Flores y tú

|Gladiolo|

Un día Levi habla de ella, de la persona a quien lleva muérdago cada día.

—También le gustan las flores — es lo que dice.

A través de las tres flores que hay entre ellos (un girasol, una violeta y un tulipán) se encuentra con la mirada de Eren, quien le mira fijamente.

Un pensamiento inmediato cruza por la cabeza de Eren y se siente conmovido. Sonríe cálidamente (a pesar de que el semblante de Levi se llena de melancolía y tristeza). Se acerca a su reproductor y sube el sonido, apenas muy ligeramente. Es una canción nostálgica con una chispa de alegría. El ambiente amistoso y cálido se siente bien.

«¿Qué es para ti?» quiere preguntar, pero no tiene el valor para hacerlo. Sin embargo no es consciente de que lo ha dicho en voz alta hasta que vuelve a mirar a Levi, y él le mira con desasosiego.

—Es mi esposa — responde.

Y Eren puede notar la vaga sonrisa que busca escaparse de sus labios cuando dice eso. Y desvía la mirada, incapaz de decir algo.

Todo se queda en silencio entonces. El ambiente se siente pesado y Eren carraspea, tose, aparta la mirada rápidamente en cuanto se da cuenta que podría llorar. Vuelve a su tarea de hacer ramos.

Eren trata de hundirse en la música, de distraerse, pero es imposible.

Levi se pone de pie. Se marcha.

Eren, impulsado por sus emociones se pone de pie también y le dice «No te vayas», y, cuando Levi le mira sin comprender, Eren se da cuenta de su error y se excusa con el pretexto de que tiene algo que darle.

Levi espera. Eren ofrece gladiolo.

Levi se marcha, se despiden en silencio.

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*Gladiolo: Me rompes el corazón.