Flores y tú

|Acedera|

Su voz tiene un tono perspicaz y seguro. Hay cierto toque grave y rasposo, que logra combinarse con una suavidad seductora.

Eren piensa que eso es bueno.

Cuando a él le cambió la voz hace ya algunos años siempre esperó algo como eso, sin embargo la pubertad no fue tan considera con él y le dio una voz extraña. O así es como él la escucha. Porque a veces es gruesa, a veces es suave, y muchas otras veces suena como el chillido de un ratón detrás de las paredes.

El hombre se acerca y le pide un ramillete, de cualquier flor, pero sería grandioso si incluyera muérdago.

Mentalmente Eren barajea las posibilidades si él se decidiera a hablar y preguntar, pero concluye que no es lo correcto, porque ni siquiera se conocen.

Suspira.

La caja hace el sonido típico al abrir y cuando entrega el ticket de pago Eren desea preguntarle su nombre. Pero sus palabras se quedan atoradas en un nudo en su garganta que después se aloja en su pecho como arrepentimiento.

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*Acedera: Paciencia