Si, decime, ¿qué pasa?

— ¿Qué era de Lali el papá de Santino? Ósea, ayer saqué el tema cuando Lali ya había acostado al nene, y bueno, no me quiso responder. Pero Santi me dijo que le haría mucha ilusión conocer a su papá — me doy cuenta entonces de que Nico tiene el ceño frunció y la boca torcida. Creo que este tema no le gusta nada de nada, y que no va a responder a mi pregunta.

— Creo que esto no te interesa, Peter. Y menos, a Santino. Él no debe saber. Y aún es demasiado pronto para saber lo que pasó, así que no quiera enterarse — suelta mis brazos y se levanta —. Ahora tengo que irme, aún me queda trabajo por hacer. Hasta más tarde — camina hacia la puerta, la abre y sale.

Dios... ¡CADA VEZ TENGO MÁS INTERÉS EN SABER QUIÉN ERA EL PAPÁ DE SANTI!

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