Flores y tú

|Frambuesa|

Levi no pregunta por qué, no pide explicaciones; espera a ver la reacción de Eren y luego, casi de inmediato, empieza a hablar sobre lo que sigue ahora. Parece querer llorar pero se contiene. Eren escucha atento cuando Levi confiesa haberla amado y haber estado aterrorizado desde el primer momento en el que supo que ella estaba enferma.

(La ternura y el amor en esas palabras se vuelven de pronto una enfermedad para Eren).

Eren le mira.

Levi le mira también.

(Es una mirada que Eren jamás le había visto).

Eren recuerda la promesa que Hanji le hizo prometer. Promete que le cuidarás.

Y todo se vuelve un desastre. Eren ya no puede luchar más contra sus emociones. Eren, con sus actos torpes, se levanta de su lugar y toma la mano de Levi para que se ponga de pie también. Ni siquiera piensa en ser prudente. (No, ni siquiera está pensando). Tal vez es el ambiente que le ha absorbido. O tal vez es porque esa es la única solución que encuentra para la enfermedad en su cuerpo.

Pero le besa. Un beso rápido, apenas roza sus labios.

Levi le aleja.

—Te amo.

La declaración de amor golpea incluso a Eren. Levi se queda callado, no parece poder moverse. Eren se da cuenta, mientras suelta su mano, que es muy tarde para arrepentirse y que tiene miedo, no del rechazo, sino de perder la amistad de Levi y fallar en su propia promesa.

—Eren yo...

Levi no tiene que decirlo. Eren lo sabe. Lo ha sabido desde que sus ojos confusos se nublaron en tristeza. Lo ha sabido desde el primer momento, cuando vio a ese hombre en un traje tan elegante desencajar en su pequeño rincón de sol. Levi no pertenecía ahí. No importa cuánto Eren crea en la esperanza ésta es la verdad, pura y sincera.

Eren da un paso atrás. Ya no se siente capaz de seguir ahí sin llorar. Pero, tragando su dolor, Eren camina a la puerta y le pide a Levi que se vaya.

Una mirada de despedida. Antes de que Levi pueda decir algo, Eren cierra la puerta.

En la boca le queda un sabor a frambuesa.

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*Frambuesa: Remordimiento.